El Santiago clandestino que preocupa a las autoridades

Con venta de alcohol, amplificación de sonido, parlantes e iluminación, se han realizado fiestas clandestinas masivas en medio del toque de queda por la pandemia en la Región Metropolitana. Ocurrieron en el anfiteatro del Parque Metropolitana, en Huechuraba, entre el 30 de abril y el 2 de mayo, y otra se realizó el 3 de mayo en un galpón en Maipú, al que llegaron cerca de 400 personas. En ambas, el Ministerio del Interior se hizo parte y presentó una denuncia por los hechos en Huechuraba y una querella por lo ocurrido en Maipú. Incluso, en este último caso la Fiscalía Occidente formalizó al organizador (quien se encuentra en prisión preventiva) y busca al resto de los asistentes.

“Es inaceptable que en la situación de pandemia global exista gente inescrupulosa que organice este tipo de eventos. Nos querellaremos y usaremos todas las herramientas legales para ir tras estas personas y buscar las penas más altas para castigar conductas ", dijo el subsecretario del Interior Juan Francisco Galli.

El coronel Luis Aguilera, jefe de operaciones de la zona Metropolitana dijo que “el mundo clandestino se reviste de un sin número de barreras que impiden el normal conocimiento de estas actividades, donde su gestación y realización se enfoca en segmentos sociales los cuales mantendrán dicha calidad de clandestino, siendo informados por redes sociales, grupos acotados que arrastran a sus círculos cercanos y las vuelven masivas”.

Pese a que no se han registrado por las autoridades más hechos de esta magnitud, a estos eventos se suman encuentros sociales que han denunciado vecinos en la capital, los que incluyen peleas y tráfico de drogas en condominios y espacios públicos. Estas situaciones preocupan a las autoridades.

“Esto viene pasando desde octubre del año pasado y con la pandemia ha aumentado. Hay una sobrepoblación, en algunos casos hay hasta 10 o 12 personas en un departamento de 47 metros cuadrados y las fiestas continúan, además de la venta de alcohol y droga que se da mucho dentro del condominio”, dijo Salvador Linares, presidente (I) del condominio Ciudad del Niño I y II, ubicado en la calle San Petesburgo, en San Miguel. Explicó que en total son 1.140 departamentos donde viven cerca de 6 mil personas.

Señaló que las celebraciones se realizan al interior de los departamentos y a veces usan las áreas comunes, como el sector de las plazas, hasta las 5.00. Además, aseguró que estos episodios se repiten todos los fines de semana y “hay tres casos positivos de coronavirus dentro del condominio”. “Tenemos varios problemas de acústica y nos reclaman de otros condominios que escuchan las fiestas del nuestro. La mayoría son extranjeros y cuando uno les pide que bajen la música ellos dicen que son mayoría, que pagan sus impuestos y arriendos y que tiene derecho a hacer lo que quieran”, indicó Linares. Agregó que “en general ingresan visitas a los departamentos sin mascarillas pero Carabineros dice que no puede hacer nada por ser un recinto privado”.

Desde la Municipalidad de San Miguel indicaron que “hemos tenido situaciones de fiestas muy puntuales en departamento privados” y respecto a lo que ocurre en el condominio de San Petesburgo “estamos coordinando operativos y sosteniendo conversaciones con el comité”.

Lo que ocurre en San Miguel también se repite en zonas de Huechuraba y preocupa a las autoridades. El alcalde de la comuna Carlos Cuadrado indicó que además de las fiestas masivas en el Parque Metropolitano, “desde el inicio de la crisis sanitaria hemos canalizado la denuncia y el reclamo vecinal por 12 episodios relacionados a celebraciones en casas, fiestas en el Parque Las Moras, reuniones en plazas y otros espacios públicos en la comuna”.

Aseguró que “las denuncias han sido canalizadas por el equipo de la Dirección de Seguridad Pública Comunal, que ha dispuesto de un vehículo municipal para constatar en terreno los problemas reportados. En cada uno de ellos se ha informado en forma inmediata a Carabineros. En paralelo, hemos oficiado formalmente al Carabineros cuando el caso se ha tornado repetitivo y requiere control por parte de la fuerza pública”.

Sin embargo, el edil de Huechuraba advirtió que “los municipios no contamos con las atribuciones ni herramientas para fiscalizar el cumplimiento del toque de queda y las violaciones a las medidas sanitarias implementadas por la autoridad” y que su labor se remite a recoger la denuncia de los vecinos”.

En Santiago, el alcalde Felipe Alessandri dice que “durante marzo y abril recibimos 735 denuncias por ruidos molestos a nuestra Dirección de Seguridad, la gran mayoría han sido por fiestas realizadas en departamentos en edificios residenciales y cités (sobre todo en el sector norponiente y sur), pero hasta ahora no tenemos denuncias de fiestas clandestinas ni de concentraciones que hayan reunido a un número importante de personas como si ha ocurrido en otras comunas”. De acuerdo al municipio, entre marzo y abril de 2020 se han adoptado 16.144 procedimientos. De ellos, 154 son desórdenes provocados por ebrios.

Alessandri añadió que están atentos a los requerimientos de los vecinos y reiteró el llamado a denunciar, “porque eso nos permite enfocar nuestros esfuerzos preventivos”.

En Ñuñoa, en tanto, desde la pandemia se han registrado 216 denuncias por ruidos molestos.