Aglomeraciones: El peligro latente que viven los guetos verticales en medio de la epidemia
Estas megaconstrucciones, de 300 y hasta 400 departamentos, cumplen con la principal característica que facilita el contagio: mucha gente en poco espacio. Las comunidades de Estación Central, Recoleta y Santiago han tomado precauciones y extremaron las labores de limpieza, pero el tamaño de los ascensores no ayuda. Expertos miran la experiencia similar de alta densidad en Singapur y Hong Kong, donde el Estado hace un monitoreo al centímetro de estos espacios, y piden que acá los municipios lo repliquen. También dan recomendaciones prácticas para el cara a cara diario.
Ascensores repletos. Aglomeraciones de gente en los accesos. Poca distancia entre unos y otros. Estos son algunos de los factores de riesgo que pueden propiciar el contagio del Covid-19. Expertos aconsejan aumentar la frecuencia de la desinfección de espacios comunes y mejorar la organización en la comunidad.
En rigor, estos conceptos son hablando en genérico. Ejemplificando un espacio-tipo donde el virus puede encontrar su mejor caldo de cultivo. Pero la descripción también corresponde a lugares concretos de la Región Metropolitana, los llamados “guetos verticales”. Edificios enormes, de más de 25 pisos y donde viven cientos de familias. La comuna de Estación Central sabe de varios.
“En la mañana no hay mucha gente, pero a eso de las cuatro de la tarde, cuando empiezan a volver, se forman filas y aglomeraciones en los espacios comunes”, señalan desde la conserjería de una comunidad de edificios de Alameda con General Velásquez.
Agregan que se han aumentado las medidas de higiene y desinfección, particularmente en ascensores, pero que nada da abasto. Y se nota que los residentes están nerviosos.
“Se han acercado personas de la autoridad sanitaria a indicarnos las medidas que tenemos que tomar debido a que somos una comunidad con alta densidad de gente: usamos mascarilla y desinfectamos con mayor frecuencia que antes. Hacemos todo lo que podemos, esperamos que resulte”, agregaron.
También hay de estos edificios en Santiago Centro y Recoleta. “Acá es terrible estar en cuarentena, no hay espacio, es mucha gente, nos vamos a volver locos”, dijo a través de redes sociales una residente de la comuna céntrica que se identificó como Laura.
Pocos ascensores
Para los expertos, el tema está claro. “En los guetos verticales se produce una alta concentración de gente que resulta muy peligrosa. Hay problemas de hacinamiento que se producen en los espacios comunes, sobre todo porque hay muy pocos ascensores. Se forman colas en los pasillos y los accesos. También en los hall y pasillos, que para la densidad del edificio son inadecuados e insuficientes”, dice el arquitecto Iván Poduje.
"Estos edificios tienen sobre 300 y hasta 400 departamentos. Su densidad por manzana va de 800 a mil habitantes; para hacerse una idea, en Santiago el promedio es de 100. La densidad en sí misma no es un problema, pero sí lo es cuando existen pocos espacios comunes que obligan a los residentes a sufrir aglomeracionese en medio de una crisis sanitaria”, agrega.
El infectólogo Rodrigo Blamey, de la Clínica Las Condes, destaca que “toda concentración de gente es poco favorable. No hay un número mágico. Hay que hacerse la idea que mientras más personas se aglomeren, más serán infectadas. Si tú permites que se junten 10 personas, la velocidad de contagio aumenta en la misma proporción. Si suben muchas personas a un ascensor y hay alguno contagiado la probabilidad del resto de contagiarse aumenta bastante. El hacinamiento que significa un ascensor con 10 personas es uno de las razones de por qué tenemos epidemias en invierno”.
Precauciones a tomar
A pesar de los riesgos que representan los ascensores en estos llamados guetos verticales, los expertos aseguran que de todas formas se pueden tomar algunas precauciones.
“En lo posible, esperar un ascensor con poca gente y siempre usar mascarilla. Si no hay disponibilidad de mascarilla, evitar estar mirando cara a cara al resto. Si alguien tiene síntomas, entrar al ascensor con mascarilla, o por último intente avisar a los demás y que lo dejen subir solo en el ascensor”, señala el especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Chile, Miguel O’Ryan.
La infectóloga de la Universidad Católica, Karen Ayala, añade que “el modo de transmisión del coronavirus es a través de gotitas respiratorias de la personas que está contagiada. Se transmite por el aire, en el estornudo, y puede entrar a una persona a través de los ojos o las narices. También estas partículas pueden caer a superficies inanimadas, como los botones del ascensor, pero también las manillas de las puertas y las barandas en el caso de los edificios”.
Es por este motivo, uno de los consejos de los expertos para mantener el virus controlado en estas megacomunidades es la desinfección diaria de los ascensores: “El personal de aseo es muy importante. Yo recomendaría aseo frecuente en las horas de más personas, en la mañana y en la tarde, cada una hora como máximo. Cualquier solución de limpieza con cloro o detergente”, agrega Blamey.
En el mundo: labor del Estado
Roberto Moris, profesor de Arquitectura de la Universidad Católica, apoya todas estas reflexiones en base a la experiencia internacional. “Hay que ver lo que se ha hecho en Singapur y Hong Kong, donde hay densidades parecidas. Allá ha habido mucho más seguimiento por parte del Estado”, dice.
Sostiene que “el gobierno, a través de las municipalidades, debería tener un mayor seguimiento de estos lugares. También las comunidades de los edificios requieren muchísima más organización. Una buena medida es organizar turnos para el uso de los espacios comunes, por ejemplo para para que los niños puedan tener una cierta liberación, que salgan al patio con los papás”.
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