El mandatario ha hecho realidad las sospechas de algunos de sus críticos, quienes alertaron de durante el tramo final de su mandato actuaría en favor de sus afines. Fue así como ahora benefició a personas que se declararon culpables en la investigación sobre la supuesta trama rusa en las elecciones estadounidenses de 2016, a varios congresistas republicanos condenados por delitos fiscales y a contratistas militares involucrados en un tiroteo mortal contra civiles iraquíes.
El mandatario cuestionó el paquete de ayuda por 900.000 millones de dólares aprobada por el Congreso para atender la crisis desatada por la pandemia, afirmando que la legislación es una “vergüenza”. “Realmente es una desgracia”, indicó al criticar que se subsidie a familias en las que hay indocumentados o que se incluya un presupuesto para museos.
Según estudio realizado por investigadoras de la Universidad de Notre Dame, el mayor consenso está en la necesidad del bipartidismo para contrarrestar a Beijing.
Según The New York Times, Donald Trump llega al final de su presidencia en un clima “de furia y negación”. Melancólico y, a veces, deprimido, apenas se presenta al trabajo.
El persecutor fue quien contradijo las denuncias del mandatario de que hubo fraude en las elecciones, aunque en el anuncio del alejamiento del cargo no se dejó ver ninguna crispación entre ambos.
Seguidores del mandatario invadieron este sábado la capital estadounidense y volvieron a denunciar un “fraude masivo” en las elecciones, a pesar de un último y decisivo revés el día anterior ante la Corte Suprema. Una “injerencia extranjera”, un software electoral que habría borrado millones de votos destinados al presidente fueron entre otras razones citadas por los manifestantes para explicar el “robo” que habría sufrido el presidente republicano.
Tras perder otra demanda judicial para revertir el resultado de las elecciones presidenciales, el mandatario nuevamente arremetió contra el máximo tribunal y volvió a insistir en la idea que ha mantenido -sin presentar pruebas-, respecto a que los comicios en que fue vencido por Joe Biden, estaban arreglados.
Sus nueve integrantes, incluidos tres jueces designados por el mandatario republicano, concluyeron que Texas no tenía derecho a interferir en la organización de elecciones en otros estados. Tres días antes de que se reúna el Colegio Electoral para designar formalmente al vencedor de los comicios, el presidente Trump aún se niega a reconocer su derrota frente al demócrata Joe Biden y asegura que la elección le fue “robada”.
La decisión de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos se esperaba para el fin de semana de todos modos, pero el propio presidente tuiteó este viernes por la mañana que la agencia era una “gran tortuga lenta”. El jefe de gabinete del mandatario, Mark Meadows, pidió directamente a Stephen Hahn, director de la FDA, que finalizara el proceso o que renunciara.
“El pueblo habló”, sentenció la magistrada Linda Parker, rechazando unas acusaciones del mandatario de fraude electoral basadas en “especulaciones y conjeturas”. Es más, de los propios sectores republicanos se apuntó a “la montaña de desinformación” procedente de la Casa Blanca y que las acusaciones de fraude podían “desbaratarse en 10 segundos”.
El doctor señaló que las mascarillas están diseñadas "para controlarte y apagarte”, asegurando que tiene un protocolo de temporada de influenza y virus muy rígido en su clínica, "que me ha funcionado muy bien durante años”.
Tres jueces de una corte de apelación de Pennsylvania indicaron de forma unánime que el equipo jurídico del mandatario no presentó denuncias genuinas ni evidencias para sustentar sus tesis. Sin embargo, Jenna Ellis, una de las abogadas Trump, anunció en Twitter que el fallo será apelado. “La maquinaria judicial activista de Pensilvania sigue encubriendo las denuncias de fraude masivo (...) ¡Vamos a la SCOTUS!”, dijo en referencia a Corte Suprema de Estados Unidos.
El académico, autor de 'Sobre la tiranía'. 20 lecciones que aprender del siglo XX, advierte que la desigualdad representa una gran amenaza a la democracia. “Hace muy difícil tener una conversación nacional”, plantea. Además, comenta qué ha significado Donald Trump en su país y dice que este sistema político viene en retirada en el mundo. Para defenderlo, plantea, los ciudadanos deben ser activos y organizados. “Tendemos a pensar que las instituciones están ahí para protegernos, pero realmente somos nosotros los que debemos protegerlas”.
Novelista y ensayista, la escritora americana habla de La mujer temblorosa, ensayo donde explora en la relación entre mente y cuerpo a partir de sus ataques nerviosos. También se refiere al ambiente político y social en EEUU después de la elección. Ella y su esposo Paul Auster fueron parte de los fundadores de Writers Against Trump, que buscó impedir la reelección del mandatario republicano.
En lo más cercano a conceder su derrota, el mandatario afirmó que si el presidente electo logra la certificación como ganador de las elecciones, él abandonará la sede del gobierno norteamericano. En una reunión con periodistas, aseguró sin embargo que “si lo hacen, cometerían un error” y agregó que "va a ser muy difícil conceder” la victoria de Biden. “Fue un fraude masivo”, insistió.
