Distanciarse para gobernar: El giro del Ejecutivo frente al plebiscito
Los resultados de la última encuesta interna del gobierno confirmaron la tendencia de los resultados que se conocen públicamente. Tanto el Presidente como sus ministros optaron por cambiar el tono ante un escenario en el que ya no se pueden confiar.
El viernes 24 de junio, la jefa de asesores del Presidente, Lucía Dammert, y el jefe de gabinete, Matías Meza-Lopehandía, recibieron los resultados de la encuesta de opinión pública que coordina el Departamento de Estudios de la Secretaría de Comunicaciones del gobierno (Secom). Los resultados de percepción sobre el plebiscito de salida y la aprobación al Ejecutivo encendieron las alertas: a una semana de que se entregue formalmente el borrador constitucional, el Rechazo mantiene la ventaja sobre el Apruebo y la diferencia se va agrandando.
Dammert y Meza fueron los encargados de comunicarle las cifras al Mandatario.
Ya el domingo, el escenario era evidente. Las encuestas de ese día venían a confirmar los números que el gobierno manejaba. Y hubo un dato en la Cadem que pegó especialmente fuerte: el Rechazo obtuvo más de un 50% de las intenciones de voto y superó por 18% al Apruebo.
La sensación en La Moneda, entonces, fue que había que girar el discurso. Después de semanas insistiendo en que solo había dos opciones -aprobar o rechazar- y resistiéndose a búsquedas de plan B o de “apruebo para reformar”, el gobierno optó por tomar distancia del destino de la Convención Constituyente, a pesar de estar estrechamente unidos en el origen.
Y la primera señal de este giro vino desde arriba: “Ojalá que la aprobación del gobierno (...) no nos confundamos en equipararla con el resultado del plebiscito”, dijo el mismísimo Boric cuando le preguntaron, en Arica, sobre el parecido entre la evaluación a su gobierno y la baja del Apruebo.
En La Moneda aseguran que los números de las encuestas son muy importantes para el Presidente, quien ha insistido en escuchar las señales. Prueba de eso fue el 5 de abril, cuando por primera vez el Rechazo superó al Apruebo en la encuesta Cadem. Pocos días después, el Mandatario fue crítico con la Convención y aseguró que había “escuchado y conversado con gente que votó Apruebo y hoy tiene dudas, esas dudas no pueden ser sencillamente ignoradas”.
Desde la Secom realizan encuestas quincenales para evaluar la percepción de la gente ante la contingencia. Se estudia la aprobación del gobierno y sus ministros, se analizan las opiniones ante anuncios como el cierre de la fundición Ventanas o el adelanto de las vacaciones de invierno, y también se realizan preguntas para saber la postura de los chilenos ante el proceso constituyente. La consultora a cargo de ejecutarlas ha ido cambiando, para darle mayor variedad al grupo de estudio.
Dentro de los resultados sobre el plebiscito de salida, además de confirmar la tendencia a la baja del apoyo del Apruebo, los estudios de La Moneda indican que los votantes que más se han fugado a la opción contraria son hombres, habitantes del sur, de entre 34 y 54 años. También los números -cuentan quienes conocen los estudios- han indicado que la gente no cambiaría su voto si es que el Presidente o los ministros dicen públicamente su opción.
Otra conclusión que alerta al equipo de La Moneda es que la gente está tomando mayor postura, lo que ha reducido el margen de “indecisos”. De ahí que una de las estrategias sea apuntar a ese nicho. También, advierten, han repetido la importancia de perfilar y llegar a aquellas personas que no votaron en las últimas elecciones, considerando que el plebiscito de salida es con voto obligatorio.
Con estos análisis en la mano, en La Moneda aseguran que el Presidente y su entorno han vivido “un golpe de realidad” sobre el proceso en el que ya no ven como imposible la opción de que pierda el Apruebo y se han percatado de lo mucho que los puede afectar un error –como ocurrió la semana pasada con el cambio de nombre del gabinete de Irina Karamanos–. También en el que han aprendido a escuchar las críticas, las que ha atendido en diferentes reuniones con autoridades del mundo político. Y en esa línea, advierten que fue de gran importancia para Boric la conversación que tuvo con el expresidente Ricardo Lagos, con quien se juntó en la Fundación Democracia y Desarrollo el jueves 23 de junio. Lagos, aunque no ha revelado su decisión, sí fue crítico de la Convención cuando esta decidió marginar a los expresidentes del acto de entrega del borrador. Pero no solo eso, como varios en el Socialismo Democrático, coalición de la cual es una de las figuras importantes, ha relevado la impronta de su gobierno en la actual Constitución a través de las reformas que en su administración se le introdujeron.
“El día después del plebiscito, el 5 de septiembre, voy a contribuir, sea cual sea el resultado, para unir a los chilenos y chilenas. Y si es necesario llevar adelante un proceso de reformas, de ajustes o de conversaciones con los diferentes sectores para mejorar, no les quepa duda que yo voy a estar disponible para aquello”, dijo el Presidente Boric el martes, en entrevista con Arica TV.
Cambio de postura
Y aunque la de ahora fue más enfática, no es la primera vez que el Presidente Boric se refería a otros escenarios, en caso de que gane el Rechazo. En una entrevista en TVN, el 1 de mayo -cuando ya circulaban ideas sobre un plan B-, fue consultado sobre qué haría el gobierno en caso que se imponga el Rechazo sobre el Apruebo. “Es algo que estamos discutiendo. Hay que anticiparse a los escenarios, pero eso no implica hacer públicas todas las alternativas que tiene un gobierno respecto de situaciones tan críticas como estas”, dijo el Presidente.
Pero sus palabras no fueron bien tomadas en el oficialismo, sobre todo en Apruebo Dignidad. Los representantes de los partidos hicieron ver sus diferencias al día siguiente en La Moneda, argumentando que eso favorecía la opción contraria, y obligaron a Boric a retroceder. Sus ministros más cercanos, además, eran de la misma línea. Giorgio Jackson (RD) y Camila Vallejo (PC) consideraban que no había que dar espacio a “terceras vías” o alternativas que pudieran perjudicar al Apruebo.
“No hay algo así como una segunda opción o vía de escape”, había dicho Jackson el 22 de abril. Tras eso mantuvo su postura e incluso condicionó la ejecución del programa de gobierno al resultado del plebiscito, y luego dijo que si gana el Rechazo “sería un momento de alta incertidumbre en nuestro país”.
La vocera Camila Vallejo, por su parte, también cerró las puertas que abrió la declaración del Mandatario: “El camino que ha trazado soberanamente nuestro país es un plebiscito que abre un proceso constituyente y que se cierra este año con el plebiscito de salida con la opción Apruebo/Rechazo; ese es el camino trazado, no hay más caminos, no hay más opciones”, comentó el lunes 23 de mayo.
Pero esta semana, ante los últimos resultados, la postura de Vallejo, al igual que la del Mandatario, fue diferente. “Parece una obviedad, pero vale la pena recordarlo y reafirmarlo. La democracia seguirá funcionando tras el 4 de septiembre con sus iniciativas legislativas, iniciativas constitucionales, debates democráticos, sea cual sea la posición de los representantes populares como de la ciudadanía”, declaró la vocera el martes.
En la misma línea, el sábado Vallejo lanzó el tercer video de campaña informativa sobre el plebiscito. “Algunas personas votarán Apruebo y otras Rechazo, pero todas serán parte de un momento histórico y podrán decidir sobre Chile y su futuro”, dice el video.
De todas formas, aunque en el gobierno han ordenado a la División de Estudios de la Segpres, liderada por Javiera Ascencio, evaluar escenarios y soluciones para todos los resultados, la instrucción es no revelar ninguno de esos avances y negar todo trabajo en esta línea hasta el 5 de septiembre.
¿Aprobar para mejorar?
Si hay algo que las autoridades reconocen en La Moneda es que en las últimas semanas se ha sentido un clima “más pesimista”. Así lo declaró el presidente del Partido Comunista, Guillermo Teillier, en el comité político del martes. En ese espacio, las dos coaliciones de gobierno, Socialismo Democrático y Apruebo Dignidad, han manifestado diferencias sobre cómo manejar la campaña. Por un lado, los partidos de la ex Nueva Mayoría insisten en que se puede hablar de “aprobar para reformar”, dejando en claro los “errores” del texto, mientras que en el grupo del Frente Amplio apuestan a mantener el optimismo y “no confundir a las personas”.
Por ejemplo, el martes, el presidente del Partido Liberal, Patricio Morales, aseguró que era “ingenuo” enfrentarse al texto sin capacidad de analizarlo y asumir sus errores, palabras que no fueron compartidas por la ministra de la Mujer, Antonia Orellana, quien retrucó que la discusión respecto del plebiscito es sobre avanzar o mantener un statu quo.
Estas diferencias se mantuvieron luego de las últimas palabras del Presidente. Mientras algunos representantes de Socialismo Democrático tomaron las declaraciones como un guiño hacia el lema “aprobar para mejorar”, en Apruebo Dignidad aseguran que la intención de Boric solo fue comunicar que es el Presidente de todos los chilenos y que su rol seguirá en cualquiera de los escenarios posibles.
En lo que todos coinciden es en que el tiempo se les acaba. Así lo manifestó el Presidente a la directiva de Comunes, partido de Apruebo Dignidad.
“Nos pidieron a los partidos poner como prioridad la campaña, salir a la calle con celeridad a ganar la elección y llegar a los indecisos, porque hay preocupación, saben que está difícil. Además, nos pidieron la mayor unidad posible y también salir a enfrentar las mentiras que hay sobre el proceso”, asegura su presidente, Marco Velarde, quien se reunió con el Mandatario y el ministro Jackson el viernes en La Moneda.
¿Cambio de gabinete?
El llamado del Presidente a mantener la unidad no es el único mensaje que ha transmitido en los últimos días para enfrentar los próximos meses. También conversó con los ministros para evitar los errores que puedan arrastrar al gobierno y, con él, al proceso constituyente, pese a que en el gobierno insisten en que la percepción de la gente sobre ambos procesos corre por carriles separados.
Los partidos también apuntaron a los ministerios ante la crisis en las encuestas. De hecho, algunos integrantes de Socialismo Democrático a principios de semana comenzaron a presionar por un cambio de gabinete que sirva como último cambio de efecto antes del plebiscito. Una decisión que manifiesta que algunos mantienen vigente la tesis de que hay un gran vínculo entre la evaluación del gobierno y la Convención Constitucional.
“Quizás se hace necesario evaluar seriamente la posibilidad de un cambio de gabinete y adelantar el segundo tiempo para dar un golpe de timón, corregir el rumbo y volver nuevamente a reordenar la casa para sintonizar con esa ciudadanía que hoy día parece esquiva”, dijo el martes, el presidente de la Cámara Baja, Raúl Soto (PPD).
Mientras que Karol Cariola (PC) aseguró, en referencia al gabinete, que “es perfectible”.
Por ahora, en las encuestas internas no se han consultado percepciones sobre un posible cambio de gabinete, pero en La Moneda aseguran que el plan original es que el reordenamiento ministerial se realice después del plebiscito de salida, en septiembre. Aunque la discusión ya está abierta en el equipo de asesores del Presidente y hay quienes creen que podría servir como golpe comunicacional en la campaña.
–Si el Apruebo subió tras la cuenta pública, hay que pensar en grandes anuncios cuando quede poco para la elección, en hitos. Y un cambio de gabinete puede funcionar–, dice un dirigente del comité político.
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