Los hijos no son un sucedáneo del amor; no reemplazan un objetivo de vida rota; no son un material destinado a llenar el vacío de nuestra existencia; son una responsabilidad y un deber; son los florones más generosos del amor libre. No son el juguete de los padres, ni la realización de su necesidad de vivir, ni sucedáneos de sus ambiciones insatisfechas. Los hijos son la obligación de formar seres dichosos y conscientes (Simone de Beauvoir).
Sebastián Rodríguez, psicólogo
8 nov 2024 07:00 AM