Gestos de republicanos a Tohá y otras secuelas inesperadas del 7-M en el Congreso
Tras las elecciones, varios pensaban que los diputados del partido de Kast llegarían con un tono “soberbio” y que el gobierno, por otro lado, abriría una línea de conversación con esa tienda de derecha. Sin embargo, esta semana legislativa no ocurrió ni lo uno ni lo otro.
“Ministra, si se pone la chapita del Partido Republicano, bienvenida al partido”, le dijo en la sesión del martes pasado el diputado Cristián Araya a la titular del Interior, Carolina Tohá (PPD), quien en los instantes previos había expuesto sobre los avances del estado de excepción en La Araucanía y el Biobío, a un año de que se aplicara por primera vez la medida en la actual administración.
Aunque el comentario del republicano parecía una broma, en realidad era una forma de agradecerle a Tohá el apoyo en recursos y armamento que ha brindado la ministra a las FF.AA. y Carabineros que colaboran en el orden público y la seguridad en el sur. “Que Dios y la Virgen y nuestras Fuerzas Armadas protejan a los chilenos. Y en lo que necesite y ayude a los chilenos, (ministra) cuente con los republicanos”, le dijo Araya.
No fue el único de esa bancada. Incluso, otro diputado republicano, Mauricio Ojeda, salió en defensa de la ministra tras las críticas de Sergio Bobadilla (UDI). “Voy a tratar de ser un poco más sensato que el colega de la UDI, que no recuerdo su nombre... se lo digo de verdad, me hubiese gustado que usted (dirigiéndose a Tohá) hubiese sido ministra del Interior en el gobierno del Presidente Piñera. Este gobierno le ha puesto lucas para proteger a nuestra policía”, le dijo Ojeda.
Tras el triunfo que obtuvieron los republicanos el domingo 7 de mayo, donde eligieron a 23 de los 51 integrantes del Consejo Constitucional, la decisión del partido que lidera José Antonio Kast fue mostrar que podían ser una oposición firme, pero que, a la vez, reconocía los avances y era capaz de ser dialogante.
¿Tono soberbio?
Varios legisladores del oficialismo y la oposición pensaban que, tras los resultados, los republicanos llegarían con un tono “soberbio” y que el gobierno, por otro lado, abriría inmediatamente una línea de conversación con la nueva tienda de derecha, fundada en junio de 2019, en vista de su nuevo peso electoral, que por ahora sólo se reflejará en el proceso constituyente.
Sin embargo, esta semana legislativa no ocurrió ni lo uno ni lo otro. De hecho, la única salvedad al discurso moderado que intentaron mostrar los republicanos fue el diputado Johannes Kaiser, quien puso en duda el respeto a los 12 bordes institucionales para la redacción de la nueva Carta Fundamental. Su postura, no obstante, fue desautorizada por la directiva de su partido.
En el caso del gobierno, las únicas aproximaciones con los republicanos fueron las conversaciones informales que desplegó el ministro secretario general de la Presidencia, Álvaro Elizalde (PS), con diputados y senadores republicanos, a quienes se les acercó para felicitarlos por su triunfo electoral. El gesto de Elizalde fue interpretado por el jefe de diputados republicanos, Benjamín Moreno, como un acto de “caballerosidad”.
No obstante, en las dos definiciones legislativas más importantes de esta semana (las discusiones por el salario mínimo y el royalty a la minería), los republicanos resintieron no haber sido debidamente considerados por La Moneda, a pesar de que el mismo Presidente Gabriel Boric, el domingo pasado, hizo un llamado al diálogo, emplazando al partido de Kast a no cometer los mismos errores que cometió la alianza gubernamental en el fallido proceso de la Convención Constitucional.
Particularmente, en salario mínimo, los ministros Mario Marcel (Hacienda), Jeannette Jara (Trabajo) y Elizalde concentraron sus esfuerzos en Chile Vamos, dejando en una posición minoritaria a los republicanos, junto a algunos UDI, que no aceptaron a cambiar su voto a última hora. Al final el gobierno cerró un acuerdo con RN, Evópoli y otros grupos no alineados.
En el caso del royalty, si bien el acuerdo se había logrado antes de las elecciones, las negociaciones fueron llevadas principalmente por Marcel y el presidente del Senado, Juan Antonio Coloma (UDI). Eso sí, el jefe de la billetera fiscal conversó del tema con el senador republicano Rojo Edwards.
Pese al entendimiento de Coloma -que además arrastró a todas las bancadas de senadores de Chile Vamos- y al acuerdo de RN en materia de reajuste salarial, los diputados de la UDI transitaron en sentido opuesto.
De hecho, en la discusión por el estado de excepción y luego en el debate por el salario mínimo, los diputados gremialistas, liderados por Guillermo Ramírez, endurecieron su discurso.
“Con este gobierno tibio, que no tiene pantalones, no vamos a resolver el problema (de la violencia en el sur)”, señaló el diputado Henry Leal (UDI), el martes, al intervenir sobre una nueva prórroga del estado de emergencia en La Araucanía y el Biobío. Incluso, el mismo Leal deslizó las razones del tono severo: “Que el gobierno escuche lo que ocurrió en el Biobío y La Araucanía. Cómo habló la gente para respaldar a los candidatos que estaban por proteger a la ciudadanía y cómo castigó al gobierno”.
En este último tema, incluso, en la UDI corría con fuerza la idea de rechazar una nueva prórroga para exigir que el Presidente decrete estado de sitio.
El miércoles, en tanto, en el debate sobre el reajuste salarial, el diputado Felipe Donoso (UDI) marcó la postura de su colectividad: “Un gobierno que no cumple su palabra, difícilmente cumplirá su palabra con las pymes... Es un proyecto irresponsable”.
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.