Excanciller Roberto Ampuero: “Es complejo para un Presidente demandar democracia, cuando un partido de su gobierno ha apoyado dictaduras de izquierda”

Roberto Ampuero, excanciller en el segundo gobierno de Sebastián Piñera,

El exministro valora la reacción del Mandatario, quien fue uno de los primeros en decir que Chile no reconocerá el triunfo de Maduro hasta que las cifras sean verificadas. Sin embargo, cuestiona la postura del PC y recuerda el apoyo de Boric al régimen cuando era diputado y los gestos a Venezuela al llegar a La Moneda. “Tardó casi tres años en darse cuenta que el régimen de Maduro es dictatorial”, sostiene.


Roberto Ampuero (71) -ministro de Relaciones Exteriores (2018- 2019) en el segundo gobierno de Sebastián Piñera- cuenta que fue invitado por la oposición venezolana a presenciar las elecciones del domingo en Venezuela, pero que le pareció “inapropiado ir”.

El escritor había tenido una disputa pública en la OEA con el excanciller -y exyerno- de Nicolás Maduro, Jorge Arreaza, por lo que existía una alta posibilidad de que se le negara su ingreso al país caribeño, como les ocurrió a los senadores Rojo Edwards (exrepublicano) y Felipe Kast (Evópoli).

No obstante, el académico de la Universidad San Sebastián –quien se encuentra en Chile- cuenta que ha estado en “contacto con amigos venezolanos de oposición” y con excancilleres de otros países.

“Tengo la impresión de que todo el mundo está recopilando la información que emana de Venezuela. El proceso no ha terminado. María Corina Machado y el candidato triunfador, Edmundo González Urrutia, siguen recopilando actas, tienen hoy 85% de la votación respaldada, y la diferencia de más de 4 millones de votos que arroja es irremontable para Maduro”, asegura el autor de Nuestros años verde olivo (1999) y Nunca volveré a Berlín (2024), entre otros best sellers.

¿Usted era de los que creían que Maduro podría aceptar una derrota en las elecciones del domingo, o de los que creían que esa posibilidad no existía?

Siempre he inscrito la situación de Venezuela en un marco que, junto con la correlación nacional de fuerzas, incluye otros intereses: los de la casta cívica y militar del régimen autocrático; los del régimen cubano, que sin el aporte petrolero de Caracas ya se hubiese desplomado; los intereses particulares de Rusia, Irán y China, sujetos a la dinámica de tensiones que mantienen con Estados Unidos; los de los gobiernos de Brasil y Colombia, que aún se sienten comprometidos con el chavismo pero están agobiados por la migración; los intereses de un Estados Unidos debilitado en el interregno; los de la Europa atormentada por la invasión rusa a Ucrania, y los dispares intereses de una América Latina dividida, sin líderes ni estructuras regionales operativas. Esta ausencia de líderes y estructuras regionales es funesta para la región.

Es decir, ¿usted ve con pesimismo un cambio de escenario en favor de la oposición y contra Maduro?

No, creo que la sostenida movilización venezolana exigiendo reconocer el resultado real de la elección puede eclipsar estos factores y abrir la vía -supongo a través una transición negociada- hacia la democracia, la libertad y la prosperidad de uno de los países más ricos del mundo en recursos naturales y con una ubicación geopolítica clave.

Ampuero señala que los pronósticos son que dos millones más de venezolanos saldrían del país si Maduro continúa en el poder. REUTERS/José Torres.

Nueva ola migratoria: Boric “tendrá que saltar, una vez más, sobre su propia sombra”

A su juicio, ¿el apoyo de China, Rusia e Irán a Maduro hacen que cualquier esfuerzo –y condena– de Latinoamérica u Occidente se desvanezcan?

Ese es el reto que tienen los venezolanos y la comunidad democrática internacional. Lo central es que el régimen muestre las actas de la votación y se cumpla la voluntad expresada por los venezolanos que, tras 25 años de ruinoso régimen autocrático chavista y ocho millones de migrantes, han dicho basta.

¿Qué le ha parecido la reacción del Presidente Boric y su gobierno?

Me pareció bien que respaldara rápido la estrategia de Machado y González, en el sentido de que la verdad está en las actas. Pero Boric tardó casi tres años en darse cuenta que el régimen de Maduro es dictatorial, lo que lo llevó a romper con la política de los gobiernos de Bachelet y Piñera y a enviar de nuevo embajador a Caracas creyendo ingenuamente que lograría algo.

La designación del embajador –Jaime Gazmuri– fue en el entendido de retomar un diálogo diplomático para la resolución del desborde de la crisis migratoria de venezolanos.

Pero solo cosechó promesas huecas e insultos. Se visó la firma de un insólito acuerdo de cooperación con la policía de Maduro creyendo ingenuamente que obtendría información fidedigna, luego vino el asesinato del teniente Ojeda, refugiado en nuestro país, y después de eso el gobierno no exigió a Venezuela al menos reducir sus diplomáticos en Santiago (13) frente a los que Chile tenía en Caracas (dos). Hoy nuestra embajada completa fue expulsada por Maduro, pese a las deferencias mostradas hacia el régimen que el PC chileno admirada “a mucha honra”. Por cierto, el Partido Comunista venezolano es opositor al régimen.

¿Qué le pareció la forma en que Boric respondió a las diferencias con el PC?

Si bien, les reiteró que él conduce la política exterior, es complejo para un Presidente demandar democracia, mientras un partido crucial de su gobierno ha apoyado a cuanta dictadura de izquierda ha existido desde octubre de 1917.

¿Cree que lo que está ocurriendo en Venezuela puede producir una nueva ola migratoria a nuestro país?

Los pronósticos son que dos millones más de venezolanos saldrían del país si Maduro continúa en el poder. Por ello, hay que reforzar fronteras, controles y leyes y no seguir apoyando en Nueva York el Pacto por las Migraciones, que compromete a Chile con onerosas obligaciones. El Presidente debe adoptar las medidas adecuadas con sentido de urgencia y tendrá que saltar, una vez más, sobre su propia sombra, pues como diputado durante el gobierno del presidente Piñera dio la bienvenida incluso a migrantes sin papeles, porque, según sus tuits, el problema de Chile es que tiene “demasiados chilenos”. El gobierno debe reaccionar, porque Maduro volverá a infiltrar entre las personas desesperadas a agentes y delincuencia organizada.

¿Romper relaciones con Venezuela es una alternativa que el gobierno debe tener sobre la mesa?

Yo no lo haría, porque soy convencido de que aún fluirá mucha agua en este proceso que no ha terminado y que no debemos olvidar.

Roberto Ampuero
Ampuero: "El gobierno debe reaccionar, porque Maduro volverá a infiltrar entre las personas desesperadas a agentes y delincuencia organizada".

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