El retorno de un caído a la Cancillería

El jueves 15 de octubre, el Consejo de Alta Dirección Pública envió al Presidente de la República, Sebastián Piñera, la terna con los nombres entre los que deberá elegir al nuevo director de la Agencia Chilena de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AGCID).

Este es un organismo descentralizado creado en 1990 y que maneja un presupuesto anual cercano a los 12 mil millones de pesos para ir en ayuda de otros países, por lo que su labor está íntimamente ligada a los intereses de Chile en política exterior. Incluso, el organismo ofrece al año 500 becas de estudios superiores en Chile para estudiantes de países de la región, los que son seleccionados con la participación de las embajadas chilenas, pues lo que se busca con ese programa -que cuesta 2.500 millones de pesos al año- es, precisamente, que las futuras autoridades extranjeras tengan una aproximación positiva con Chile.

Por lo mismo, llamó la atención que en la terna que llegó a manos del Mandatario la semana pasada y sobre la cual deberá pronunciarse en los próximos días, estuviera incluido el nombre de Cristián Jara Brito.

Abogado ligado RN con un magíster en Derecho de los Negocios, Jara se graduó en la Academia Diplomática Andrés Bello en 2013 por lo que estaba llamado a ser parte de las nuevas promociones del Servicio Exterior que desempeñaría sus funciones en el Ministerio de Relaciones Exteriores. Antes había estudiado en la Escuela Militar, pero decidió dejar la vida castrense para ingresar a Derecho en la Universidad Adolfo Ibáñez, tras lo cual se desempeñó en el ejercicio libre de su profesión y como jefe del área legal de la Seremi de Transportes de Valparaíso, antes de dar el salto a la Academia Diplomática.

Pero, cuando recién daba sus primeros pasos, su carrera diplomática sufrió un fuerte traspié.. En mayo de 2017, apenas con el grado de tercer secretario, uno de los niveles más bajos en el escalafón de la cancillería y se desempeñaba como cónsul de Chile en Panamá desde hacía menos de un año, grabó un video que subió a las redes sociales dando su apoyo a la candidatura presidencial del senador Manuel José Ossandón.

“Conozco a Cote, sé que habla con la verdad, que muestra la realidad, es el presidente que Chile necesita para ser (sic) de nuestra sociedad, una sociedad más justa, y más solidaria. Sigamos con fuerza este camino hasta llegar a la presidencia. Un abrazo”, fue el mensaje que dio a conocer en medio de la campaña para las primarias presidenciales de Chile Vamos..

El breve mensaje provocó un escándalo en esos momentos en Cancillería, pues Jara vulneró normas estrictas que prohíben a los funcionarios diplomáticos, especialmente a los embajadores y cónsules, intervenir directamente en favor de un candidato. El artículo 95 de la ley 18.700 sobre Elecciones y Escrutinios establece tal inhabilidad.

Pero no sólo eso. Desde que se aprobó la votación de los chilenos en el extranjero, los cónsules pasaron a ser presidentes de las juntas electorales en los respectivos países donde están destinados, porque lo que son garantes de esos procesos.

Es por eso que tras la difusión del video, la Dirección Consular de la Cancillería ordenó la reasignación de funciones y su inmediata salida del cargo de cónsul, quedando a cargo de tareas de cooperación dentro de la embajada en Panamá hasta inicios de 2019.

Tras su regreso a Chile, el excónsul ingresó en marzo de 2019 al Ministerio de Justicia, donde ejerce hasta la actualidad como jefe del Área de Cooperación Internacional, en calidad de profesional a contrata, por un sueldo bruto mensual de $3.372.569. En junio pasado, Jara participó en las gestiones con el gobierno brasileño para que Mauricio Hernández Norambuena, el “comandante Ramiro”, pudiera venir a Chile a cumplir su condena por el homicidio del senador UDI Jaime Guzmán y el secuestro de Cristián Edwards, ambos crímenes perpetrados por el grupo al interior del Frente Patriótico Manuel Rodríguez que lideraba Norambuena.

Fueron 350 los candidatos que se presentaron al concurso que abrió la Alta Dirección Pública el 20 de julio pasado para llenar el cargo que había quedado vacante ese mismo día, tras cumplirse el mandato de tres años que había ejercido hasta entonces el ex embajador de Chile en la OEA y en Ecuador Juan Pablo Lira.

El exdiplomático fue nombrado en 2016, primero, de manera interina a cargo de la AGCID por un periodo de 10 meses, mientras se llevaba a cabo el primer proceso de concurso público por parte de la Alta Dirección Pública. Lira, quien conoce bien el área, pues en Cancillería se había desempeñado como jefe de la Dirección de América del Sur, participó de ese proceso y ganó, por lo cual en 2017 fue designado oficialmente como director de la Agencia por la entonces presidenta Michelle Bachelet.

La última semana de junio, Lira presentó su renuncia a la dirección de la AGCID a solicitud del gobierno y con el fin de volver a presentar su candidatura ante la Alta Dirección Pública por un nuevo periodo de tres años al mando de esta institución que coordina más de 120 proyectos de cooperación en diversos países, especialmente en la región.

La agencia cuenta con un presupuesto propio, pero, además, se encarga de levantar recursos por otros 12 millones de dólares provenientes de diversos fondos e instituciones internacionales, como el BID, el Banco Mundial, la Unión Europea y agencias de cooperación de países desarrollados, un trabajo que se hace cada vez más difícil, pues muchas naciones consideran que Chile al ser miembro de la OCDE ya no debería estar dentro de la lista de los países beneficiarios.

La semana pasada, el proceso de búsqueda de los nombres para el cargo terminó en la Alta Dirección Pública, con la confección de la terna que se envió al jefe de Estado. En la breve lista, iba el nombre de Lira, pero lo que llamó poderosamente la atención, fue que también estuviera considerado el del ex cónsul Cristián Jara Brito.

* Esta nota fue modificada a las las 17:35 horas del miércoles 25 de octubre.