Ángela Vivanco, la inesperada aliada del juez Muñoz en la Corte Suprema

Pleno extraordinario de Ministro de la  Corte Suprema
FOTO:CRISTOBAL ESCOBAR/AGENCIAUNO

Llegó al máximo tribunal con resquemores de algunos sectores de la oposición que le enrostraron -durante su postulación- representar a la derecha "ultra conservadora". Esto por su intervención, en representación de Chile Vamos, en la batalla librada en el TC, en 2017, en contra del proyecto de ley emblema de Michelle Bachelet para legalizar el aborto en tres causales. A más de un año de su arribo al Poder Judicial, la jueza cobra protagonismo en una impensada alianza con el presidente de su sala, el juez Sergio Muñoz.


"Yo soy una persona muy moderada. En algunos aspectos puedo ser más conservadora y en otros más liberal. Soy una persona seria que respeta el derecho de las personas y que puede estar más o menos de acuerdo con una ley u otra, pero no tengo ninguna característica que se pueda identificar con ser extrema, ni militante de ninguna especie. Entonces que te digan ultraconservadora, ¿De dónde? Me pareció algo tan alejado de mí".

Esa fue la respuesta que dio la ministra de la Corte Suprema Ángela Vivanco a la revista Capital cuando le consultaron por las críticas que hubo en la oposición cuando el Presidente Sebastián Piñera la nominó al cupo de abogado externo del máximo tribunal, en julio del año pasado. Algunos en el Congreso le enrostraban, entonces, el rol que había tenido un año antes frente al Tribunal Constitucional,  cuando representó el requerimiento de Chile Vamos para impedir que fuera ley el proyecto que permitía el aborto en Chile bajo tres causales.

A más de un año de su arribo al Poder Judicial, la jueza ha cobrado protagonismo. Es la integrante más joven de la Tercera Sala del máximo tribunal, presidida por el ministro Sergio Muñoz, que esta semana emitió un polémico fallo en el cual argumenta que "las actuaciones del Tribunal Constitucional, llevadas a cabo al margen de las atribuciones entregadas por la ley o la Constitución, pueden ser controladas" mediante recurso de protección. El fallo - que rechaza el recurso de protección presentado por la Asociación de Municipalidades-activó la reacción del TC, el cual acusó al máximo tribunal querer rediseñar las competencias constitucionales, y puso de manifiesto una pugna de poder al interior de la Suprema.

Sorpresa

Cuando en marzo de este año este recurso de protección fue declarado admisible por la Corte Suprema, la resolución contó con el voto en contra de Vivanco. Fue la única que estuvo por declararlo inadmisble. "¿Cómo era posible que el Poder Judicial controlara vía recurso de protección las actuaciones de un cuestionado TC?", fue la pregunta que resonó en los pasillos del Palacio de Tribunales y de la sede del propio TC. Un ministro del TC, organismo que en su momento era presidido por Iván Aróstica, sostuvo a La Tercera que "sin duda ese voto en contra de la admisibilidad fue un voto valiente, no es fácil disentir en esa sala". Esto, en alusión a la ascendencia que tiene el ministro Sergio Muñoz respecto a sus pares, no tan sólo en la Tercera Sala sino también demostrado mientras fue presidente de la Corte Suprema.

Ahora que se conoció el fondo del recurso, algunos recibieron con sorpresa el voto de Vivanco. Esto porque se unió a los votos de mayoría de Muñoz, Carlos Aránguiz y el abogado integrante Álvaro Quintanilla, en el sentido de que rechazó el recurso. Sin embargo estuvo en la decisión mayoritaria -que no compartió la ministra María Eugenia Sandoval- de dejar por establecido que el TC, pese a su autonomía, si se aleja de actuaciones dentro del margen legal sí puede ser controlado por el Poder Judicial. Todo esto no vino más que a confirmar una hipótesis que desde hace tiempo está latente en el máximo tribunal y es que la jueza Vivanco se ha convertido en la "aliada inesperada" del juez Muñoz en esa sala.

Aún así, sostienen sus cercanos, Vivanco votó en la misma línea de su rechazo a la admisibilidad y el recurso porque en esta materia sostiene que quien se debe pronunciar es el juez de la sala laboral y no correspondía a la Tercera Sala inmiscuirse en el fondo.

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Dominga y su paso por la UCC

A pocos meses de llegada al Poder Judicial -en el cupo que había dejado el ministro  Patricio Valdés, reconocido por ser conservador- la ministra Ángela Vivanco, en ese entonces en la Cuarta sala laboral y que ve asuntos de familia en la Suprema, fue parte de la sentencia que acogió una casación y ordenó no tan sólo el cambio de nombre en el Registro Civil de una persona transgénero, sino que además dictaminó que se realizara el cambio de sexo correspondiente a la solicitud del demandante. "Se vulneran los derechos fundamentales de las personas transexuales al mantener el sexo registral, pese a su identidad de género diverso", decía el fallo. La misma Vivanco que había alegado en el TC en contra del derecho de las mujeres de poder interrumpir su embarazo bajo tres causales específicas, participaba de un histórico fallo en que se sostenía que "supeditar la reasignación sexual a la previa realización de una intervención quirúrgica implica una visión reduccionista".

Luego de esto, ha protagonizado importantes fallos en que ha estado en la mayoría con Muñoz, como fue el caso por el proyecto minero Dominga. En esa sentencia se rechazar las reclamaciones presentadas por Andes Iron, devolviendo el caso al Tribunal Ambiental de Antofagasta, el que ahora deberá analizar el fondo. Su posición fue sorprendente para algunos abogados de la plaza, teniendo en cuenta el voto a favor de Dominga de quien -dentro de la Corte Suprema- también ocupó un cupo de sensibilidad conservadora como es el abogado Arturo Prado Puga.

Para algunos Vivanco y Prado deberían ser el contrapeso a la doctrina de Muñoz en esa sala, sin embargo la magistrada tiene una visión del derecho -dicen quienes la conocen- muy parecido a la del presidente de su sala.

Ángela Vivanco Martínez tiene 56 años. Es abogada de la Universidad Católica, casa de estudio en la que hasta el día de hoy hace clases. Además es doctora en derecho por la Universidad de La Coruña, España. La academia es una de sus grandes pasiones y decidió no abandonarla, pese a la carga laboral que ha significado para ella su integración en la Corte Suprema. En general quienes realizan los fallos son los relatores de las salas, sin embargo -quienes conocen a la ministra- aseguran que desde que llegó es ella misma quien trabaja en sus votos y siempre está dispuesta a realizar las redacciones.

Durante sus años de estudio tuvo como profesor a José Luis Cea, quien -dice- es su mentor. Hizo su memoria sobre libertad de expresión en tiempos de la dictadura y la publicó en un libro muy sugerente para la época. Fue decana de derecho de la Universidad Santo Tomás y escribió un curso sobre derecho constitucional en tres tomos, que reúnen entre sí más de mil páginas.

Es divorciada y anulada canónicamente, y madre de una hija, con la cual tiene una relación muy estrecha. Con sus amigos suele conversar sobre su preocupación por la desigualdad y su idea de administrar justicia siempre desde la óptica de la protección de los derechos de las personas.

Fue presidenta de la Unión de Centro Centro, partido fundado por el empresario Francisco Javier Errázuriz de quien fue cercana asesora. Luego militó en RN, llegando a participar hace años atrás en una aventura política, siendo candidata a diputada por ese partido. Quienes la conocen desde su época universitaria aseguran que nunca ha sido de pensamiento ideológico extremo, más bien defiende una voluntad democrática y pluralista.

En una entrevista con La Tercera defendió que la Corte Suprema ordene a Salud el cubrir los medicamentos de alto costo. Hace algunos días revocó un fallo de la Corte de Apelaciones y declaró legal la ordenanza dictada por el alcalde de Las Condes Joaquín Lavín que prohibía fumar en parques.

Un abogado constitucionalista que la conoce asegura que no era "tan inesperado" que participara de alianzas con Muñoz. "Es verdad que es un cupo de la derecha en la Suprema, pero parece que ese sector no entiende lo que es nombrar un juez, no importa donde vota, lo importante es cómo ese abogado comprende el derecho y ella es profesora de la Universidad Católica que ha escrito sobre derechos, es especialista en bioética entonces era predecible que la manera en que entiende el derecho sea similar a la del juez Muñoz".

Ahora no siempre Vivanco y Muñoz han estado de acuerdo. En la sentencia por el recurso que le devolvió el cargo a la subcontralora Dorothy Pérez, la ministra tuvo una visión muy distinta a la del juez y eso mismo se ha replicado en otros asuntos del órgano fiscalizador que han llegado a esa sala.

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