Como si no hubiera suficientes razones de salud, así apela Ron Finley a cultivar en su charla TED. Finley no es agrónomo ni nutricionista sino diseñador de vestuario, la misma carrera que seguía Winifrede Walbaum hasta que tuvo la necesidad de saber exactamente con qué alimentaba a su hija mayor, y empezó a investigar y se topó con esa frase potente y una auténtica filosofía y política detrás del cultivo doméstico. Aquí dos personajes nos demuestran que se puede partir desde cero, que las recompensas son de todo tipo e incluyen relaciones de colaboración y redes que podrían cambiar este modelo agotado de vida.