¿El enemigo estaba al frente o al lado? Las lecciones en la derecha tras una difícil negociación
La disputa por la hegemonía en el sector, el fantasma presidencial y la arremetida de los socialcristianos, entre otros factores, tienen hoy a Chile Vamos y republicanos en un escenario electoral mucho menos auspicioso del que esperaban al inicio de las conversaciones. Aquí, seis conclusiones sacadas por sus dirigentes tras largos meses de conversaciones.
1.- Hegemonía en disputa
“El enemigo está al frente”. “Nuestro adversario es el Frente Amplio y el Partido Comunista”. “Tenemos que enfrentar unidos a la izquierda”. Estas fueron algunas frases que los presidentes y negociadores de los partidos de la oposición repitieron una y otra vez en estos largos meses de tratativas para las elecciones municipales y regionales, que concluyeron este viernes, al cerrarse definitivamente la posibilidad de “bajar” candidatos para los comicios de octubre próximo.
Pero las palabras se las llevó el viento en la centroderecha y el sector lleva sólo un candidato único en las 16 gobernaciones regionales: el UDI Marcelo Santana, en Aysén.
Las seis colectividades opositoras al gobierno de Gabriel Boric (Republicanos, UDI, RN, Evópoli, Demócratas y Amarillos) tampoco lograron ponerse de acuerdo tempranamente en levantar a figuras con tonelaje político que aseguraran la recuperación de alcaldías emblemáticas, como Recoleta y Maipú, donde estarán puestos los ojos la noche de la elección.
Desde Chile Vamos, y especialmente desde la UDI, acusan que en todo momento el partido de José Antonio Kast buscó “ponerles un pie encima” y que en muchas comunas estaban más preocupados de pavimentar el camino a futuros candidatos al Parlamento que de lograr arrebatarle alcaldías al oficialismo.
Ponen como ejemplo comunas claves, donde competirán entre ellos, como Arica, Antofagasta, Cerrillos, Rengo y Concepción.
Desde republicanos responden que se omitieron en 286 comunas y en la última fase de las negociaciones bajaron a sus candidatos en La Serena, Coquimbo, Viña del Mar, Peñalolén y Recoleta, entre otras comunas.
“Por si alguien está confundido, el dato objetivo es irrefutable, pudiendo llevar candidatos a alcalde en todo el país, llevamos sólo en 59 comunas, es decir, apenas el 17% del total país, lo demás es música”, afirma su presidente, Arturo Squella, quien hace unos meses le explicó a Matthei -con lujos y detalles- los lugares donde habían desistido competir.
“Quedamos muy sorprendidos con la falta de visión país que (los representantes de Chile Vamos) demostraron tener a ratos en el proceso. La insistencia en llevar de candidatos a “los hijos de” es muy llamativa, no sólo en Concepción, sino en Valdivia. Creo que tienen que revisar esa manera de ver la política, si es que se quiere gobernar el próximo año”, agrega Squella.
El analista político Gonzalo Müller (UDD) pone la pelota en el piso y afirma que esta “supuesta” lucha por la hegemonía en la derecha empantanó las negociaciones, impidió los pactos por omisión y terminó favoreciendo al adversario real, que son los candidatos del gobierno.
“La falta de diálogo en la derecha se hizo evidente. No hubo una coordinación real ni la discusión de una estrategia común. Chile Vamos, por un lado, y Republicanos, Demócratas y Amarillos, por otro, tenían objetivos y estrategias distintos y en algunos puntos bastante excluyentes”, advierte.
Habrá que esperar hasta la noche del 27 de octubre para ver cuál de los bandos ganó más territorios. Por mientras, la presidenta de Evópoli, Gloria Hutt, advierte que la competencia será “intensa”.
2.- El fin del anhelo de Piñera
Hace poco más de un año, el expresidente Sebastián Piñera -en una entrevista en La Tercera- propuso a su sector una hoja de ruta para volver a La Moneda en 2026: “Chile Vamos debe aspirar a una gran alianza desde la derecha republicana a Amarillos, Demócratas e independientes”.
Sin embargo, en la oposición coinciden en que la fallida negociación municipal y regional demostró que el anhelo del fallecido exmandatario hoy es prácticamente inviable.
“El resultado óptimo en las negociaciones sólo se va a dar cuando los partidos de derecha formemos un solo pacto electoral (a lo cual se opuso republicanos)”, afirma el presidente de la UDI, Guillermo Ramírez.
“Nuestros simpatizantes no entienden que la DC o el PPD puedan estar en el mismo pacto con el Partido Comunista o con el candidato chavista Alejandro Navarro, pero que Chile Vamos y republicanos no puedan estar juntos”, argumenta el diputado.
Desde un comienzo, la tienda de Kast se opuso a la idea de ir en un solo gran pacto electoral opositor y prevaleció la idea-fuerza que los vio nacer como partido en 2019, en orden a que republicanos y Chile Vamos son “proyectos políticos distintos”.
Con Demócratas y Amarillos tampoco resultaron bien las cosas. Pese a que en Chile Vamos muchos creían que estaban ante una oportunidad histórica para anexar a un centro político proveniente del tronco democratacristiano, las conversaciones no llegaron a buen puerto.
“En un momento nos plantearon este modelo de una Concertación desde la centroderecha, pero al poco andar notamos que Chile Vamos no tiene vocación de mayoría”, dice el presidente de Amarillos por Chile, Andrés Jouannet.
“Lamentablemente, no fue posible concretar un acuerdo y llevamos nuestra propia lista con 59 candidatos a alcaldes, más de 700 candidatos a concejales y candidatos propios en cuatro gobernaciones regionales, entre ellas Coquimbo y en el Biobío”, agrega la presidenta y senadora de Demócratas, Ximena Rincón.
3.- Un escenario a favor desaprovechado
Durante el primer trimestre, la oposición comenzó las conversaciones con un escenario muy a favor. El gobierno de Boric se enfrentaba ante una grave ola de homicidios, incluidos varios carabineros, y una economía que se estabilizaba, pero sin lograr repuntar.
Una situación muy diferente a la de cuatro años atrás, cuando el gobierno de Piñera pasaba por una tormenta perfecta, producto de los ecos del estallido social y el inicio de la pandemia, con un Frente Amplio en alza.
En una elección que tendría voto obligatorio -a diferencia de la anterior- nadie discutía que la lista más votada sería la de Chile Vamos y que los alcaldes y concejales electos por la derecha aumentarían considerablemente. Más aún si históricamente los triunfos municipales se han ido alternando entre la centroizquierda y la centroderecha.
Hoy, sin embargo, tanto en la oposición como en el oficialismo creen que en los próximos comicios se producirá un virtual empate de fuerzas, donde todos los sectores podrán lucir algún triunfo importante, y quien gane Santiago se llevará el premio principal.
“La oposición no estuvo a la altura de las circunstancias y fue incapaz de construir un pacto electoral amplio y diverso, que probablemente implique un mal rendimiento en octubre. Lo que agravaría ello es que viéramos una intensa disputa entre opositores que concluya en un triunfo del oficialismo”, afirma el analista político Tomás Duval (U. Autónoma).
4.- Socialcristianos: la arremetida que nadie vio venir
“Más allá de que todos hubiésemos querido un escenario perfecto, hay que ver el vaso medio lleno. En casi el 90% de las comunas llevamos candidato único, entre ellas Santiago, Maipú, Temuco, Puerto Montt, Chillán, Talca y La Serena”, afirma el presidente y senador de RN, Rodrigo Galilea.
Sin embargo, desde el interior de su propia coalición advierten que la realidad no es tan así, ya que al final del proceso de inscripción nadie vio venir la arremetida -por los palos- del Partido Social Cristiano (PSC) -colectividad de tendencia evangélica y conservadora fundada en 2022 a nivel nacional- que inscribió candidatos en todo Chile.
Ello, sumado a algunas comunas en que el Partido de la Gente (PDG) también lleva sus propios postulantes locales, podrían dificultar el éxito de las cartas únicas de Chile Vamos.
La comuna de Valparaíso es un ejemplo del daño que podría provocar esta dispersión foránea de la derecha. Pese a que Chile Vamos se omitió en favor del republicano Rafael González Camus, por el lado compiten otros tres candidatos de oposición: Alexis Olivero (PSC), Juan Marcelo Valenzuela (PDG e integrantes del streaming Bad Boys) y Marcela Figueroa (Amarillos), hija del exfutbolista y emblema de la selección chilena, Elías Figueroa.
“Sin ser perfecto, creo que el resultado de las conversaciones entre la UDI, RN, Evópoli y republicanos es razonablemente bueno. La verdad es que el mayor problema se da con los Social Cristianos, que se autodefinen de oposición, pero que no tienen domicilio ideológico claro”, reconoce el timonel de la UDI.
Pero ¿por qué nadie vio venir la irrupción del PSC?
Un dirigente de la UDI cuenta que el partido que preside la diputada Sara Concha había dicho que presentarían candidatos a gobernadores en todo el país, y a alcaldes, sólo en aquellas comunas donde tuviesen una carta fuerte, como era el caso de Concepción, con Héctor Muñoz.
Sin embargo, días antes de la inscripción, los Social Cristianos hicieron una “gran jugada”, según señala la misma fuente. Con información pública del Servel, contactaron a los candidatos independientes que aún no lograban reunir las firmas necesarias y les ofrecieron ir por el partido. “En un par de días levantaron más de 50 candidatos”, entre ellos Aldo Duque en Santiago (luego se bajó) y el ex UDI Manuel Millones, en Valparaíso.
“Es muy difícil conversar con un partido que no le da el mismo valor que le damos nosotros a derrotar a la izquierda y que tiene candidatos que en el pasado pertenecieron a partidos de todo el espectro político”, responde Ramírez.
5.- El factor presidencial que no se pudo dejar a un lado
Aunque no lo digan públicamente, en Chile Vamos y en republicanos reconocen que el factor presidencial siempre estuvo presente en las negociaciones.
Tanto Kast como Evelyn Matthei -los dos candidatos mejor ubicados en las encuestas- estuvieron encima de las tratativas, bajando y subiendo candidatos. El caso más bullado se produjo el 23 de abril en Santiago, cuando la alcaldesa de Providencia le pidió a Sebastián Sichel bajarse en favor de Mario Desbordes (RN) para no tensionar las negociaciones.
El gallito entre ambos presidenciables -que en los últimos días estuvieron en la Décima y Duodécima región, respectivamente- continuó hasta última hora en el Biobío, donde finalmente Chile Vamos, republicanos y los Social Cristianos se enfrentarán entre sí.
En el oficialismo, en cambio, el tema presidencial no fue tema, lo que facilitó candidaturas únicas, como fue el caso de Santiago, donde se le despejó el camino a Irací Hassler (PC).
6.- Inexperiencia y pugnas internas
Las divisiones internas en los partidos también atentaron, a ratos, contra la unidad de objetivos. El caso más emblemático fue el ocurrido en Las Condes a mediados de marzo, cuando el ala dura de la UDI forzó la bajada de la actual alcaldesa, Daniela Peñaloza, apoyando a Marcela Cubillos, doblándole la mano a la directiva entonces liderada por Javier Macaya y Pepa Hoffmann.
Desde el sector disidente a la actual directiva en su momento también cuestionaron el doble rol de Hoffmann, como negociadora y al mismo tiempo candidata a la Gobernación de Valparaíso, lo cual terminó con su salida y un desfile de reemplazantes, entre ellos Felipe Salaberry, el diputado Juan Antonio Coloma, Macaya y finalmente Ramírez.
RN, en tanto, tuvo su propia teleserie en Puente Alto, al no poder bajar al concejal independiente cercano a RN, Felipe Ossandón, quien le competirá por fuera a la candidata oficial del sector, la exministra Karla Rubilar (Ind.-RN).
A ello, se suma el error en la inscripción de 129 candidatos a concejales fuera de plazo -en la Región de Los Lagos, Metropolitana y O’Higgins- que ha producido una fuerte tensión interna en las últimas reuniones de la comisión política y que la directiva ha pedido mantener en privado para no afectar las apelaciones a los Tribunales Electorales Regionales (TER).
Un dirigente advierte que, de confirmarse la decisión del Servel, sería una situación “extremadamente grave”.
En Evópoli, la negociación municipal también ahondó la grieta entre la directiva que preside Gloria Hutt y el bloque disidente encabezado por los senadores Luciano Cruz-Coke y Felipe Kast, que se apresta a competir en las elecciones internas prevista para fin de año.
A través de un WhatsApp que envió a diversos grupos del partido, Cruz-Coke pronosticó un mal resultado en concejales, señalando que será difícil “repetir el mínimo que hoy tenemos de cuatro diputados en ejercicio para sostener nuestra existencia legal”.
Kast se sumó a los cuestionamientos y dijo estar “muy decepcionado” del trabajo realizado por Hutt, que, a su juicio, cedió demasiado en favor de la UDI.
“Tenemos un buen plantel de candidatos y ahora hay que poner toda la fuerza en salir a ganar”, responde la exministra de Transportes.
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.