En una doble conversación con La Tercera, Ennio Vivaldi aborda el momento de la sociedad anónima que controla los destinos de un cuadro universitario sumido en una profunda crisis coronada con el escándalo del sábado en Rancagua. Declara, eso sí, que "no es una buena práctica amenazar", por lo que espera que desde la concesionaria, de quienes dice no conocer a los nuevos dueños, asuman mayor proactividad. "A esta altura se hacen imprescindibles signos que apunten a por lo menos dar a conocer la situación de Azul Azul", señala.