Francisca Crispi, presidenta del Colmed Santiago y propuesta constitucional en salud: “Nadie en el mundo sanitario va a tolerar que esto sea como el Transantiago”

Francisca Crispi

La académica votará Apruebo en septiembre y sostiene que el sistema sanitario que propuso la Convención abre la posibilidad hacia una mejor atención. Eso sí, recalca que los privados son actores relevantes y necesarios para asegurar las prestaciones. "No por querer que (la transición) sea rápida podemos comprometer el acceso y las coberturas que tienen las personas y para eso hay que hacerlo paso a paso", dice.


El 4 de septiembre culmina el proceso en el que chilenas y chilenos, a través de un plebiscito, decidirán si aprueban o rechazan la propuesta realizada por la Convención Constitucional. En cuanto a salud, el borrador de la Carta Magna establece un Sistema Nacional de Salud de carácter universal, donde el sector privado podrá incluirse para conformar un sistema integrado.

En ese contexto, la doctora y presidenta del Colmed Santiago, Francisca Crispi, afirma que “me ilusiona mucho el derecho a la salud como queda planteado”. Al mismo tiempo, explica que como gremio hay un postura frente a la propuesta de salud, pero no frente al proyecto completo. Sin embargo, adelanta que se inclina por el Apruebo.

¿Por qué el Colmed no tiene una postura institucional?

El Colegio Médico sí tiene una postura respecto al artículo 44 y lo valoramos. Nos parece que recoge tanto la discusión sanitaria, como nuestras propuestas que tienen el objetivo de avanzar hacia un sistema de salud con las lógicas de seguridad social. La institución no tiene una postura respecto de la decisión de las personas en el plebiscito, porque representamos a 30 mil colegiados y claramente tienen posiciones diversas y no es la idea pasar por encima de ninguna postura.

¿Hubo algún problema para ponerse de acuerdo con el artículo 44?

Teníamos harto trabajo hecho y eso fue muy bueno. En 2018 se aprobó el seguro nacional en el Consejo Nacional, luego tuvimos los cabildos. Además, se conformó la Comisión Constituyente que propuso 11 puntos, los cuales fueron aprobados por amplia mayoría por nuestro Consejo Nacional. Por lo que teníamos una base que hizo bastante fácil la discusión. Con respecto a los prestadores, creo que ese fue un punto álgido, porque si la Constitución hubiese excluido a los privados, nosotros como colegio no teníamos la posibilidad de decir que era una buena propuesta. Obviamente, hay consejeros que no adhieren a la propuesta, pero hay mayoría en el Consejo.

¿Qué pasa con la preocupación de los funcionarios del sistema privado?

Nosotros nos hemos juntado con la Asociación de Clínicas y con la Asociación de Isapres. Hay que diferenciar dos cosas. Por un lado, está el momento actual que ha sido difícil para el sistema de salud, con la pandemia y las listas de espera. Y para el sector privado vemos que hay isapres que están en una situación financiera difícil y han amenazado con la quiebra. Eso no tiene que ver con la reforma de salud, sino con características propias del momento. Eso provoca una incertidumbre a las personas que trabajan en el sector privado y un ambiente tenso. Al mismo tiempo, tenemos esta propuesta de reforma. Nosotros nos hemos juntado con los actores, los hemos escuchado y nuestra intención con la reunión era hacer una mesa de trabajo para que la transición hacia una reforma sea ordenada y de la forma más responsable posible.

¿Qué pasaría si caen las isapres y no hay una transición adecuada?

Es un mal escenario para todos. Un mal escenario para los pacientes y para los trabajadores de la salud. No dejamos caer a las isapres de un día para otro, sino que entendemos que las isapres podrían jugar otro rol de seguro complementario en el nuevo sistema y la transición de ese rol tiene que ser de una forma ordenada y con estabilidad que nos permita que los costos no los paguen los pacientes y los trabajadores de salud.

¿Cómo sería la relación entre el sistema privado y público?

Lo que hace la propuesta constitucional es establecer un sistema de salud universal e integrado por prestadores públicos y privados que aumenta la cobertura actual. Para hacerlo son necesarias dos cosas. Por un lado, potenciar el sector público y por el otro, está la relación con el sector privado, que sí o sí va a tener que existir en las primeras etapas de transición de la reforma y quizás siempre. Por eso como gremio fuimos tan enfáticos en que prohibir la participación de los prestadores privados con fines de lucro, era un error enorme. Tenemos una gran lista de espera, para la cual no podemos presidir de prestadores en el sistema público. Así, tiene que integrarlos en condiciones donde los precios sean justos. No veo en ningún escenario, y no ha pasado en ningún país del mundo, que en una transición hacia un sistema unificado como el que estamos planteando, disminuyan las prestaciones del sector privado.

¿Cómo sería la transición hacia un nuevo sistema de salud?

Son procesos largos y tienen que ser así. En el momento que se aprueba la nueva constitución, hay un periodo de 18 meses para que exista una propuesta de ley para generar el sistema universal de salud. No por querer que sea rápida podemos comprometer por ningún momento el acceso y las coberturas que tienen las personas y para eso hay que hacerlo paso a paso. Nadie en el mundo sanitario va a tolerar que esto sea como el Transantiago.

¿Votará Apruebo o Rechazo?

Yo voy por el Apruebo. Me ilusiona mucho el derecho a la salud como queda planteado. También el estado social y democrático de derecho, pero es una posición personal. Creo que la propuesta constitucional es una buena opción para Chile, no es perfecta, pero sí me hace mucha ilusión lo que puede significar para la salud.

¿Hay algo que reformaría de la propuesta en términos de salud?

No. La verdad yo creo que la propuesta constitucional es muy buena. Ha sido valorada transversalmente por los académicos. Obviamente, algunos de extrema oposición tienen críticas.

Hasta ahora, ¿cómo evalúan la gestión del Minsal?

El Minsal llega a una instalación difícil, tenemos la pandemia, apareció la viruela del mono y están las listas de espera. Han tenido acierto y errores. Gremialmente, tuvimos un conflicto con la Ministra de Salud con respecto al hospital, y que en la interpelación se volvió a abrir la herida con sus dichos. Ese fue un episodio negativo en términos de la gestión. Pero ha tenido varios puntos positivos, por ejemplo, el copago cero y la universalización primaria, es un anuncio que va en el sentido correcto. También hablamos de la viruela del mono, en el que creemos que hay mejor espacio para mejorar.

¿El Colmed ha tenido que hacer doble esfuerzo para demostrar independencia del gobierno?

Es natural que exista esa asociación, ya que muchos de nuestros dirigentes migraron al ministerio de Salud o a otros cargos de gobierno y eso a nosotros nos enorgullece. Sí hemos tenido el desafío de mostrar que el Colegio Médico es independiente y no depende del Gobierno de turno, sino que tiene la misión de velar por la salud de la población. Hasta la fecha hemos logrado tener nuestro espacio de independencia y de colaborar. Hemos sido críticos cuando hemos tenido que hacerlo, de hecho, la ministra va ir a nuestro tribunal de ética. Asimismo, cuando los desinfectantes faltaron en la red pública oficiamos al Minsal y ahora lo mismo con la viruela del mono.

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