“Ensayo general”: el simulacro que hizo Carabineros para enfrentar eventuales catástrofes, un nuevo estallido social y la toma de La Moneda
Hasta el edificio Centenario de la policía uniformada llegaron el 8 de agosto generales, coroneles y oficiales de distintos grados para realizar un ejercicio de preparación para crear una realidad ficticia y así prepararse ante eventuales situaciones extremas y así “entrenarse” para la toma de decisiones en minutos y con la presión que eso conlleva.
En medio de constantes protestas en el centro de Santiago, convocatorias a movilizaciones y un mes de septiembre con una alta demanda de servicios policiales -ante la conmemoración de los 50 años del Golpe militar-, Carabineros se encuentra planificando diariamente sus servicios policiales, pero no sólo con miras a cubrir la contingencia, sino que también a eventuales situaciones límite.
Y para cumplir con esa planificación y preparación, el 8 de agosto se concitó una verdadera cumbre policial en el edificio Centenario de Carabineros, ubicado en Catedral N°1337. Los funcionarios que no sabían de la actividad quedaron un poco atónitos, pues se hablaba sobre una supuesta toma de La Moneda, de un nuevo estallido social, de secuestros a uniformados. Nadie entendía mucho, hasta que llegó la aclaración.
Generales y coronel llegaron ese día hasta el renovado inmueble de la institución policial para llevar acabo un simulacro, denominado “Juegos Policiales”. ¿De qué se trataba? De crear una realidad ficticia para prepararse ante situaciones extremas y así “entrenarse” para la toma de decisiones en minutos y con la presión que eso conlleva.
Los temas fueron variados, pero los que más llamaron la atención de los efectivos que participaron de la instancia fue el prepararse ante un escenario ficticio de la toma de La Moneda y qué hacer ante la eventualidad de un nuevo estallido social. Este último punto generó curiosidad, dado que para el generalato que vivió la crisis social de octubre del 2019, la toma de decisiones que se vivieron en ese momento significó la apertura de investigaciones judiciales que, incluso, hoy tienen en la mira al actual general director de Carabineros, Ricardo Yáñez, quien en esa época era el jefe de Orden Público.
Es por eso que se quiere mejorar, explicaron fuentes policiales, y así no dejar espacio para la interpretación que pueda abrir flancos judiciales importantes. Y es ahí que la toma de decisiones es fundamental, agrega una fuente de Carabineros.
Consultada la institución sobre este simulacro, la misión y sus objetivos en particular, respondieron escuetamente que “la preparación, la capacitación y el entrenamiento forman parte del quehacer permanente de los carabineros”.
El secuestro de un carabinero, atentados graves en la Macrozona Sur y la vulneración a la seguridad en el Palacio de La Moneda también fueron parte del simulacro. Este último tema, si bien se manejó como una situación del todo extrema, es algo que ha estado permanentemente preocupando en la institución y también en el gobierno.
Incluso, el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, dijo a La Tercera que “nos preocupa que algunos sectores políticos busquen vulnerar algo tan republicano como La Moneda, y que responde a esta idea de lo que ocurrió en Estados Unidos (asalto al Capitolio). Nos preocupa y tomaremos las decisiones necesarias para prevenirlo y evitarlo”.
El amplio plan para contener al “Team Patriota”
Esta sensación se ha ido instalando a partir de las constantes protestas en las afueras de la Casa de Gobierno, donde, incluso, se aumentó la presencia de barreras y se pidió a Carabineros mejorar los protocolos de seguridad.
Un ejemplo de ello fue el plan que se dispuso para la última protesta del denominado “Team Patriota”, el viernes 11 de agosto, en las afueras de La Moneda. El operativo contempló una plana mayor a cargo del general Marcelo Lepín y un despliegue general de 326 efectivos y fue catalogada con un “nivel de riesgo medio”.
Una de las medidas que se les pidieron a los efectivos que participaron en el cerco dispuesto para ese día -y lo que se busca repetir para otras protestas de este grupo- fue “realizar controles preventivos de personas y/o vehículos, destinados a la detección de todo tipo de elementos, entre ellos armas contundentes, blancas o de fuego, que puedan ser utilizadas contra participantes, personal policial o para provocar daños a la propiedad pública y/o privada”.
Los simulacros, capacitaciones y todo lo que tenga que ver con orden público seguirá siendo parte de las estrategias que Carabineros está preparando para los próximos dos meses.
En septiembre, el foco estará en el 11-S, y en octubre -y quizás su mayor preocupación- cubrir los Juegos Panamericanos y más de 30 eventos masivos dispuestos para esa fecha. En Carabineros, creen, se juegan el año.
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