“Es lo que a cada uno se le antojó pintar”: la controversia en Valparaíso por los murales impulsados por el alcalde Jorge Sharp
Con una nueva 'galería de arte urbano' el municipio busca revitalizar y generar un polo turístico en la tradicional calle Condell, una de las más deterioradas tras el estallido social. Eso sí, no son pocas las voces que se resisten a la iniciativa del alcalde Jorge Sharp, mientras que otras destacan sus aspectos positivos.
Desde fines de septiembre la concurrida calle Condell de Valparaíso exhibe una nueva cara. Más colorida. Y, tal vez, más limpia a la vista.
Hasta entonces los vestigios del estallido social -locales incendiados y abandonados a su suerte; muros rayados y atiborrados de afiches- permanecían indemnes: a un año de su puesta en marcha, el proyecto municipal Arcoíris, que busca repintar 5.709 metros lineales de fachadas en el plan, exhibía en Condell poco avance. Las paredes, todavía frescas de pintura, no resistían más de una noche sin grafitis.
Esta situación llevó al alcalde Jorge Sharp (Ind.) y su equipo a cambiar la estrategia. En vez de colorear una y otra vez el frontis de negocios que ocupan la planta de centenarios edificios, invitaron a más de 100 artistas locales y nacionales para diseñar y plasmar por calle Condell 50 murales, que constituyen una ‘galería de arte urbano en Valparaíso’, entre plazas Victoria y Aníbal Pinto.
En el puerto hay consenso entre artistas callejeros: a diferencia de lo que ocurre con los tags (rayados de apodos o letras), los murales -casi siempre- se respetan.
“En mi opinión, las obras están siendo respetadas porque nos hemos preocupado de que sea un trabajo colectivo, inclusivo e integrador, a través de la participación de artistas de la calle, grafiteros, muralistas. La idea es que con el tiempo las obras se vayan renovando y también se puedan integrar nuevas y nuevos artistas”, explica Giova Kini, quien está a cargo de la coordinación y desarrollo de Valparaíso Arte Urbano.
El alcalde Sharp también ha señalado que esta galería representa “una recuperación del barrio comercial de nuestra ciudad, convirtiéndolo en un polo turístico de arte, cultura y creatividad para todos quienes viven o visiten Valparaíso”.
La iniciativa, detalla a La Tercera, “partió por una propuesta de locatarios”, por lo que “generamos un proceso de diálogo tanto con ellos como con artistas locales a partir de los equipos de Desarrollo Económico, Operaciones, la Corporación del Patrimonio y el rol clave de la Corporación Baburizza”, que está a cargo del Museo de Bellas Artes de Valparaíso y cuyo directorio él preside.
Pero Héctor Arancibia, presidente de la Corporación Comercio Unido de Valparaíso y dueño de una librería en Condell, dice estar disconforme con el proyecto, “porque lo que se informó nunca fue. Se dijo que sería una secuencia de murales relacionados con Valparaíso, especialmente el antiguo Valparaíso. Contrataron a muchos que son los mismos que se dedican a rayar con sus seudografitis. Y lo que se ve hoy en nuestros frontis es lo que a cada uno se le antojó pintar, y muchos con cero prolijidad, dejando sucio con pintura las veredas”.
“Sí debo reconocer que algunos están bien logrados”, agrega el dirigente, “pero mayoritariamente no. Otro punto negativo es que entre los diseños están las letras que los identifican, lo cual hecha a perder el trabajo; otros con mensajes impropios para la misión encomendada... Con mi comentario no quiero decir que prefiero los rayados a los murales, pero si vamos a hacer las cosas, hagámoslas bien”.
Por el contrario, Marcela Vasconcellos, quimicafarmacéutica de la farmacia Makelawen, que fue intervenida, valora el proyecto “porque la calle estaba muy maltratada y la verdad que se veía poco amigable”.
“Es más bien incomprensible”
En 2002, la Unesco declaró a Valparaíso Patrimonio de la Humanidad, por ser un reflejo del desarrollo urbano y arquitectónico de América Latina de finales del siglo XX.
Para la arquitecta Paz Undurraga la condición patrimonial del puerto “tiene que ver, según mi parecer, con una impronta cultural, que en la zona comercial de calle Condell constituyó un tipo de intercambio comercial-social-cultural. Su condición patrimonial es por ende un sistema de relaciones. No parece adecuado reducir el aporte de los edificios a una fachada que se use como telón de fondo de otras expresiones”.
“Un proyecto consistente debería apuntar a recuperar la zona comercial y reponer sus intercambios para revertir su deterioro y abandono. Reducir las relaciones, desatender los intercambios, no parece una solución adecuada. Pintar Valparaíso sobre Valparaíso es más bien incomprensible. Hay desafíos urgentes en el sector, que deberían ser ocupación prioritaria”, plantea la también directora del Centro de Estudios DUC.
Desde una vereda más crítica, el dirigente vecinal Boris Kúleba dice respecto de los murales que “tal como la permisividad con el comercio ambulante, tapar grafitis con más grafitis demuestra el nivel de improvisación y falta de planificación de esta alcaldía, que más que proteger el espacio público, lo entrega a quienes se lo han apropiado y precarizado. ¿Qué se viene? ¿Institucionalizar el meado en las calles?”.
Cambio cultural
El consejero regional Manuel Millones (Ind.), expresidente de la Comisión Patrimonio del Consejo Regional, dice que en vez de colocar murales, para evitar los rayados, es necesario “cambiar la mentalidad en los porteños. No basta con andar pintando murales o borrando los grafitis, sino que debe haber un cambio cultural y allí es clave tener en la malla curricular el cuidado del patrimonio”.
Millones señala que escuelas y universidades debiesen promover la valorización del patrimonio como elemento identitario y también como fuente de recursos para las ciudades, pues “ese patrimonio es pieza clave en el desarrollo económico y social de Valparaíso”.
La coordinadora nacional de la Unidad de Currículum y Evaluación del Mineduc, Viviana Castillo, aclara que “el cuidado y la valoración del patrimonio cultural en la educación escolar aparece en las bases curriculares de educación básica y media, en diversas asignaturas y niveles, a través de Propósitos Formativos y Objetivos de Aprendizaje”.
“Al abordar el patrimonio, se trabajan aprendizajes sobre su cuidado y las distintas instituciones locales, nacionales y globales vinculadas con su preservación. Por ejemplo, se destacan los Programas de Estudios de Historia, Geografía y Ciencias Sociales, en los que se aborda específicamente el caso de Valparaíso como referente de diferentes manifestaciones visuales y arquitectónicas y de otras características que le otorgan valor patrimonial”, añade.
Balance y futuro del proyecto
Hasta el momento, como parte del proyecto Arcoíris, el municipio ha pintado 3.431 metros lineales de fachadas, tanto en calle Condell, donde están los murales, como en calles Independencia y Victoria.
Actualmente, dice Adriana Saavedra, directora de Desarrollo Económico y Cooperación Internacional, “hay dos cuadrillas realizando trabajos de mantención en las fachadas ya pintadas” y que “se está preparando la siguiente etapa del proyecto hacia el sector financiero y el área del Sitio Patrimonio Mundial, que abarcará calles como Esmeralda, Prato y Serrano, para terminar en el barrio Puerto de la ciudad”.
Para ello el municipio pidió permiso al Consejo de Monumentos Nacionales (CMN), institución que vela por la protección y puesta en valor del sitio. Consultado, el CMN informó que ya ingresó la solicitud y está siendo evaluada.
La galería Valparaíso Arte Urbano además podría replicarse en otros sectores de la ciudad, dice el alcalde Sharp: “Hemos recibido mensajes de locatarios de otras zonas de la ciudad, incluso de partes altas, solicitando la misma intervención; por lo tanto, no descartamos que se pueda extender hacia otros puntos”.
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