El futuro de una leyenda: los planes de Francisca Crovetto tras conseguir el histórico oro de París 2024

Francisca Crovetto
Francisca Crovetto celebra su medalla de oro en París 2024. Crédito: Santiago Bahamonde/COCH.

Antes de ingresar al Olimpo del deporte, la tiradora skeet había adelantado su deseo de querer ser madre. Sin embargo, en su cabeza también alista su participación en Los Ángeles 2028.


El 4 de agosto de 2024 quedará marcado para siempre en la historia del deporte chileno. Ese día se rompió la sequía de 16 años sin medallas en Juegos Olímpicos, se concretó el tercer oro para el país en las citas de los anillos y el primero conseguido por una mujer.

La responsable de todos esos hitos fue Francisca Crovetto, la sanmiguelina que con 34 años alcanzó el mayor éxito de una carrera que también sabe de récords mundiales, preseas panamericanas y definiciones en Copas del Mundo. Logros importante, pero que no tienen comparación posible con el tercer oro de Chile en la historia de los Juegos Olímpicos.

Se trata de una hazaña que, además, llega después de décadas compitiendo al máximo nivel. En un momento donde no pocos pensaron que lo mejor ya había pasado. Ella misma incluso admitió que los nervios y las dudas estuvieron presentes: “El 2004 soñé con estar en unos Juegos Olímpicos, estos ya eran mis cuartos y los miedos de no volver a hacerlo bien, siempre estaban presentes”, recordó después de colgarse la medalla dorada, en una frase que también hacia referencia a Nicolás Massú y Fernando González, los dos responsables de instalar el anhelo olímpico en su vida.

Si bien es imposible no pensar que un oro en la cita de los anillos puede replantear cualquier cualquier decisión, después de su paso por Santiago 2023 la mujer de oro tenía claros sus planes a futuro. No los escondía, hablaba abiertamente de la maternidad, el tiempo fuera de competencias que aquello podría provocar y de su deseo de seguir participando de los eventos planetarios más importante del mundo, incluso vislumbrando su carrera hasta al menos 2032. Las características de su disciplina se lo permiten.

Descanso para cumplir un sueño

En los Juegos Panamericanos de Santiago 2023 Francisca Crovetto se colgó el oro y fue campeona en casa. Una revancha importante, pensando en la frustración de siempre haber quedando al borde de la consagración: En 2007 fue cuarta, en 2011 segunda, en 2015 tercera y en 2019 volvió a ganar la plata.

Por todo aquello y por haber sido un rostro principal de esa delegación, el oro fue liberador. También una manera de sacudirse las dudas infundadas y poder visualizar el futuro con claridad. Así se mostró al menos en una entrevista con La Tercera, solo una semana después de haber hecho vibrar al país en ese octubre recién pasado.

Ahí ya tenía asegurado un boleto a los Juegos Olímpicos de 2024, por lo que la cita de los anillos ocupaba gran parte de sus pensamientos. “Antes de clasificar a París me lo pregunté y dije “bueno, no importa. Me dedicaré a tener guagua si no clasifico”. Y lo mismo con una medalla panamericana. Pero con todas esas dudas, con todos esos miedos, siento que he sido capaz de salir adelante; de entrenar, a pesar de haber sufrido una fractura, de no tener dónde entrenar en Santiago; buscar la forma y ser resiliente, resolve y no llorar; de no estar ahí mirando la leche derramada. Me ayudó mucho ser determinada en lo que quiero, buscar alternativas. Quiero ir a los Juegos de Los Ángeles 2028 y de Brisbane 2032. Y si soy medallista en París, volver a serlo después”, confesaba sin dudas.

La frase es clara. En su horizonte aparecen al menos dos ciclos olímpicos más. También dejaba en claro que una medalla no iba a traducirse en una despedida de su carrera a lo grande, sino que en una prueba más de que aún tiene mucho para seguir siendo una de las mejores.

Pero en el enunciado también manifestaba el deseo de ser madre. Un anhelo del que profundizó en aquella entrevista, confesando que más que una aspiración era un plan concreto. “Yo me casé el año pasado, llevo ocho años de relación con Juan Enrique y queremos ser papás o intentarlo al menos. Si la vida nos da la oportunidad de serlo, queremos después de París. La idea es embarazarme lo antes posible después de París y poder tomarme ese año de descanso. Afortunadamente mi deporte no es tan físico, así que puedo estar entrenando si no tengo ninguna complicación y tengo el alta médica hasta las treinta y tantas semanas”, mencionaba la atleta nacional meses atrás.

En su favor, tal como explicaba en la conversación, juega que en su disciplina estos caminos son compatibles. Es cosa de mirar a quien fue su gran rival en la definición de París 2024: Amber Jo Rutter. La británica compitió en Francia solo tres meses después de haber dado luz a su primer hijo e incluso se le pudo ver acompañada de su bebé durante la jornada del domingo.

El camino olímpico

“Lo importante es que jamás me rendí, nunca me rendí. Partí fallando en la primera ronda y terminé haciendo 24. Esa es mi fortaleza, soy una luchadora”, comenzó diciendo Francisca Crovetto luego de colgarse la medalla dorada en tierras galas. La declaración estaba enfocada en su segunda ronda clasificatoria de estas Olimpiadas, pero fácilmente se puede relacionar con el camino olímpico que tuvo la chilena.

La primera vez que apareció en el evento más importante del planeta fue en Londres 2012, donde sorprendió al planeta instalándose como la octava mejor de la competencia. Era debutante, pero se logró llevar uno de los cinco diplomas olímpicos que Chile alcanzó en tierras británicas.

Esa primera experiencia, sumada a las medallas bolivarianas, suramericanas y panamericanas que consiguió en el siguiente ciclo olímpico hacían pensar que Río podía traer incluso mejores resultados. Pero la realidad fue otra. Crovetto dejó Brasil en el puesto 19°, uno de los más bajos de la competencia. El sentimiento fue similar en Tokio, donde la ahora dueña del oro, concluyó su participación sin siquiera llegar al repechaje por la final.

Ahora, a tres años de ese revés, el camino se ha cerrado. Casi 20 años de carrera que alcanzan su punto más alto en París. “No tengo palabras. Estoy viviendo el sueño de la Francisca de niña y de todo un país que creyó en mí, del Comité Olímpico, Ministerio, Federación. Son tantas las personas que me han ayudado desde las tías del CAR que me abren la puerta a las 7:30 de la mañana con una sonrisa hasta acá los voluntarios y mi familia”, declaró emocionada.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.