Elecciones con Covid-19 en Singapur: votantes con mascarillas, guantes y distanciamiento social
Los electores con 37,5 grados de fiebre o más solo podrían votar a última hora, mientras que las personas con coronavirus o bajo orden de cuarentena estaban impedidos de hacerlo.
Singapur celebró hoy una nueva jornada electoral marcada por las estrictas medidas de seguridad debido a la crisis sanitaria provocada por la pandemia del Covid-19, en la que se prevé que el oficialista Partido de Acción Popular (PAP) venza, ya que en los comicios ha logrado siempre porcentajes superiores al 60% desde que la ciudad estado lograra la independencia en 1965.
El centro financiero ha sufrido brotes de coronavirus en residencias de trabajadores extranjeros con pocos recursos, pero como el número de nuevas infecciones se desaceleraba y las autoridades han aligerado el confinamiento parcial, el gobierno optó por convocar las elecciones legislativas. El primer ministro y líder del hegemónico Partido de Acción Popular (PAP), Lee Hsien Loong, de 68 años, adelantó los comicios, que debían celebrarse en principio no más tarde de abril de 2021. Su motivación fue, según dijo, que haya un gobierno sólido que haga frente a la pandemia, que ha causado 45.614 casos y 26 muertos en la ciudad-Estado, hasta que exista una vacuna.
Después de nueve días de campaña, los singapurenses acudieron a los centros de votación con mascarilla y guantes y esmerándose en observar el distanciamiento social. El sufragio era obligatorio para los 2,67 millones de personas convocadas a las urnas, aunque los que tuvieran 37,5 grados de fiebre o más solo podrían hacerlo en la última hora de la votación con medidas especiales. Las personas enfermas de Covid-19 o bajo orden de cuarentena no podrían votar, lo que afecta a unos 350 electores, según los medios locales.
Las autoridades habían recomendado franjas horarias a los votantes e invitado a las personas de la tercera edad que acudieran a las urnas por la mañana. El número de mesas electorales se incrementó de 880 a 1.100 para estas elecciones, calificadas de "históricas" debido al contexto actual de la crisis sanitaria, para evitar las aglomeraciones y minimizar así los riesgos de contagio, tal y como señaló el diario local The Straits Times.
Singapur, con 5,6 millones de habitantes, ya ha reiniciado gran parte de su economía, pero los vuelos y el turismo continúan prácticamente paralizados y al ser un centro financiero internacional le afecta mucho la interrupción de las transacciones y el comercio global.
El breve periodo electoral transcurrió sin sobresaltos al estar prohibidos los mítines y concentraciones públicas para evitar nuevos contagios, mientras que las campañas "puerta a puerta" se limitaron a grupos de cinco personas. Los candidatos hicieron campaña en la televisión y a través de eventos en directo en Facebook y Zoom.
Disputa entre hermanos
Si bien no se espera que el resultado final varíe mucho con respecto a los de los comicios anteriores, los ciudadanos de Singapur podían elegir entre 192 representantes de hasta siete formaciones políticas para ocupar 93 escaños. Los partidos de oposición siguen siendo débiles y divididos en Singapur frente al centroderechista PAP, en el poder desde 1959. El partido gobernante ocupa actualmente 82 de los 88 escaños de la Asamblea y se espera que mantenga la mayoría.
La oposición volvió a pedir a sus seguidores que acudieran a votar para que no permitan que el PAP, sempiterno ganador de todas las elecciones desde que el territorio abandonara Malasia, gobierne con un "cheque en blanco". El PAP está liderado por el primer ministro Loong, quien ocupa el cargo desde 2004. Loong señaló en las horas previas a la votación que el PAP cuenta con "ideas fuertes y concretas" para hacer frente a la pandemia y aunque reconoció que no sabe "cómo se desarrollará en los próximos años", pidió la unión del país para poder lograr un nuevo mandato "fuerte" que salve la economía a corto plazo.
Los rivales del gobierno tienen poca fuerza. El Partido de los Trabajadores es el único de oposición con representación en el Parlamento (en los últimos comicios obtuvieron seis escaños). Pero la decisión del hermano del primer ministro, Lee Hsien Yang, de unirse a la oposición puede ayudarlos. El que fuera brigadista de las Fuerzas Armadas del país mostró su apoyo al Partido del Progreso de Singapur (PSP). Sin embargo, Yang no se presentaba a un cargo.
Yang está enfadado con el primer ministro por la herencia de su padre, el fundador de Singapur Lee Kuan Yew. El hermano del premier, de 62 años, era un alto ejecutivo de negocios que se había mantenido fuera del escrutinio público hasta antes de la muerte de su progenitor en 2015. "Hubiera sido lo más natural para mí haber ingresado a un cargo político. Pero el liderazgo político en Singapur debe ser mucho más que una familia o un hombre", escribió Yang en Facebook. "Votar por la oposición es la opción más segura para Singapur", dijo.
El PAP, que supervisó la transformación de Singapur en una de las sociedades más ricas del mundo, cuenta con un sólido apoyo, pero ha sido acusado de arrogancia, de fraude electoral y de arremeter contra sus rivales.
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