Un virus ha puesto de cabeza al mundo. Nuestras mejores mentes buscan en laboratorios de todo el planeta una forma de derrotar a este enemigo poderoso y elusivo, que nos ataca con crueldad y se defiende victorioso de todo tratamiento. Un objeto increíblemente diminuto, que no solo no posee inteligencia ni voluntad. Ni siquiera –estrictamente hablando– posee vida.
Andrés Gomberoff
10 abr 2020 03:00 PM