Condenada y retirada de la contienda electoral: Cristina Fernández lidera las encuestas de cara a las elecciones
Ya comienza el año electoral en Argentina, y tanto el oficialista Frente de Todos como la alianza opositora Juntos x el Cambio mantienen la incertidumbre respecto de quiénes serán sus candidatos para las presidenciales de octubre.
Desde que se declaró la condena a 6 años de prisión y la inhabilitación de ejercer cargos públicos para Cristina Fernández, ya se van a cumplir tres meses: uno, el del Mundial de Fútbol que terminó por ganar Argentina, y los otros dos, de vacaciones de verano escolar, que significaron también una pausa en la agenda política del país vecino.
Pero en Argentina, el 2023 tendrá elecciones casi todos los meses, tanto a nivel federal como de provincias, y por eso mismo, el discurso del Presidente Alberto Fernández de este miércoles en la inauguración de las “sesiones ordinarias” del Congreso Argentino tuvo un elemento particular: la incertidumbre relativa a quién será el candidato que, en octubre, se proponga mantener la Casa Rosada en las manos del Frente de Todos.
Y más allá de la condena, que Cristina Kirchner ha interpretado como un “intento de proscripción”, las encuestas la siguen poniendo a ella como la figura política con mayor intención de voto para las presidenciales del 22 de octubre. Y a su vez, con mayor imagen negativa.
Durante la semana se dieron a conocer encuestas midiendo la intención de voto de las presidenciales, y una de las que más ruido hizo fue la de la consultora Nueva Comunicación. Centrada en la provincia de Buenos Aires, el territorio más poblado del país, el sondeo reveló que CFK es la política que llevaría la delantera en una presidencial: el 26.6% de los encuestados la nombró a ella. En segundo lugar, el liberal de extrema derecha Javier Milei suma un 16.6%, superando así incluso al líder de la coalición opositora, Horacio Rodríguez Larreta, que lleva un 16%.
Más atrás, la líder de Propuesta Republicana, Patricia Bullrich, persigue a Larreta con un 13.2%. Es preciso considerar, en esta disputa de Juntos x el Cambio, que a nivel nacional, generalmente, Bullrich supera a Larreta en las encuestas. Un poco más atrás, el ministro de Economía actual Sergio Massa se llevaría un 11% de las intenciones de voto.
El problema para el oficialismo es que, un poco después de ser condenada, la misma Cristina anunció su renuncia a las presidenciales de octubre. “Mi nombre no va a estar en la boleta del 2023″, comentó en ese entonces.
Julio Burdman, historiador y cientista político de la Universidad de Buenos Aires, comenta la situación en el Frente de Todos. “Lo principal que ha pasado en el espacio oficialista, es que trascurren los meses y no aparecen candidatos que puedan sustituir a Cristina, y hay una demanda muy fuerte del propio electorado de que ella sea la candidata”, comenta. Sin embargo, la candidatura de CFK tiene una desventaja importante según el analista: tiene problemas de crecimiento, o sea, tiene el liderazgo de su espacio, pero una alta imagen negativa que le trae dificultades para sumar votantes.
Para Fernando Pedrosa, cientista político de la UBA, el liderazgo de Cristina lleva años en caída: “Cristina enfrenta una pérdida progresiva de su poder que paradójicamente comenzó cuando no encontró un sucesor de confianza y debió nominar al actual presidente Alberto Fernández. Pero ese desgaste es mucho mayor desde la cuarentena ya que el país está en una crisis que afecta a la mayor parte del país y el gobierno no muestra ninguna respuesta”.
El experto señala que, en un momento en que la inflación está al 100% en Argentina, la mitad del país bajo al línea de la pobreza, y con una violencia disparada, el gobierno estaría 100% en campaña electoral. “Cristina está metida en sus propios temas judiciales, aislada de la realidad y no toma conciencia de que es la vicepresidenta de este gobierno”, opina Pedrosa.
Entre el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta ha habido un conflicto latente desde hace más de un año, que se traduce en conversaciones muy distanciadas entre ambos –hasta el miércoles, llevaban casi seis meses sin hablarse–, y disputas acaloradas entre los seguidores de ambos.
Por esto mismo, el discurso de este miércoles en el Congreso, en el que el presidente criticó al Poder Judicial que había condenado a Cristina, fue visto como gestos por parte del mandatario hacia la líder natural de su coalición. En la alocución, siguiendo la “teoría de la proscripción” enarbolada por los seguidores de Kirchner, Alberto Fernández acusó la existencia de “una estructura que opera de manera coordinada en la que se involucran miembros del Poder Judicial, medios de comunicación y políticos de la oposición”.
“El discurso del presidente en la sesión inaugural del congreso estuvo dirigido a complacer a la Vicepresidente con la esperanza que lo nomine nuevamente a la presidencia. Alberto Fernández es una persona que vive al margen de la gestión presidencial, aun siendo presidente: solo le importa su mundo y vive ajeno a la realidad del país”, opina Pedrosa.
En tanto, el tribunal que juzgó y condenó a la vicepresidenta en la “Causa Vialidad” dará a conocer los fundamentos de su veredicto el próximo 9 de marzo. De ahí, la defensa de CFK tendrá diez días hábiles para presentar las apelaciones en la Cámara de Casación. De este modo, se espera que el proceso continúe durante los próximos meses: para que se haga efectiva la condena de Fernández, tiene que quedar “firme” en la Corte Suprema.
En tanto, desde La Cámpora y los sectores más duros del Frente de Todos, acusan que los juzgados pretenden “proscribir” a Cristina a través de estos juicios. ”Hay todo un debate respecto a la supuesta ‘proscripción’ de Cristina Kirchner, que no es tal porque ella podría presentarse como candidata, su condena no es firme, y falta bastante tiempo para que eso se produzca. Pero creo que en la medida que ella y su circulo más cercano insisten en que hay una proscripción, es porque están creando las condiciones para que ella no se presente. Pareciera ser más bien un argumento”, opina Burdman.
“Todo lo que rodea a CFK y sus problemas no importan demasiado a nadie, excepto a ella, a la Cámpora y a la clase política y el periodismo. Es un indicador de su deterioro político. El intento de asesinato terminó en personajes menores y marginales y a los 15 días ya no se hablaba de eso. La crisis es muy fuerte y afecta a demasiada gente como para que los berrinches de Cristina sean importantes. Ella es la única que no se da cuenta de eso”, asegura por su parte Pedrosa.
De esta manera, los analistas aseguran que las condenas no minaron ni aumentaron la popularidad de Kirchner. “Los juicios no afectaron su popularidad porque CFK ya tenía mucha imagen negativa, entre quienes no la quieren y entre quienes son partidarios de ella. Ella no fue candidata en 2019, no sé por qué lo sería en 2023, cuando su situación en términos de opinión pública no ha mejorado. Pero sigue siendo la líder del espacio, y bueno, se espera su candidatura”, señala Burdman.
En tanto, un sector del Frente de Todos pone carteles pidiendo la candidatura de Alberto: en la plaza del Congreso se vieron carteles con una imagen del presidente llevando su puño al corazón, con el lema “Por todo lo que hicimos y por todo lo que falta hacer”.
Si eso viene de los sectores “albertistas” del Frente de Todos, el apoyo desde los movimientos sociales de la coalición es nulo: incluso en su discurso de este miércoles, no contó ni con la presencia de La Cámpora ni la CGT ni el Movimiento Evita, colectivos que tradicionalmente llenan la plaza del Congreso cuando se trata de discursos presidenciales de su respaldo.
Respecto a las posibilidades del presidente, Burdman comenta: “Es difícil la situación de Alberto porque ya siendo presidente, es el candidato natural del espacio oficialista, pero la verdad es que no es una figura popular, y la única forma de que se candidato es sí Cristina Kirchner lo respalda y lo orienta, y luego queda en sus manos sumar más votos. Pero el problema es que ella se distanció del gobierno todo el mandato, porque no quería asumir el costo de la popularidad del presidente”.
Si el oficialismo no la tiene fácil para el 22 de octubre, eso no se traduce en una oposición ordenada: el surgimiento de la alternativa más a la derecha, con Javier Milei, estiró la polarización en Argentina, y de a poco amenaza incluso con quebrar Juntos x el Cambio.”Hay una contradicción. Por un lado, hay un candidato que tiene muchas capacidad de influir dentro del aparato opositor, Rodríguez Larreta, pero en las encuestas es Patricia Bullrich quien está por encima, claramente. Hay una superioridad de ella en las encuestas, pero es inferior en su capacidad de dirimir una candidatura, de negociar con Larreta. Y Larreta no quiere medirse en votos contra Bullrich, porque tiene temores fundados de perder”, señala Burdman.
El problema, comenta el analista, es que si se llegase a precipitar una candidatura de Larreta, eso dejaría “aislada” a Bullrich, más cercana a la derecha. “El riesgo es que ella cierre una alianza con Javier Milei, el candidato de derecha, y se produzca una ruptura de Juntos x el Cambio”, explica el analista.
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