Expediente Valdivia: exfutbolista se iba a tatuar el Joker “triste” y en su declaración da a entender que sí hubo consentimiento

El exfutbolista Jorge Valdivia.
El exfutbolista Jorge Valdivia. Foto: Aton Chile.

El exfutbolista fue formalizado por violación el pasado martes y hoy se encuentra cumpliendo prisión preventiva en el Centro Penitenciario de Rancagua. En la carpeta del Ministerio Público se detallan los chats que sostuvo con la denunciante, previos y posteriores a los hechos. Además, en su relato, el deportista busca asegurar que el acto sexual "no fue forzado".


Los diálogos de WhatsApp entre el exfutbolista Jorge Valdivia y la mujer tatuadora que lo denunció por violación partieron el jueves 17 de octubre. Fue el deportista quien partió las conversaciones. Lo hizo con un sticker de él mismo: aquella imagen de su cara con una sonrisa abundante que se replica en WhatsApp y que es extraída de su etapa de ídolo de Colo-Colo.

Tremendo sticker” fue la respuesta de la víctima. El futbolista fue formalizado el pasado martes por la Fiscalía Metropolitana Oriente y hoy se encuentra cumpliendo prisión preventiva en el Centro Penitenciario de Rancagua. De acuerdo al relato del jugador, la contactó porque buscaba hacerse un tatuaje. Días después de ese primer intercambio de chats ocurrió el hecho denunciado.

El expediente de la Fiscalía, al cual tuvo acceso La Tercera, da cuenta de todos los diálogos que tuvieron por esa red social, tanto previo al hecho como posterior. Esas comunicaciones, extraídas del teléfono de “el Mago”, fueron expuestas en la audiencia de formalización ante el Octavo Juzgado de Garantía. Para la defensa de ese entonces (ayer Erika Maira renunció a la representación de Valdivia y la asumió Paula Vial), dan cuenta de una relación previa entre ambos.

En esas conversaciones Valdivia le comenta qué tatuaje busca realizarse, en qué zona y de qué tamaño. Allí acordaron que la sesión sería el miércoles 23. Con los minutos los diálogos fueron tocando otros temas, que derivaron a que se reunieran en un restaurante peruano de Providencia, donde bebieron pisco sour y donde comenzó el caso.

Jorges
Foto: Jorge Valdivia/Photosport.

Los chats

Luego del sticker inicial ella se presenta y le comenta que ese día no tiene tiempo para realizar las mediciones, pero puede ser al día siguiente.

Según ella, el tatuaje mediría unos 20 centímetros. Luego de acordar el horario, ella le manda un diseño de el Joker en versión Joaquín Phoenix, al cual él responde “me gusta”. Se trata del villano de Batman haciendo su característico baile en una escalera de Gotham, con otra figura en la parte superior, fumando un cigarrillo. Pero el que más parece concitar la aprobación del futbolista es una cara del Joker “en modo triste”.

Denunciante: “Si elegiste ese, es porque sí o sí andas en modo triste”.

Valdivia: “Noooo, al revés, estuve, sí, pero ando full motivado ahora”.

Denunciante: “Esa es. Que dure poco el modo triste”.

La conversación sigue. Él le consulta por sus otros trabajos. A los minutos, ella hace un reparo.

Denunciante: “Pero se presiente el cliente complejo. Partiendo por ‘quiero tatuarme contigo, pero no sé qué. Pero eres alguien flexible al parecer”.

Valdivia: “Naah. El flexible me dicen. Soy muy light, ya verás”.

Denunciante: “Ah boeeno. El hiperlaxo. Veamos cuánto aguantas en la sesión con el brazo en un rango complejo”.

Las conversaciones previas a los hechos

A las 18.40 del domingo la mujer le manda una foto de un tequila Clase Azul reposado. Valdivia recibe el mensaje y busca reunirse con ella.

Valdivia: Igual apaño si me invitas a probar ese tequila azul.

Denunciante: Ah, no querís nah. Con suerte me queda aperol. ¿Te sirve?

Valdivia: Jajaja. Yo llevo el tequila, tú la música.

Valdivia: Saliendo a buscar el reposado. Te mando fotos y eliges.

Denunciante: ¿Esto es para una degustación el día de hoy?

Valdivia: Sí. ¿O prefieres que no? Día de semana, mucho trabajo, por eso pensé que hoy.

La conversación continúa, pero cambian los planes. Ella le comenta que estará en el restaurante peruano donde se reunieron. Allí iría a terminar el diseño del Joker. “A veces voy a trabajar allá. Cae si te tinca”, le dice. El jugador pide la dirección y a los minutos llega en su moto Vespa. Pide que le orden un pisco sour en tamaño Vaticano, pero la mujer ya le había pedido un catedral. Tomaron dos sour cada uno y comieron pulpo a la parrilla, con un costo total de $55 mil.

Jorge Valdivia
Santiago 22 de octubre 2024. Audiencia de formalización del exjugador de fútbol Jorge Valdivia por presunto abuso sexual. Jonnathan Oyarzún/Aton Chile

Momentos previos a la detención

Valdivia dejó el departamento de la víctima a eso de la medianoche del domingo. “Hola, buen día. Tuve que irme ayer”, le escribió a las 8.24 de lunes. “Cuéntamelo todo y exagéralo”, le pidió ella. “¿No te acuerdas de nada?”, fue la respuesta de Valdivia.

Ella fue realizando varias consultas para saber qué había pasado la noche anterior. Los diálogos se mantuvieron toda la mañana. En ese lapso, luego de comunicarse con un amigo médico y con su expareja, estampó la denuncia en la Fiscalía. También en esa mañana se realizó los exámenes de rigor en el Servicio Médico Legal.

Valdivia fue detenido por Carabineros el martes a las 3.05 en su departamento, ubicado en Las Condes. Momentos antes sostuvo un pequeño diálogo con su hermano, Claudio Valdivia, quien ya estaba enterado del procedimiento en el lugar.

Claudio: (los carabineros) quieren subir

Jorge: Pero, ¿qué pasó? ¿Detenido?

Claudio: Según tienen una orden de detención. Sí, maguito. Qué hago, quieren subir.

Jorge: No sé, hermano. No los puedo negar si tienen una orden. Que no estoy.

Claudio: Van subiendo.

Fiscalía confirma denuncia contra Jorge Valdivia por presunto delito sexual

La declaración de Valdivia

Jorge Luis Valdivia Toro (41) entregó su testimonio ese martes a las 11.55 ante el fiscal. De sus palabras se desprende que el acto sexual no fue forzado.

“Quiero señalar que hace aproximadamente unos 10 días me contacté con una tatuadora a través de Instagram (...), ya que había estado mirando sus publicaciones de los tatuajes y me gustaron sus diseños, por lo que la contacté porque quería hacerme un tatuaje nuevo en el brazo izquierdo”, parte su declaración.

Así las cosas, el imputado fue comentando cronológicamente los encuentros, el primero de ellos, el viernes 18 de octubre. El relato de Valdivia sobre el primer día que se reunieron es así: “El día viernes 18 de octubre, un día antes de mi cumpleaños, habíamos quedado de juntarnos en su estudio que está ubicado en su departamento, ya que ella tenía que medir el diámetro de mi brazo. Una vez que salí de la radio ADN, me trasladé hasta su casa y llegué alrededor de las 16.00 y estuve más o menos hasta las 16.30. En ese momento solo me midió el brazo, me tomé un vaso de agua y me fui rápidamente”.

Luego aborda lo ocurrido el domingo 20. En horas de la tarde, alrededor de las 17.00, después del partido de Colo-Colo, le volví a escribir a esta persona y empezamos a hablar de varias cosas, entre ellas llegamos a conversar de algunos tragos y recuerdo que me comentó que había tomado tequila o le gustaba el tequila o algo así”.

“Llegué al restaurante peruano alrededor de las 9 de la noche aproximadamente según recuerdo, ella estaba sola en una mesa, cuando llegué tenía un vaso de pisco sour que era un vaso redondo y que había consumido poco del trago, estaba arriba de la mitad”, sigue su relato.

Por último, se refiere a lo ocurrido en el departamento. Parte de ese relato dice: “Cuando salimos del local, ella me preguntó si quería ir a su casa, le dije que sí. Recuerdo que llegué al edificio y ella no se bajó de la moto”.

En el departamento dice que “no consumieron nada”. Allí se concretó el acto. “Ella nunca estuvo forzada, nos dimos besos en todo momento, nunca me empujó o me dijo que parara”, asegura Valdivia en su declaración judicial. “Estuve en el departamento un lapso corto. Bajé al primer piso a revisar unos mensajes en el celular, luego volví a subir al dormitorio y ella ya estaba durmiendo”.

Quiero señalar que mientras estuvimos en el departamento no la vi consumir nada, yo tampoco consumí nada, por lo menos no consumió nada delante de mí. Todo fue muy rápido en su casa”, remata.

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