El retorno de Vicente Ruiz: “No creo que un artista vaya a transformar la sociedad, la sociedad se transforma por sí misma”

Vicente Ruiz
Vicente Ruiz. Foto: Julio Jorquera.

El artista icónico del underground de los 80 estará a cargo de la nueva línea performática que presenta Escenix desde hoy. A través de conversatorios online y una muestra, Ruiz rescatará proyectos performáticos jóvenes y de impacto latinoamericano.


Su última presentación fue en 2015 en Estación Mapocho, junto Daniela Murias y Kevin Magne, en una danza performance. Un año antes, Vicente Ruiz había terminado su periodo como director de la Escuela de Danza de la Universidad Mayor, donde estuvo por 10 años y viajó a Venecia a realizar un Máster sobre temas de inmigración en la Università Ca’ Foscari. Hoy, en medio de la pandemia, el artista reaparece como curador de la nueva línea performática de Escenix, la plataforma de streaming teatral creada por su histórica colaboradora Patricia Rivadeneira.

“Fue una propuesta que yo les hice a ellos, justamente para ampliar el espectro de visualidad del canal. Ellos tienen una parte patrimonial y tienen obras bastante contemporáneas también, es muy interesante. El hecho de que yo los conociera, me hizo acercarme con esta idea y varias más”, cuenta Ruiz, quien durante el último tiempo se ha dedicado a la venta de arte y a escribir para futuros proyectos.

Figura emblemática de la escena underground en los años 80, Vicente Ruiz ha desarrollado numerosas facetas escénicas, desde actor y director a coreógrafo y bailarín. Entre todas ellas, la que le brindó notoriedad fue la performance, asociada siempre a un gesto experimental y un ánimo provocador. Debutó en El Trolley, espacio en el que compartió con la contracultura de la época, pero adquirió mayor visibilidad en los 90 a través de ejercicios audaces y que ponían a prueba la tolerancia y la moral de esos años. Entre sus performances más recordadas están aquellas protagonizadas por Patricia Rivadeneira, en especial el desfile en el Museo Nacional de Bellas Artes en 1992, donde se crucificaba a la actriz desnuda y envuelta con la bandera chilena.

Vicente Ruiz
Vicente Ruiz, fotografiado por Mauricio Muñoz.

Las actividades de Vicente Ruiz junto a Escenix parten hoy a las 20.00 hrs, con el ciclo Zoomióticas, conversaciones con artistas que en agosto participarán de la muestra online de performance Stage Out. Hoy el encuentro será con el colectivo de LasTesis y con el estudio de diseño audiovisual Delight Lab, quienes conversarán junto a Ruiz sobre arte y censura en el Chile actual.

“Yo quería invitar gente que estuviera lejos del escenario tradicional idealmente”, cuenta. “Estos grupos hacían trabajos en la calle y se desarrollaba a la vez una fenómeno de recepción en la propia calle en el momento y eso se pasaba a las redes sociales. Esas dos cosas me producían mucho interés. Creo que la trascendencia de LasTesis es una cosa innegable. Y con Delight Lab, la performance que más me parecía interesante y me tocaba mucho, era una que proyectaron sobre un humo en Quintero, porque el tema ecológico a mi me interesa demasiado. Creo que es interesante hablar con ellos sobre cómo se han dado sus procesos, su impacto y también las limitaciones del sistema”, agrega.

La programación de Stage Out, que se desarrollará desde el 13 de agosto en adelante, incluye también a la artista visual chilena Cheril Linett, autora del proyecto Yeguada Latinoamericana; al colectivo penquista PAR D PAToS, integrado por los artistas Pamela Navarro Ortiz y ALPEROA (Alvaro Pereda Roa); al artista italiano Paolo Angelosanto; al artista mexicano Lechedevirgen Trimegisto, con su pieza Árbol de Sangre; además de registros de Valentina Serrati, Colectivo SOS de Colombia y el mismo Vicente Ruiz con la presentación inédita de una filmación de su performance Argentina Quilmes, realizada en 1993, sobre el exterminio del pueblo de indígenas Quilmes.

¿Qué rol cree que tiene la performance en el Chile actual y cómo lo ve en relación a los años en que desarrolló su carrera?

Lo primero que hay que reconocer es que la performance es una expresión artística, aunque la performatividad lleva a entender que también un discurso político es una performance. Entonces, es un arte que todavía está muy relacionado con las artes visuales, hay que reconocer es que es un evento artístico efímero y hay de todos tipos. Yo no creo que el arte cambie a la sociedad, sinceramente, creo que no es un instrumento modificador, no creo que un artista vaya a transformar la sociedad, la sociedad se transforma por sí misma. Hoy día se dan algunos elementos que son equivalentes a los que habían cuando yo era joven y que implican reacción desde la gente del arte de una manera bastante radical y que también implica acciones que a veces pueden significar dificultades para el mismo artista. Es emocionante ver que artistas son capaces de llevar el arte a formas que a veces son arriesgadas para ellos o para el sistema en el sentido que pueden conjugar aspectos del sistema que no agradan.

La selección que hace de los artistas para Stage Out con LasTesis, Delight Lab o Cheril Linett es bastante actual. ¿Considera que a través de esas performance se puede leer el momento social que vive el país?

La crisis que vivimos hoy día hace mucho rato que está anunciada, por los economistas y por los ecologistas, entonces realmente no estamos ante un mundo que no sospechábamos. Ahora, este asunto del control a partir de una epidemia, el estado de excepción mundial nos pilla en un momento que no hubiéramos imaginado, todos con una mascarilla por ejemplo, eso nos lleva a pensar algo. Y creo que en ese sentido los artistas también ayudan a pensar y a revisar el planeta, los movimientos, las grandes construcciones de movimientos performativos, de enunciados, de ideas, de emociones. Lo que quiero ante todo es sentirme muy feliz de haberme encontrado con estos artistas.

¿Cómo le ha afectado personalmente y artísticamente la pandemia?

Yo no soy muy sociable, así que me pilló bien encerrado en mi casa como siempre. No puedo decir que no ha afectado, aunque no en un 100% porque vendo arte y el arte lo compra gente que tiene mucho dinero y esa gente está intacta. Eso es positivo para mí. Pero no puedo negar que a ratos me desespera. Escribí un texto para la Bienal de Artes Mediales 2021, que es sobre el principio de incertidumbre y cómo esta es un poquito rechazada porque suena a poca estabilidad y mi mensaje quizás es que debemos aceptar la incertidumbre como una manera de desmarcarnos del mercado. Creo que es un muy buen momento en que se rompe el sistema para que los artistas queden en cero y puedan constituir ideas propias y no las que el mercado te obliga a tener para poder sobrevivir. Es una oportunidad para reiniciar nuevos o intrínsecos aspectos que están muy dentro de uno para poder ofrecerlos y así ocurre cuando el arte se renueva. Justamente cuando esto se acabe, solamente los que se van a renovar en el arte van a poder insertarse, los que van a tratar de vender lo que vendían yo creo que no les va a resultar mucho.

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