El triunfo del humor vs. las dificultades de la música: Los dispares resultados de los primeros intentos de reapertura de shows en Chile

Gatti Valdebenito

Mientras comediantes como Natalia Valdebenito y Álvaro Salas agotan funciones online y suman nuevas fechas, algunos primeros intentos de festivales de música y conciertos en salas sin público han debido retrasar su estreno por restricciones de la autoridad sanitaria.


Desde el sábado 14 de marzo, con los últimos conciertos "presenciales" que se realizaron en el país, como el de The Offspring en el Movistar Arena y el de Movimiento Original en Matucana 100, la cartelera nacional de espectáculos en vivo -como en prácticamente todo el mundo- se vio forzada a transformarse por completo y a volcarse a lo digital. Un cambio que, transcurridos poco más de cuatro meses, ha experimentado diversos ajustes en el camino y deja diversas conclusiones a la hora de los balances preliminares.

Tal vez el cambio más notorio tiene que ver con la evolución del formato. La primera oleada de recitales y tocatas telemáticas realizadas por músicos desde sus casas inundó las redes entre marzo y abril con buena recepción del público, necesitado de un escape mental en los días de encierro. Pero la fórmula parece haberse saturado, por lo que rápidamente se ha intentado -sobre todo en la música- pasar al siguiente nivel.

En Chile, ese salto ha sido complejo. El recrudecimiento de los contagios de Covid-19 en el país no sólo postergó los plazos originales para el regreso de los grandes eventos en vivo como los conocíamos -hoy se habla del segundo semestre de 2021 o incluso 2022-, sino que también ha dificultado la consolidación de una fase intermedia, como por ejemplo, los conciertos realizados en recintos o salas sin público, con banda completa, transmitidos de forma online y entradas pagadas.

Una de las primeras en anunciar esta modalidad fue Myriam Hernández, quien programó tres conciertos por streaming en un teatro capitalino para el 28 de junio y el 4 y 5 de julio. Todos ellos con diversos conceptos musicales y con la artista acompañada de su banda de músicos sobre el escenario y todo su staff de colaboradores en el recinto. Si bien la producción coordinó los eventos con las autoridades y tomó todos los resguardos sanitarios correspondientes, finalmente los permisos fueron retirados y los shows tuvieron que moverse para agosto, fechas que según los representantes de la baladista siguen en pie y con entradas a la venta.

Paradigmático es también el caso del festival Stgo Music, el primer espectáculo en este formato presentado como un ciclo completo de conciertos de artistas nacionales para el público latinoamericano. El espectáculo, que contempla tocatas en vivo desde el centro cultural Amanda con banda completa sobre el escenario y equipo técnico reducido al mínimo en el recinto, inicialmente comenzaría con una primera fecha el 13 de junio. Luego, por decreto de la autoridad sanitaria, ese debut se aplazó para mañana, aunque esta semana sus organizadores informaron que el show tendrá que seguir esperando y partirá a fines de agosto.

Una segunda postergación que -según fuentes internas- no sólo obedece a indicaciones de la Seremi de Salud, sino también a lo planteado por la Intendencia Metropolitana, que ha trabajado en coordinación con los productores del festival para asegurar la salud y la seguridad del equipo técnico que trabajará en el ciclo. En ese sentido, no sólo la epidemia fue factor a la hora de decidir mover las fechas, también cierta preocupación por parte de la autoridad en torno a las protestas que se han comenzado a registrar en Santiago en los últimos días, lo que también podría eventualmente poner en riesgo el regreso a sus casas de los participantes del evento.

"El Festival Stgo Music es una iniciativa que responde a la adaptación de la industria musical frente a la pandemia del Covid-19, donde ha llevado a cancelar todos los shows en vivo para evitar la convocatoria presencial física", comentaron desde la producción. "Si bien muchas bandas han realizado presentaciones online, este festival ofrecerá conciertos con bandas completas y en un escenario donde se transmitirá en vivo con el fin de trasladar la experiencia de los shows a los hogares", añaden, para explicar las singularidades de un evento que aún no tiene el visto bueno para debutar.

Con todo, hay espectáculos de este tipo que sí se han realizado y que no han encontrado reparos por parte de la autoridad. Es el caso de Arena Virtual, una nueva plataforma de shows telemáticos de música, teatro y humor, que también presenta espectáculos en vivo desde un escenario y en un recinto sin público. La iniciativa debutó la semana pasada con un recital del cantautor Eduardo Gatti y con una función de la obra Hijos de su madre, de la compañía Teatro Aparte. Entre ambos, congregaron a 5 mil espectadores virtuales, según cifras compartidas por sus organizadores.

¿Qué factor hizo que estos eventos se pudieran llevar a cabo y otras propuestas similares no todavía? La respuesta sigue siendo algo difusa. "No puedo criticar a otro productor, no tengo claro lo que está pasando en otras producciones", señala Tulio Bagnara, gerente comercial del proyecto. "Como Arena Virtual hemos trabajado hasta el momento en dos eventos, con todos los protocolos que requiere la autoridad y con todos los permisos correspondientes para poder hacer este tipo de eventos", afirma.

Auge de humor en pandemia

Uno de los próximos eventos en carpeta para Arena Virtual es el show que el próximo 31 de julio presentará el humorista Álvaro Salas en esa plataforma y bajo esa misma lógica, con una rutina inspirada en los días de epidemia y confinamiento. Desde el recinto señalan que el espectáculo registra un significativo flujo de venta de entradas, al que le seguirá el 1 de agosto una función de “Matrimonio: Sobrevivientes”, donde los actores Claudia Pérez y Rodrigo Muñoz comentan la complejidad de vivir en pareja.

El humor parece concentrar particular interés por parte del público chileno en estos días de angustia e incertidumbre. La reconocida comediante Natalia Valdebenito, por ejemplo, agotó en solo una hora todas las entradas para la función vía streaming que presentará mañana viernes, por lo que se agregaron dos nuevas fechas para el sábado 25 y domingo 26 de julio a las 20 horas (con entradas a la venta en en:www.comediaply.com). En este caso, bastó con revivir de forma online la rutina que la actriz montó con cuatro exitosas funciones en el Teatro Nescafé de las Artes en marzo pasado.

Los dos ejemplos anteriores -a los que se sumarán más reconocidos comediantes en los próximos días- grafican el fenómeno en torno al humor en días de pandemia, un género que, a diferencia de la música, necesita menos recursos humanos y técnicos que un concierto de música, lo que simplifica su realización.

Pese a esto, no hay una verdad absoluta ni fórmulas infalibles en la cartelera online. Desde Matucana 100, otro centro cultural que ha digitalizado su oferta desde marzo, aseguran que sus eventos musicales han funcionado con éxito. "Si consideramos eventos con corte de entrada (digital), en Matucana estamos experimentando hace unas semanas. Sin embargo, podemos asegurar que las actividades del área de música han sido las que han tenido mayor impacto", comentan desde el recinto, que pretende expandirse en agosto -si la autoridad lo permite- a los shows sin público en sus propias instalaciones.

Según los datos de Matucana 100, "la primera temporada de M(live), que fue un ciclo de doce capítulos de música electrónica en el canal de YouTube, ha sido el que más impacto ha generado y el que ha traído mejores resultados". Y entre los doce artistas que programaron entre mayo y junio, algunos de ellos marcaron un número importante de reproducciones, como DJ Raff, con 1.140 visualizaciones, y el grupo Matanza, con 2.472.

Cifras no menores para un formato que para algunos se ha ido agotando, y que espera seguir evolucionando con el correr de los días. Sin ir más lejos, en Argentina ya se anunció para agosto la primera edición virtual del tradicional festival Cosquín Rock, que reunirá a más de 50 bandas en shows que se realizarán en teatros y salas de Argentina, con todos los permisos correspondientes. Una prueba de fuego para la música en vivo en tiempos de Covid-19, que probablemente marcará el rumbo para lo que venga.

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