La noche del 18 de octubre de 2019 permanece grabada en el inconsciente de los chilenos, y varias de las postales de la tarde de ese viernes hicieron historia. Registros de barricadas, de cacerolazos y de estudiantes apostados en andenes de estaciones de Metro abundan, pero sin duda la imagen del edificio corporativo de Enel -en Avenida Santa Rosa- envuelto en llamas, trascendió como una de las más impactantes.

Pasadas las 21.50 horas de ese día, los distintos canales de televisión mostraban la construcción de 17 pisos teñida de naranjo, especialmente en el sector de la escalera de emergencia. En sólo 36 minutos el fuego se había apoderado del lugar, provocando importantes daños en bodegas y oficinas.

¿Pero cómo fue que el siniestro se propagó con tanta rapidez? La escena generó suspicacia en algunos y no tardaron en aparecer quienes sostenían que se trataba de un montaje, de un hecho generado intencionalmente para “perjudicar” a quienes se manifestaban. Según especulaban en redes sociales usuarios que aseguraban haber presenciado el incendio, éste se había iniciado en el piso 12 y no por la acción de quienes protestaban, porque por lo demás, ¿cómo se iba a quemar una estructura que por norma debía ser incombustible?

Sin embargo, todas esas teorías se derribaron con la investigación que llevó adelante el fiscal José Morales, de la Fiscalía Metropolitana Centro Norte, quien, por medio de diligencias encargadas al OS9 de Carabineros y Bomberos, pudo establecer que las llamas comenzaron a propagarse desde una bodega que la empresa mantenía al costado del edificio. Esto, según el peritaje realizado a imágenes obtenidas desde cámaras de vigilancia, luego de que dos sujetos no identificados sobrepasaran la reja perimetral “incorporando elementos con fuego”.

Aquello, conjugado con los elementos que había en el lugar, creó el escenario perfecto para que toda la estructura ardiera y se desatara la emergencia.

De acuerdo con la declaración tomada a Carlos Aguilar, quien en ese momento se desempeñaba como encargado de Obras de Enel y estaba en el lugar, “al interior de la bodega había principalmente herramientas y materiales para obras eléctricas, las cuales pertenecían a la empresa Powertec y Héctor Soto SPA. No eran elementos inflamables, sin embargo, la configuración de la estructura soportante de una de las instalaciones de faenas eran de madera”, lo que se considera como “carga de combustible”.

Con respecto al material de la escalera, el mismo profesional precisó que esta era de metal, “con revestimiento arquitectónico denominado ‘alucobond’ con la finalidad de que tenga una mejor impresión estética, asimismo, los peldaños tenían goma antideslizante”.

FOTO:CRISTOBAL ESCOBAR/AGENCIAUNO

La combustión

La noche del siniestro, voluntarios del Cuerpo de Bomberos de Santiago llegaron hasta las afueras del edificio corporativo buscando sofocar el fuego. Pero, más tarde, también elaboraron un detallado informe que fue incluido en la carpeta del caso.

Como se lee en sus conclusiones, “el incendio que tuvo su origen en materiales combustibles existentes al interior de la construcción usada como instalación de faenas por la empresa Powertec, se debió a la intervención de terceros”.

“Desde este punto, la combustión de la totalidad de la construcción señalada en el informe, las masas de flujos térmicos y de gases calientes se direccionaron hacia la caja de escalas, en particular hacia el espacio existente entre la estructura de la caja de escalas y el edificio, lo que permitió la propagación vertical del incendio por la fachada del edifico”, se complementó en el peritaje.

Asimismo, agregaron que el análisis de los registros de las cámaras del edificio permitió establecer que ese día a las 21.22 horas, un individuo arroja hacia la construcción un elemento portador de fuego, que a las 21.33 se observa el desprendimiento de humo desde la construcción y, asimismo, que a las 21.34 un individuo arroja objetos portadores de fuego al costado poniente desde la construcción. Todos fueron hechos -se precisa- “observados por personal de seguridad de la empresa encargada del control de este sistema”.

La situación se vio aumentada, conforme a los antecedentes detallados en el informe de Bomberos, porque a eso de las 21.44, personal de Enel que intentaba apagar el fuego, rompió la puerta de la construcción, acción que generó -como se describe- “la ventilación del interior de la construcción indicada”. Eso aumentó el proceso de combustión, debido al ingreso de oxígeno, por lo que ya a las 21.51 el siniestro estaba más que declarado y las alarmas de la central de los voluntarios se habían activado.

Los minutos de temor

En medio de los documentos contenidos en el marco de la indagación, también consta la declaración de Giovanni Campodónico, quien se encontraba en el edificio producto de sus labores como supervisor de seguridad de Xinerlink, empresa que presta servicios a Enel.

Le tocaba el turno nocturno que comenzaba a las 19.00 horas, por lo que desde su arribo notó las manifestaciones que había en el exterior, razón por la cual su testimonio fue calificado de gran relevancia por los investigadores.

“Cuando asumí el servicio, en las inmediaciones del edificio corporativo de Enel, había gran cantidad de manifestantes ocasionando desórdenes y daños a los locales que se encuentran en el sector. Alrededor de las 19.40 horas aproximadamente, junto al jefe de seguridad Nelson Huenumilla, encontrándonos en el frontis del edificio, nos percatamos que individuos a rostro descubierto lanzaban elementos contundentes hacia el interior del edificio, ocasionando daños en la infraestructura y cámaras de seguridad”, comenzó relatando el funcionario.

Aseguró que intentaron que los sujetos se detuvieran, increpándolos verbalmente, y que, lejos de lograrlo, a eso de las 20.40 horas, fueron notificados vía radial de que cuatro individuos con rostro cubierto habían logrado sortear las medidas de seguridad, ingresando al perímetro.

“Los sujetos citados anteriormente, sacaron especies desde la bodega, tales como planchas de madera, extintor y herramientas para aumentar la barricada que estaban realizando en la calzada de avenida Santa Rosa”, manifestó, para luego reconocer que cerca de las 21.10 se les informó que otros individuos habían ingresado y que estaban intentando prenderle fuego a la construcción.

Por eso, indicó, fue con otros dos guardias al sector, para intentar controlar el fuego con extintores. “Sin embargo, al llegar nos lanzaron gran cantidad de elementos contundentes al detectar nuestra presencia, por lo que sólo alcanzamos a abrir la puerta de dicha bodega, descargando rápidamente los 3 extintores”, aseguró.

FOTO:CRISTOBAL ESCOBAR/AGENCIAUNO

Dicha acción tampoco cumplió con el objetivo, pues como el mismo trabajador mencionó ante los efectivos policiales que le tomaron la declaración, ese fue el momento en que se propagó el siniestro: “Nos retiramos del sector del incendio, por cuanto aumentó rápidamente alcanzando la escalera”.

Al igual que las versiones de otros entrevistados, y como se pudo establecer en distintas pericias, el relato de Campodónico sirvió para alcanzar certezas de cómo ocurrió todo esa noche de 2019; sin embargo, no permitió tener detalles de los individuos que ingresaron. Por lo mismo, y aunque se acreditó la intervención de terceras personas, el fiscal José Morales no pudo perseverar, lo cual comunicó el 21 de enero de este año.

“Esta Fiscalía ha decidido no perseverar en este procedimiento, por cuanto durante la investigación realizada no se han reunido antecedentes suficientes para fundar una acusación”, aseveró en ese entonces ante el 7° Juzgado de Garantía de Santiago.

No hubo colaboración

Transcurridos meses desde dicha determinación, el persecutor comenta que no se logró ir más allá porque no fue posible llegar a testigos que quisieran declarar en torno a los sujetos que entraron al edificio esa noche.

“Este caso se dio en el contexto de manifestaciones masivas que se daban en el sector. Había una gran cantidad de personas y, además, resultaron destrozadas una gran cantidad de cámaras, y las que se lograron rescatar, eran de baja calidad de resolución, por lo que no permitían que se lograra identificar el rostro de las personas”, comentó el fiscal José Morales.

Así, agregó que “a diferencia del caso de la estación de Metro San Pablo Línea 1, donde sí se identificó a los autores, no hubo ninguna colaboración por parte de testigos ni personas que dieran antecedentes a la policía para identificar a estos sujetos. Eso obviamente debilitó mucho la posibilidad de dar con los autores, porque se revisaron todas las cámaras que estaban disponibles, pero como muchas fueron dañadas, tampoco se pudo hacer seguimientos”.

Por ello, recordando que sí logró que se condenara a individuos por la quema de estaciones de Línea 1 y 5, lamentó no haber podido perseverar: “Obviamente uno siempre quiere llegar a esclarecer los hechos, como sí se logró en otros casos, sobre todo porque este es un caso que resultó ser uno de los que inició otras situaciones graves que sucedieron ese día”.