Golpizas a mascotas, perros robots en las calles y aislamiento de niños contagiados: la inquietante cuarentena por Covid en Shanghai
Recién hoy algunos habitantes de esta megaurbe china de 25 millones de habitantes recibieron permiso para salir de sus casas, después de dos semanas de estricto confinamiento.
Después de dos semanas de estricto encierro, algunos habitantes de Shanghai recibieron recién hoy permiso para salir de sus casas. La ciudad china de 25 millones de personas suavizó así una estricta cuarentena que se ha tornado polémica tras la difusión de videos que supuestamente mostraban a personas que irrumpían en un supermercado y pedían ayuda tras quedarse sin comida.
Unos 6,6 millones de personas podrían salir de sus casas, aunque algunas tendrían que permanecer en sus vecindarios, según informó el diario en internet The Paper. El gobierno dijo que también reabrirían algunos mercados y farmacias.
Según detalla The Associated Press, el cierre repentino de la mayoría de los negocios y las órdenes de confinamiento había provocado descontento por la falta de acceso a alimentos y medicinas. Los que daban positivo en coronavirus se veían obligados a hacer cuarentena en instalaciones temporales, en condiciones descritas por algunas personas como antihigiénicas y de hacinamiento.
De hecho, Estados Unidos ordenó a todo el personal no esencial de su consulado de Shanghai abandonar la ciudad. El Departamento de Estado ordenó la salida del personal y sus familias “debido al brote de Covid-19 en curso y al impacto de las restricciones relacionadas con la respuesta de la República Popular de China”, señaló un portavoz de la embajada estadounidense en un comunicado.
El gigante asiático aplica todavía una política de “cero covid” consistente en tratar de eliminar completamente las infecciones a través de rígidos confinamientos, test masivos y restricciones de viaje. Pese a estas precauciones, el virus se ha abierto paso en el país desde marzo, con más de 100.000 casos solo en Shanghai que han llevado al actual confinamiento de la ciudad.
Las restricciones, de las más duras decretadas en China desde la emergencia del virus en Wuhan a finales de 2019, fueron recibidas con creciente enfado por parte de la población por la falta de comida y la inflexible política de aislar en centros de cuarentena a los positivos.
Además, los contagios siguen siendo muy elevados. El gobierno reportó 23.342 casos nuevos en la megaurbe hasta la medianoche del lunes, incluidas 994 personas con síntomas. Los contagios en la ciudad han superado los 200.000 en la última ola, aunque no se han reportado muertes.
The Paper señaló que unos 4,8 millones de personas viven en 7.565 “zonas de prevención”. Otros 1,8 millones de personas, según el reporte, residen en “zonas de control” que no han tenido casos en la última semana y que ahora podrían salir, pero no abandonar sus vecindarios. En las “zonas de cuarentena” donde se detectaron contagios en la última semana, la gente no podía salir de casa. Unos 15 millones de personas permanecían confinadas a sus hogares. El reporte no entregó datos sobre la situación de los 3,4 millones de personas restantes del censo oficial.
El repentino confinamiento tomó por sorpresa a los hogares en Shanghai y provocó quejas de que se habían quedado sin acceso a comida o medicamentos ni forma de atender a parientes ancianos que vivían solos. Durante unos pocos días, el gobierno distribuyó paquetes de verduras y otros alimentos al menos dos veces por semana en algunas viviendas. Otros dijeron que no habían recibido nada, consignó The Associated Press. Según el diario oficialista Global Times, las plataformas con aplicaciones de delivery, incluidas JD.com y Ele.me de Alibaba, trabajan con las autoridades para garantizar que todos tengan acceso a verduras, frutas y otros productos.
En medio del nuevo brote de Covid-19, las autoridades locales han preparado decenas de miles de nuevas camas en alrededor de 100 hospitales improvisados como parte de la política de aislar a cualquier persona que da positivo al virus, sea o no sintomática. Según CNN, algunos pacientes llegan a hospitales sin terminar.
Drones con mensajes amenazantes
Las restricciones han generado malestar entre los habitantes de Shanghai. Muchos se han quejado en redes sociales, además de la escasez de comida, de la dureza de una política que llevó a un trabajador sanitario a apalear hasta la muerte a un perro cuyos dueños habían dado positivo. Ambos habían sido trasladados a un hotel para cumplir la cuarentena, siguiendo la política estatal de que ningún infectado puede pasar el aislamiento en su domicilio.
Según informaron los medios locales, la pareja se debatía si soltar al perro en la calle con la esperanza de que encontrara allí comida o dejarlo en casa donde podría morir de hambre si la cuarentena de sus dueños se alargaba demasiado. Optaron por la primera opción. Fue entonces cuando el vecino grabó cómo una camioneta perseguía al corgi y un trabajador se bajaba con una pala y lo golpeaba tres veces en la cabeza.
Un funcionario de Shanghai explicó al diario Beijing News que mataron al perro porque pensaron que el animal representaba un riesgo de propagar la enfermedad. “No consideramos completamente el problema, y le dijimos al dueño del perro que discutiremos la compensación con él más tarde”, explicó.
Ante la presión en redes sociales, la ciudad de Shenzhen, capital tecnológica de China, anunció la apertura del primer centro de cuarentena para mascotas cuyos dueños han dado positivo por Covid. La iniciativa fue muy aplaudida por los internautas chinos, que ahora piden que las autoridades de Shanghai la repliquen.
La impopular medida de separar a los niños infectados de sus padres negativos, ahora aliviada, también provocó inusuales muestras de enfado la semana pasada. Una política que ha sido defendida por las autoridades de salud de Shanghai. “Si el niño tiene menos de siete años, esos niños recibirán tratamiento en un centro de salud pública”, dijo Wu Qianyu, funcionario de la Comisión Municipal de Salud de Shanghai. “Para niños mayores o adolescentes... principalmente los estamos aislando en lugares centralizados (de cuarentena)”, agregó.
Pese a que se han compartido ampliamente videos no verificados de bebés y niños pequeños en pabellones administrados por el Estado, Wu dijo que la política era parte integral del “trabajo de prevención y control” del virus.
Asimismo, destaca la revista Fortune, se ha vuelto viral en las redes sociales un video que muestra a residentes frustrados gritando desde las ventanas de sus edificios de departamentos de gran altura. En lo que parece una escena de una película de terror distópica, apuntó la publicación, el gobierno respondió enviando un dron que reprodujo un mensaje instruyendo a los residentes a guardar silencio y cumplir con las restricciones.
“Tu comportamiento ha violado las normas antipandémicas”, “Por favor, vete a casa inmediatamente, o serás castigado de acuerdo con la ley”, son algunas de las frases que estos drones pronuncian de forma amenazante, señala el diario Daily Mail.
En Shanghai también se han reclutado perros robóticos para difundir información de seguridad frente al Covid, apunta el diario británico. Los “robodogs” han sido vistos marchando por las calles de la ciudad repitiendo mensajes de salud pública a través de un megáfono pegado a sus cabezas. “Use una mascarilla, lávese las manos, controle su temperatura”, repite la mascota robot. El sitio de noticias local The Paper asegura que ya están teniendo el efecto deseado, ya que los residentes sienten que no pueden desobedecer los dictados de los perros.
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