Verónica Undurraga (Ind.-PPD): “En esta segunda etapa no podemos ir más a la izquierda que el anteproyecto, eso es imposible”
La presidenta de la Comisión Experta reconoce que el oficialismo se encuentra en un escenario complejo y que, por lo mismo, tienen que ser realistas y dejar atrás la aspiración de volver al texto de los comisionados. Además, afirma que harán todos los esfuerzos para alcanzar un acuerdo, pero recalca que requieren de dos votos republicanos para visar cualquier cambio definitivo.
La presidenta de la Comisión Experta, Verónica Undurraga (Ind.-PPD) aborda por primera vez la nueva etapa de modificaciones al texto del Consejo. Habla de realismo, flexibilidad, de creatividad y de disposición total a hacer un último esfuerzo. Descarta de plano una estrategia del todo o nada. “Tenemos que hacer todos los esfuerzos posibles para renovar el espíritu del Acuerdo por Chile”, afirma.
¿Cómo evalúa la fase que acaba de culminar en el pleno del Consejo?
Lo primero que hay que decir es que se ha cumplido con el reglamento, todos los plazos y los procedimientos se han ido cumpliendo. Lo segundo es que naturalmente los consejeros y consejeras tienen toda la legitimidad política para revisar y trabajar sobre el texto del anteproyecto. Ahora bien hay que decir que se hicieron cambios muy sustantivos al anteproyecto que desbalancearon el equilibrio que se había logrado en la Comisión Experta y hay que tener conciencia de que esas decisiones tienen un impacto.
Usted en un pleno comentó que los habían sacado del texto, ¿lo sigue creyendo?
Hasta el momento sí, tal como está el texto, pero aún faltan etapas. Vamos a hacer todos los esfuerzos posibles para volver a entrar a este texto.
¿O sea no podría aprobar el texto?
Con el texto como está en este momento, yo no estaría en condiciones de aprobar, pero tengo realmente mucha esperanza de que todas las fuerzas políticas hagamos una reflexión profunda, que los partidos nos den respaldo en las etapas que faltan y logremos el objetivo de este proceso, que es el mismo propósito que está en el Acuerdo por Chile: darle al país una Constitución en que todas las personas sientan que tienen una adhesión política, desde el Partido Republicano al Partido Comunista.
¿Por qué cree que no fue posible llegar a un acuerdo más amplio en el Consejo?
Se cometieron algunos errores de conducción. Hubo cierta torpeza en la manera en que se debatió y se votó en las comisiones. Reconozco que hubo presidentes de comisiones que hicieron un gran esfuerzo de escuchar, de poner un tono en la conversación que hacía que se pudieran expresar las convicciones y las divergencias en forma más respetuosa, pero hubo también mucha torpeza en otras comisiones y mucha torpeza en algunas instancias de negociación. También hubo poca claridad en cuáles eran las estrategias de los distintos partidos políticos y los distintos grupos, a veces uno sentía que estaban tanteando estrategias.
¿Esos errores de conducción son responsabilidad del Partido Republicano?
Todos tenemos que hacer una reflexión sobre qué podríamos haber hecho mejor, pero claramente aquí hay una fuerza que es el Partido Republicano que es la que tiene la conducción de este proceso.
La derecha acusa que no hubo acuerdo porque faltaba voluntad de la izquierda.
El diálogo requiere escuchar y atender efectivamente las posturas de la otra parte. Cuando el comisionado (Domingo) Lovera decía, por ejemplo, que no nos dejaban compartir el lápiz, es absolutamente cierto. En el Consejo las enmiendas de unidad de propósito se llamaban así solo porque cumplían con el quórum reglamentario para ingresarse, pero prácticamente todas fueron escritas por la derecha.
¿Fue un error cuando su sector pidió bajar cerca de 17 temas en la última mesa de negociación?
Yo creo que se ha entendido mal lo que pasó esa noche, porque no era bajar todas esas normas, era decir conversemos sobre todos estos temas.
Para la derecha ese hito evidenció que la estrategia de ustedes era ir por el todo o nada.
No fue así. Cuando decimos que tenemos problemas con la regulación del Estado social, eso no es algo que esté radicado en una sola norma, sino que los problemas están tejidos a lo largo de todo el texto. Entonces, por eso parecía como si fuera un todo o nada, pero no así, era plantear que por favor discutamos estos temas y veamos cómo podemos reescribirlos. Cuando uno mira hacia atrás algo que no resultó, uno dice, podría haberse hecho mejor, podríamos habernos comunicado mejor.
¿Qué tan dispuestos están a ceder?
Tenemos absoluta conciencia de que el Consejo instaló algunos temas y que tenemos que hacernos cargo de esas temáticas. Por supuesto que no podemos hacer caso omiso a eso. Para cada uno de esos temas lo que sí podemos hacer es poner todos los esfuerzos posibles para buscar alguna redacción que nos permita encontrar lugares comunes.
¿Eso significa desprenderse de la redacción del anteproyecto?
Sí. No hay que olvidar que las redacciones del anteproyecto fueron un trabajo de joyería extremadamente difícil y duro. Pero no importa, esa etapa pasó y tenemos el interés, la creatividad y la voluntad de poder, eventualmente, cambiar esas redacciones y buscar otras que también cumplan con ese objetivo. Vamos a hacer todos los esfuerzos posibles, todos, absolutamente todos, para llegar a un texto que sea aceptable y que la ciudadanía esté dispuesta a aprobar. Al mismo tiempo, en un ejercicio de responsabilidad, quiero que quede muy claro que cualquier acuerdo en la Comisión Experta tiene que estar muy respaldado, primero por los partidos políticos, luego por los comisionados y sobre todo por los consejeros. Para que esto prospere se necesitan 30 votos en el Consejo y ya sabemos quiénes controlan el grueso de esos votos.
¿Descarta entonces que estén en esta estrategia del todo o nada?
Estamos en otro escenario político, en esta segunda etapa no nos podemos ir más a la izquierda del anteproyecto, eso es imposible. El Consejo tiene mayoría a la derecha y si tenemos que llegar a acuerdo ahora, naturalmente nuestro límite izquierdo de alguna manera es el anteproyecto. Es decir, el texto al menos va a ser igual de moderado o más moderado todavía, incluso, digamos, hacia la derecha. Hay un diagnóstico que es importante que quede claro y es que los problemas no están en cinco normas, no están en siete normas. Hay que hacer una revisión general del texto para equilibrarlo, pero eso no significa el todo o nada, porque el todo o nada habla de intransigencia y esto no es así, esto tiene que ver con buscar el equilibrio en el texto.
¿O sea de cierta forma ya aceptaron que este es un texto que está en una cancha de derecha, pero quieren que la cancha quede un poco más amplia?
Es que tenemos que ser realistas con la situación en la que estamos. El tema es que tenemos que hacer todos los esfuerzos posibles para corregir el rumbo del texto hacia un texto en que podamos sentir que todos los sectores podemos convivir.
¿Y cómo conviven en un texto en el que la derecha ya ha dicho que tendrá libertad de elección en salud y seguridad social y con propiedad de fondos de pensiones?
Parte esencial de cualquier diseño constitucional es que en aquello en lo que no haya acuerdo, ese tema quede fuera del texto. Eso no es un vacío. Cuando no hubo un encuentro en un lugar común en el anteproyecto, como pasó con esos temas que menciona, fue porque se decidió que ese era un tema que correspondía a que se siguiera debatiendo en el Congreso. Lo más común a nivel comparado es que las constituciones permitan que los poderes colegisladores diseñen los sistemas de seguridad social y los sistemas de salud. Eso es lo normal. Lo que es menos común es que se establezca una norma constitucional bajo la cual muchos posibles diseños de seguridad social o de sistemas de salud pudieran ser impugnados por ser inconstitucionales.
El punto es que los silencios ya no existen. Si no hay 3/5 para observar la norma queda confirmada esa parte del texto del Consejo. Por eso le pregunto, ¿pueden convivir con esos temas?
Esas son normas que evidentemente van a ser parte de las conversaciones en estos días. Nuestra postura ha sido que la definición de política pública en estas materias no tiene que estar en la Constitución. Ahora, en la norma del Consejo, sí hay una definición de política pública. Está todo abierto para que lo discutamos, pero va a depender de si hay voluntad política, de todos los grupos y especialmente de quienes hasta ahora han dicho no me toquen esas normas. De nuestro lado estamos disponibles a discutirla.
Han dicho que esto tiene que ser una conversación integral. ¿Van a estar dispuestos a hacer cambios puntuales?
No venimos con ideas preconcebidas. Estamos dispuestos a ser flexibles en buscar todo tipo de soluciones para cumplir con el propósito de una Constitución que sea razonable para todos los grupos.
¿Esperaría que algunos comisionados de Chile Vamos estén disponibles a sumarse a enmiendas de ustedes?
Yo espero que todos los grupos estén dispuestos a sumarse a enmiendas de los otros grupos que consideren razonables. Pero vuelvo al punto anterior, incluso si tuviéramos todos los votos en la Comisión Experta y luego incluso si tuviéramos todos los votos de la izquierda y Chile Vamos en el Consejo, aún así no sería suficiente. Con eso no llegamos a los 30 votos para aprobar las observaciones, faltan al menos dos votos del Partido Republicano.
¿Existe espacio todavía para que personas como usted o su sector se puedan sumar por el ‘A favor’?
En la medida en que quienes tienen el control de este proceso se convenzan de corregir el rumbo, nosotros vamos a aportar con todo lo que tenemos, con toda nuestra fuerza para que eso sea posible.
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