Cinco horas después del inicio del Golpe de Estado, la Junta Militar dio a conocer el bando 10, en el que figuraban los nombres de 95 dirigentes del gobierno de la Unidad Popular a los que se les ordenaba entregarse voluntariamente en el Ministerio de Defensa antes de las 16.30 horas de ese día. De no hacerlo, "se ponen al margen de lo dispuesto por la Junta de Gobierno con las consecuencias fáciles de prever". Luis Maira es uno de lo quedaron al margen. Tenía 33 años y se desempeñaba como diputado del Distrito 1 de Santiago por la Izquierda Cristiana y coordinador de las bancadas parlamentarias de la Unidad Popular. Por 12 días se mantuvo oculto, cambiando cada 24 horas de lugar, hasta que su situación se hizo insostenible, por lo que llamó a un viejo amigo, el entonces embajador de México en Chile, Gonzalo Martínez Corbalá. Ese llamado salvó su vida. Este es su testimonio.