El retorno de Sarah Palin a la política electoral de la mano de Trump
La candidata a la vicepresidencia en 2008 anunció su participación en la carrera por el único escaño de Alaska en la Cámara de Representantes. El exmandatario republicano fue uno de los primeros en darle su apoyo a la exgobernadora. Según expertos, ambos representan la retórica más “anti-establishment” que llevó al magnate a la Casa Blanca.
Luego de más de una década fuera de la política institucional en EE.UU., la republicana Sarah Palin anunció el sábado pasado que participaría en la carrera por el único escaño de la Cámara de Representantes del estado de Alaska. Esto, después de conocerse de la muerte de Don Young, el legislador republicano que durante 50 años mantuvo el cargo, y que a sus 88 años se preparaba para otra reelección.
La vuelta de Palin (58) fue bien recibida por el expresidente Donald Trump (2017-2021), que no tardó en dar su apoyo a la exgobernadora de Alaska (2006-2009) al saberse la noticia de su postulación. Ambos, dicen los expertos, representan la retórica más “anti-establishment” que llevó al magnate a la Casa Blanca.
La republicana acompañó a John McCain como candidata a vicepresidenta en la campaña de 2008, cuando Barack Obama y Joe Biden ganaron las elecciones. Desde entonces, Palin había desaparecido de la política.
“Estados Unidos está en un punto de inflexión. A medida que veía a la izquierda destruir nuestro país, sabía que tenía que pararme y unirme a la pelea”, declaró Palin el viernes pasado, cuando se anunció como candidata a la Cámara de Representantes por el estado por el que fue gobernadora.
Uno de los primeros en mostrar su apoyo a Palin fue Trump, recordando el rol que jugó ella en su propia campaña en 2016. “Sarah sorprendió a muchos cuando me apoyó desde el inicio en 2016, y esa vez ganamos en grande. ¡Ahora es mi turno! Sarah ha defendido los valores de Alaska, la energía de Alaska, los trabajos y al gran pueblo de Alaska”, señaló el líder republicano.
Ya en marzo, el eje Trump-Palin se venía reconstruyendo, cuando la exgobernadora comentó en Fox News que Estados Unidos “necesitaba gente como Donald Trump, gente que no tiene nada que perder, como yo. No tenemos nada que perder: no más de estas ‘tostadas de vainilla’, tontas y cobardes que han estado pasando”. Así, el desafío de Palin sería mantener el escaño de Alaska para el Partido Republicano: debido a la población del estado, solo aporta con uno de los 435 representantes de la Cámara Baja norteamericana.
“Palin llegó a representar el extremo en el ala antiintelectual y populista del Partido Republicano. Pero el partido ya la superó por completo ahora, y ya no es un símbolo”, comenta al respecto Clyde Wilcox, politólogo de la Universidad de Georgetown, en declaraciones a La Tercera.
De vuelta en la política, Palin declaró “sentirse insultada” en medio de la discusión por la elección de la jueza de la Corte Suprema. El Presidente Joe Biden se había comprometido a elegir a una mujer negra como uno de los nueve integrantes del máximo tribunal: la nominación cayó sobre la jueza Ketanji Brown Jackson, nominada para reemplazar al juez demócrata Stephen Breyer.
“Es bastante insultante que (el presidente) decidiera simplemente crear esos parámetros y ceñirse a ellos porque, ya sabes, no es que no esté calificada, pero hay tantos constitucionalistas bien calificados que podrían ser elegidos para ese tribunal supremo del país”, indicó la ahora candidata a la Cámara de Representantes en declaraciones a la cadena Real America’s Voice, cuadrándose con la postura general de la oposición respecto al tema. De todos modos, Jackson fue confirmada este jueves, convirtiéndose así en la primera jueza afroamericana en integrar la Corte Suprema.
Entre otra postura polémica, en diciembre del año pasado, Palin declaró que recibiría la vacuna contra el Covid-19 solo “por encima” de su cadáver. Al igual que muchos republicanos, se cuadró con la postura de la libertad individual en desmedro de la vacunación, afirmando respecto a la inmunización: “No lo haré, y es mejor que tampoco toquen a mis hijos”. En marzo de ese año, ya había dado positivo por la enfermedad.
Palin se hizo conocida a nivel nacional en EE.UU. cuando fue la inesperada elegida de John McCain para ser su compañera de fórmula en las elecciones presidenciales de 2008. “No es de estas partes, y no es de Washington. Pero cuando la conozcan, estarán tan impresionados como lo estoy yo”, la presentó en ese entonces el candidato republicano a la Casa Blanca. Hasta ese momento, Palin había sido alcaldesa y gobernadora en el estado de Alaska.
De esos tiempos, Trump se refirió a Sarah diciendo que había “sacado a esa campaña de los basureros, a pesar de que tuvo que aguantar a gente muy mala, estúpida y celosa dentro de la propia campaña”. “Trataron de destruirla, pero no dejó que eso pasara”, señaló el exmandatario. Respecto a la carrera de 2008, que a vistas de los republicanos fue un rotundo fracaso, llegó a hacerse una película, Game Change, de 2012, protagonizada por Julianne Moore en el papel de Palin.
Durante esa campaña, Palin acaparó rápidamente la mirada de los votantes, luego que una serie de errores la dejaran como una candidata ignorante y poco preparada. En un debate con Biden, se le preguntó cuál era la función del vicepresidente, equivocándose al sobredimensionar las atribuciones del cargo. En otra ocasión, hablando sobre las escuelas que Estados Unidos estaba construyendo en Afganistán, se alegró de la cooperación norteamericana con “su país vecino”. Años más tarde, el republicano Dick Cheney llegaría a admitir que su elección como candidata a vicepresidenta “fue un error”.
En cuanto a la elección del representante por Alaska en la Cámara Baja, la carrera no está para nada decidida: el estado tiene su propio sistema de primarias especiales. El 11 de junio se votará entre 48 candidatos, entre los que hay seis demócratas y 16 republicanos. De esa consulta, los cuatro primeros pasarán a la contienda final el 16 de agosto, en un sistema de elección por orden de preferencia.
Respecto a las posibilidades de Palin de conseguir el escaño de Alaska, Wilcox comenta: “Sí, es posible que gane, pero no creo que salga de eso. Será otro de los representantes republicanos salvajes en la Cámara”.
Entre los competidores por el cargo, llama la atención un hombre que cambió su nombre por “Santa Claus” legalmente y que trabaja en la municipalidad de North Pole. Claus, que ha declarado tener una “fuerte afinidad” con el senador Bernie Sanders, corre esta carrera como independiente.
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