Entre asaltos y manifestaciones: el reclamo de funcionarios de la ex Posta Central por un protocolo de seguridad
Ingreso por la entrada antigua, turnos de 24 horas y mayor resguardo policial en la entrada y alrededores del recinto de urgencias son parte del plan de contingencia que ejecuta el recinto para evitar problemas en las atenciones y en la seguridad de sus trabajadores. Los gremios se quejan, mientras Carabineros confirma que este año han tenido 11 hechos delictuales en el hospital.
Es el 11 de mayo. En el interior del Hospital de Urgencia Asistencia Pública (HUAP, la ex Posta Central) los funcionarios trabajan por mantener con vida a Francisca Sandoval, la joven periodista que fue baleada mientras cubría una manifestación por el Día del Trabajador. Afuera, mientras decenas de velas iluminan las plegarias por el delicado estado de salud de la reportera, de pronto todo se torna un caos.
Un saqueo a una farmacia, barricadas a metros de una bencinera y ambulancias con pacientes de gravedad que no consiguen ingresar al recinto de salud son nuevamente parte del escenario de calle Curicó, coronado con la represión de Carabineros, que actúa con el carro lanza aguas para diluir las violentas manifestaciones.
Ese mismo día -advirtiendo que las manifestaciones continuarían agudizándose en los alrededores del sector- el director del recinto, Valentín Fernández, despachó un boletín informativo en el que daba cuenta del protocolo que a contar de ese día operaría: jornadas de 24 horas, flexibilidad en el horario de ingreso, con entrada y salida por la entrada de Diagonal Paraguay (la antigua) a las 20:00 horas, refuerzos de personal de seguridad en la zona de recepción de urgencias y la prohibición a los pacientes de entrar con más de un acompañante, son parte de las directrices de la nueva ordenanza. Justo en la jornada siguiente, Francisca Sandoval falleció.
Han pasado dos semanas desde que ocurrieron los hechos anteriormente narrados, pero el reclamo de los trabajadores de la ex Posta Central por un protocolo de seguridad se mantiene. Aseguran sentirse a salvo dentro del recinto, sin embargo, es en los alrededores -cuando llegan a sus labores o salen camino a sus hogares- los momentos en que más temen pueda ocurrirles algo. “Solo la semana pasada recibí información de dos asaltos a nuestras funcionarias”, asegura José Cespe, secretario de la Confederación Nacional de Trabajadores de la Salud (Fenats) de la Huap.
Según el dirigente, desde que Daniel Zamudio (joven homosexual golpeado brutalmente a metros del recinto, que terminó falleciendo) arribó a la Posta Central en marzo de 2012 que las velatones y manifestaciones comenzaron a hacerse comunes en el perímetro de Curicó, Portugal, Lira y Diagonal Paraguay. Pero fue a partir del 18 de octubre de 2019, cuando comenzó el estallido social, que estas situaciones se hicieron casi cotidianas.
Para los funcionarios, el problema no son los manifestantes. “Nosotros, los dirigentes, somos parte de la manifestación también, por eso es que no nos oponemos a ella. El problema es que desde finales del año pasado que están mucho más radicales y hay grupos que se infiltran para solo delinquir y hacer daño”, enfatiza Cespe. “Yo mismo he debido hablar con la primera línea, de hueón a hueón, para que dejen pasar ambulancias que vienen con pacientes críticos”, asegura.
“30 asaltos solo este año”
Pero más allá de las manifestaciones, lo que realmente apremia a los funcionarios son los asaltos de los que están siendo víctima. “Solo este año, registramos más de 30 situaciones de asalto, acoso o amenazas hacia nuestros trabajadores”, explica Hugo Laroze, presidente de la Fenats de la ex Posta Central.
El técnico en imagenología explica que están intentando generar un diálogo con las autoridades de la Municipalidad de Santiago, a quienes les quieren solicitar buses de acercamiento y garitas con personal de Carabineros o Paz Ciudadana, para resguardar a los funcionarios.
“Desde finales del año pasado que el sector se tornó muy malo. Es común oír de asaltos e incluso los propios indigentes que duermen en los alrededores ahora son más agresivos. Muchos han sido amenazados hasta de muerte por ellos, acoso sexual y hasta intentos de violación”, reconoce Laroze.
Por ahora, el boletín que informa de las medidas de contingencia es el único resguardo que pueden entregar desde el hospital a sus funcionarios, que por Contraloría no puede transformarse en un protocolo (”no podemos trabajar 24 horas, según la ley”, explica Laroze).
Desde la Municipalidad de Santiago aseguran no estar preparando algún protocolo de seguridad para los funcionarios de la ex Posta Central.
Y desde Carabineros, en tanto, señalaron que desde enero hasta la semana pasada existieron 11 hechos delictuales en el radio de la ex Posta Central, “considerado el cuadrante Libertador Bernardo O’Higgins-Diagonal Paraguay-Vicuña Mackenna-Portugal”.
Además, profundizaron en que “existe un Plan de Contingencia desde el año 2019 en el cuadrante señalado y contempla medios de Carabineros de Control de Orden Público (COP), Prefectura de Radiopatrullas y personal territorial en el sector, para cuando ocurren situaciones de alteración del orden público”.
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