Carmen Gloria Larenas, directora del Teatro Municipal: “Estamos en condiciones de llegar respirando a diciembre”

05.03.2020

ENTREVISTA A CARMEN GLORIA LARENAS, DIRECTORA DEL TEATRO MUNICIPAL DE SANTIAGO.

FOTO: VALENTINA MORA / LA TERCERA
La directora general del Teatro Municipal, Carmen Gloria Larenas, cree que en septiembre podría comenzar el regreso de los trabajadores al recinto musical.

A pesar de los problemas financieros heredados y de la falta de ingresos debido a la pandemia, la autoridad del principal recinto clásico del país estima que la fidelidad de los abonados y auspiciadores y la austeridad entre los trabajadores han permitido navegar sin naufragios en un año complejo.


En menos de un año, Carmen Gloria Larenas (1968) ha tenido dos regresos al Teatro Municipal. En noviembre del año 2019 y en pleno estallido social, volvió para asumir como directora general después que dejara el recinto en el 2007, cuando era jefa de comunicaciones. Entremedio, fue gerenta general de la Corporación Cultural Lo Barnechea y luego, por casi una década, directora artística del Teatro del Lago de Frutillar. En pleno 2020, regresó el jueves 23 de julio para anunciar la Temporada 2021 después de haber estado en casa durante cinco meses. En el intertanto, como una parte de los chilenos, había estado en casa teletrabajando. O, en su caso, teledirigiendo el coliseo lírico.

Ha sido un año particularmente duro para el principal teatro clásico del país. Ya lo había sido el 2019, con el despido de 60 trabajadores como corolario triste de una crisis financiera con una deuda sobre los 6 mil millones de pesos. En ese momento salió el director anterior, el francés Frédéric Chambert, y asumió Carmen Gloria Larenas, elegida por el alcalde de Santiago Felipe Alessandri, presidente del directorio del recinto.

En aquel regreso por un día de julio Carmen Gloria Larenas y el edil anunciaron la temporada 2021, una programación anual plagada de grandes hits, desde óperas como Carmen a ballets como Giselle o conciertos como las sinfonías de Beethoven. Se observa claramente que la misión y el mandato es poder atraer público en tiempos aciagos para el país. También se ve que se deberán tomar medidas especiales en un escenario de pandemia o pos-pandemia.

De vuelta a casa., Larenas conversa con La Tercera PM.

A estas alturas, ¿Qué es lo que va quedando de la programación que alcanzó a diseñar el director Frédéric Chambert?

Debido a la antelación con que se trabaja en la ópera, aún quedan algunos títulos que él consideró en las temporadas venideras. Por ejemplo, La traviata, de Verdi, que daremos el próximo año, es una de ellas. También lo es Madama Butterfly, de Puccini

Es curioso que La traviata y Madama Butterfly las haya elegido Chambert, considerando que privilegió varias obras menos conocidas en el país.

Por lo mismo las conservamos. Por su popularidad. Queremos que todo el mundo que nos ha podido conocer a través del Municipal Delivery (servicio online gratuito del Teatro Municipal)y las redes sociales pueda vernos en vivo y no hay nada mejor que encantar a este público nuevo del teatro que a través de obras clásicas de gran llegada.

¿La elección de obras como La traviata, Madama Butterfly, Carmen, La flauta mágica en ópera o de El lago de los cisnes y La bella durmiente en ballet tiene que ver con que no se pueden hacer apuestas en medio de la crisis sanitaria del país y la financiera del Municipal?

Tiene que ver con eso, con escoger creaciones de más fácil llegada (aunque el criterio de fácil o difícil siempre es relativo), con que en el historial del teatro esas obras siempre han tenido más éxito y con que evidentemente el año 2021 va ser complejo otra vez. Nosotros tendremos un aforo reducido, que en la fase cinco recién podría llegar al 75 por ciento. Por otro lado, sabemos que el país no está bien económicamente. Por eso las entradas parten desde los 600 y los mil pesos . De alguna manera nos queremos adelantar a los cambios en el hábito del consumo cultural y eso tiene que ver también con el teletrabajo, con la pandemia y con que la gente obviamente viajará mucho menos. Por eso hay más funciones, con horarios desde las 15 horas, y títulos más “amigables”.

¿Por qué se optó por una capacidad máxima de 35 por ciento y no de 50, como es el caso del Teatro Real de Madrid, por ejemplo?

Tenemos que ser responsables y hacernos cargos de lo que vamos a anunciar. Nuestra decisión también es de acuerdo a la realidad del país.

¿No ha existido un éxodo de abonados considerando que hay obras que fueron descartadas de la temporada 2021 como la esperada West Side Story, de Leonard Bernstein?

No. La mayoría de los abonados está en un tiempo de espera. Por supuesto que hay algunos que pidieron devolución y eso se concretó. También están los que donaron sus abonos o algunas de sus entradas. Debido a las circunstancias que vivimos, somos muchos más flexibles que antes y los abonados tienen tarjetas virtuales: esto significa que si desean renunciar a una de las obras porque ya la vio, pueden hacerlo y destinar ese dinero a otro espectáculo o mantener el monto por algún nuevo anuncio.

¿Cómo se puede hacer una temporada con pandemia?

En ese sentido estamos trabajando en dos frentes: el público y los artistas. Con respecto al primero, estamos observando lo que se hace en los teatros de Europa, desarrollando protocolos con equipos de prevención de riesgos y ateniéndonos a las indicaciones del Ministerio de las Culturas. Ahora bien, la labor con los artistas es mucho más compleja. Habrá medidas para cada cuerpo estable por separado. Por ejemplo, en el caso del ballet, los ensayos no pueden ser con más de diez bailarines. Como son 51, habrá varios ensayos. Hay que observar con mucho cuidado además los lugares por donde los bailarines ingresan, las escaleras a usar, las barras en las salas. La ópera es otra historia: el próximo año serán óperas en concierto, no escenificadas. Aún así debe haber barreras de plexiglás entre los músicos, se tiene que determinar el uso de mascarillas para ellos dependiendo de los instrumentos (en instrumentos de viento como flautas, oboes, trombones o trompetas, entre otros, no se puede) y hay que ver si se pueden usar espacios como los palcos para tocar o cantar. Para eso estamos trabajando con planimetría.

¿Cómo será el retorno del ballet al Teatro Municipal si se toma en cuenta que es la disciplina más riesgosa, con más interacción física que la orquesta y la ópera?

Es evidentemente la más compleja. Se necesita mucho más espacio para poder ensayar, tanto en el teatro como en las mismas casas de cada uno. Los bailarines volverán tal vez o al mismo tiempo que los músicos de la orquesta. Hay un caso sorprendente en el mundo, que es del Ballet Nacional Checo, que regresó a presentarse muy poco tiempo después de declarada la pandemia en el mundo. Pero eso fue porque el número de casos en ese país es bajo. Por otro lado, en la temporada digital de este año tenemos dos galas: son con bailarines que son pareja y también en solitarios. En fin, hay que adecuarse. Si la vacuna está disponible a partir de marzo del próximo año, creo que el ballet en particular se vería muy beneficiado.

¿Cuándo sería el retorno de los trabajadores al Teatro Municipal?

Queremos que sea a partir del mes septiembre. Todo dependerá de las condiciones sanitarias del país. En cualquier caso será un regreso paulatino.

El director titular de la Orquesta Filarmónica, Roberto Rizzi-Brignoli, no ha podido encontrarse con la orquesta, primero debido al estallido social y luego por la pandemia, ¿Vendrá este año?

Es lo que nos gustaría a fin de año, pero no tenemos la certeza. Hay condiciones que escapan a nuestras intenciones, como la cuarentena, las fronteras, etcétera.

¿Cómo se logra mantener en pie el Teatro Municipal a pesar de que ha enfrentado problemas económicos y ahora no tiene ingresos al estar cerrado?

Cuando yo asumí en noviembre del 2019, la Municipalidad de Santiago ya había empezado a hacer un trabajo importante en levantamiento de fondos y contención de gastos. A pesar del estallido social, aquella labor logró muy buenos resultados. Cuando vino la pandemia, hubo que volver a la contención financiera y eso se sabe: entre aquellas medidas existió una rebaja de un 20 por ciento en los sueldos de los trabajadores y, de hecho, agradezco a todos ellos por entender el escenario. Por otro lado, a pesar de que no hay ingresos, los auspiciadores del Municipal siguieron con el teatro. Nadie nos abandonó. Lo mismo pasó con nuestros socios. Puedo decir que llegaremos a fin de año de una manera justa, pero lo logramos. Gracias al esfuerzo de todos, estaremos respirando en diciembre.

¿Sin volver a las medidas de despido que se tomaron poco antes de que usted asumiera?

No. No es una opción aquello.

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