Héctor Noguera: "Cuando los artistas nos reunimos tenemos buenos resultados"
El actor, que mañana estrena Casa de muñecos, analiza su presente y la influencia de su gremio en la salida del exministro Rojas.
Hace ocho meses Héctor Noguera comenzó a interpretar a Sergio Falco, su segundo personaje en el área dramática de Mega. El actor, con pasado en Canal 13, TVN y Chilevisión, llegó en julio del año pasado al canal privado con una participación especial en Perdona nuestros pecados, pero ahora será uno de los protagonistas de Casa de muñecos, la telenovela nocturna que debuta mañana y en la que Gabriela Hernández encarna a Nora, su esposa. Ambos personajes llevan los hilos de la historia, aunque desde veredas muy diferentes: mientras ella quiere liberarse de su marido y disfrutar sus días antes que el Alzheimer le haga perder su memoria, él hará todo lo posible por mantener el sistema de vida que conoce.
"Él es un machista innato. No sabe que lo es, no se da cuenta, como tantos en esta sociedad. Todos nosotros, y también yo, caemos constantemente en actitudes y en dichos de carácter machista, y recién ahora nos estamos revisando", asegura Noguera.
En sintonía con la trama de su nueva teleserie, el actor dice estar constantemente analizando sus propias actitudes y celebra que este tipo de temas y demandas se pongan sobre el tapete ("es la única manera en que la gente puede conquistar sus derechos", asegura), así como la oportunidad de tener un papel protagónico en pantalla a sus 81 años.
¿Se considera un hombre machista?
Yo fui criado en el machismo. No creo que en la época actual haya desaparecido el machismo, ni mucho menos, pero trabajo por no ser machista. Yo y todos hemos sido criados en una conciencia de carácter machista. Y ahora recién, día a día, estamos revisándonos y trabajándonos.
¿Qué o quién lo ayuda a hacer esa revisión?
Hay ahora una conciencia en lo que se habla, en los temas de conversación, en los acontecimientos que han ocurrido, en los abusos. Todo eso lo ayuda a uno revisarse. Y la mejor manera de combatirlo es sacarse la foto uno mismo cuando se cae en esas actitudes. Y también observar las actitudes de los demás en ese aspecto.
¿Cree que es una situación aislada el que dos actores de la tercera edad protagonicen una teleserie?
Se da muy pocas veces y siento que en Chile es primera vez que pasa. Hay personajes mayores en los elencos de las teleseries, pero con esta responsabilidad protagónica, no lo recuerdo. Siempre los viejos estamos en segundos papeles. Me parece interesante, un desafío, que acá los protagonistas seamos dos personas francamente mayores. Hay que pensar, también, que estamos en un país que tiene muchos más adultos mayores que antes. Los viejos somos cada vez más, y por eso es muy probable que la teleserie recepcione a ese público.
Con esa realidad, ¿siente temor de que lo dejen de llamar para hacer teleseries?
Indudablemente que sí. La mayoría de los actores, cuando vamos cumpliendo edad, nos vamos haciendo esa pregunta. Nos preguntamos si continuaremos vigentes o no y eso hace que tengamos una actitud un poco ansiosa cuando nos ofrecen las posibilidades, y decir sí a todo. Ahora, en mi caso, sí, pienso lo mismo y no soy una excepción para nada. Pero también creo que yo mismo soy capaz de generar mi propio trabajo más allá de la televisión. Siempre lo he gestionado, y nunca he descansado solo en las invitaciones.
¿Cree que las teleseries tienen el deber de hablar de temas más serios como el Alzheimer?
Me parece muy bien que lo hagan. No es primera vez que en una teleserie se trata el Alzheimer, y seguramente habrá más. Me parece muy importante que la televisión trate los temas que son los que están en este momento en la gente, y que tienen que ver con la mente y la vida de las personas. Ahí tiene un rol muy importante la televisión, y las teleseries se están metiendo en los problemas reales, más allá de las historias románticas, para que la gente se identifique.
Hace dos semanas, su colega Alejandro Goic abandonó el set de Mucho gusto cuando entró Patricia Maldonado. ¿Cuál es su opinión sobre lo ocurrido?
Él es una persona que sufrió la dictadura de manera muy directa, y por eso me parece muy normal que al encontrarse con una persona que niega los hechos, que los minimiza, o que incluso ridiculiza a las personas que han sufrido esto, tenga esa reacción. No es algo que él haya pensado o planificado. Sintió que había una persona que atentaba contra su sensibilidad y no soportó más y se fue. Me parece bien eso. El de los Derechos Humanos es un tema importante, no es cualquier tema.
Tras el rechazo generalizado de los artistas al nombramiento del exministro de las Culturas, Mauricio Rojas ¿considera que el gremio de los actores es unido?
Tú ves lo que pasó. Se nombró en un cargo a una persona a la que no le corresponde estar. Indudablemente fue, con mucha tristeza, removido por la influencia de los actores [y no por la autoridad]. Aunque no solo por los actores, porque Raúl Zurita es un escritor y gran poeta. Creo que fuimos los artistas en general, la gente de la cultura. Siempre decimos que andamos todos muy dispersos, pero cuando ocurre un acontecimiento importante como este los artistas de distintas disciplinas nos reunimos muy rápido y tenemos muy buenos resultados. Lo que pasó ahora es algo que hay que tomar en cuenta para presionar sobre muchos aspectos de la escena nacional que necesitan cambios.
¿Considera que los actores tienen la responsabilidad de expresar su opinión frente a temas como estos?
Por supuesto. Uno está obligado a tener opinión. Uno, porque siempre están los periodistas que te preguntan, y también porque los trabajos que uno hace como actor responden a un momento social. Uno debe conocer el momento social que está viviendo porque si no haces tu trabajo a ciegas y no sabes dónde estás parado. Eso es muy malo y se nota. Hay que estar informado, hay que tener opinión y hay que saber dónde se está. Y hay que atreverse a opinar, a riesgo de que no todos concuerden contigo.
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