Isabel Plá, empoderada: Cómo llegó a manejar la agenda de punta del Gobierno

La ministra Isabel Plá dio inicio a la ordenanza municipal sobre acoso callejero de Las Condes junto al alcalde Lavín. FOTO: HANS SCOTT / AGENCIAUNO

Contra todos los pronósticos, la relacionadora pública UDI se ha convertido en el día de hoy en una pieza fundamental del diseño político y comunicacional para hacer frente a la movilización feminista.


Faltaban tres días para que Isabel Plá asumiera como ministra de la Mujer. Era 8 de marzo y su radar se encendió cuando vio las amplias manifestaciones que se realizaron en España por el Día de la Mujer, y que en menor medida tuvieron su eco en Chile.

Al pequeño equipo que tenía ya armado para ingresar al Gobierno -y que hoy la sigue acompañando- le comentó que el tema "podría venir fuerte" este año, aunque aún no se sospechaba del movimiento feminista que tiene, a la fecha, más de 20 universidades tomadas. Hoy, incluso, el tema alcanzó a la Casa Central de la UC, una acción histórica para esa casa de estudios. "Esto podría ser más que una 'agendita' o un tema sectorial", apostó entonces.

Contra todos los pronósticos, la relacionadora pública se ha convertido en el día de hoy en una pieza fundamental del diseño político y comunicacional para hacer frente a estas movilizaciones. Tanto en su entorno como en Palacio destacan que, a diferencia de otros miembros del gabinete, ha sabido interpretar las demandas de las estudiantes y plantear con claridad los puntos mínimos de este debate. Como cuando públicamente contradijo al ministro de Educación, Gerardo Varela, sobre su afirmación de que los abusos en las universidades eran "pequeñas humillaciones".

Aunque no es novedad que las ministras de la Mujer se enfrenten a pares de sus gabinetes por estos temas -lo mismo hizo Carolina Schmidt y Adriana Delpiano, por ejemplo, en varias ocasiones- hoy los ojos están puestos en la gestión que Plá puede llevar a cabo al frente de una agenda que, dicen en su ministerio, no pretende aplacar las demandas feministas. Una agenda por la que sólo ayer estuvo en cinco canales  de TV, tres diarios y siete radios.

A su favor, dicen en Chile Vamos, está su experiencia política y la especial cercanía que mantiene con dos ministros del comité político, Cecilia Pérez y Gonzalo Blumel, con quienes cultivó una relación de confianza en su paso por la Fundación Avanza Chile.

El duro aterrizaje

Su llegada al ministerio fue una sorpresa incluso para ella. Aunque había encabezado la comisión de Mujer del programa de gobierno de Sebastián Piñera, Isabel Plá siempre dijo que la llamada del mandatario la tomó por sorpresa. Para el entonces presidente electo, se dijo en esos días, dos puntos habían sido clave en su elección: su conocimiento del tema y la confianza en su trabajo, tras cuatro años en Avanza Chile y otros cuatro antes en su primer gobierno, como profesional de la división de Estudios de la Segpres, dirigida por Cristián Larroulet.

Su nombramiento causó duras críticas, sobre todo por sus comentarios en redes sociales en contra del aborto, lo que levantó un manto de sospechas en los sectores de izquierda. Además, tampoco se trataba de una persona de la primera línea de la política. Pero en su entorno afirman que el debate público -centrado en las demandas feministas de estudiantes- le dio un nuevo aire. Y que su principal activo, en eso, es su aproximación a la política. "El oficio político es pura experiencia. Es haber pasado por muchas situaciones y posiciones distintas, y no perder la capacidad de escuchar. En la política hay pocas cosas nuevas, todo está dicho o diagnosticado, y lo importante es mirar y escuchar desde espacios distintos", afirman en su equipo.

Plá comenzó su vida política en RN en 1992, cuando se estrenó como asesora de la diputada María Angélica Cristi. En sus 19 años en esa posición, le tocó estudiar varios temas de mujer, pero no tuvo fortuna en sus aspiraciones políticas. En el año 2000, ambas se cambiaron a la UDI. Pero las dos veces en que intentó suceder a "Maqueca" en el distrito de Peñalolén-La Reina, el partido dijo otra cosa y privilegió a otras personas. En el intertanto, fue concejal por Peñalolén y, años más tarde, vicepresidenta del gremialismo. Hasta hoy comparte un grupo -con whatsapp incluido- que se hace llamar "Los buenos muchachos", y en el que participan Patricio Melero, Víctor Pérez, el subsecretario Claudio Alvarado, Manuel Cereceda y Gonzalo Uriarte. También es cercana a los subsecretarios Felipe Salaberry (Subdere) y Mónica Zalaquett (Turismo).

Los desafíos

Cuando aparecieron las primeras tomas feministas, Plá habó rápidamente con Andrés Chadwick, Pérez y Blumel, los tres ministros del comité político. Entre los cuatro personeros hubo dos definiciones: la respuesta del gobierno no puede estar enfocada sólo en las tomas o la violencia en las marchas, y que había que tener la mirada puesta en el fondo del tema. Y la semana pasada, tras comunicarse con Varela, acordaron formar un equipo que ya está en funcionamiento, y que componen un profesional de la Segpres, uno de Educación y uno del ministerio de la Mujer. El grupo está analizando qué universidades tienen protocolo, qué dicen, y cuáles son los mínimos, a la luz de la experiencia que hay, que debieran tener los gobiernos universitarios en estos. Plá debería recibir hoy un documento final, el que pretende plasmarse en una sugerencia a ser enviada a todas las universidades.

La ministra también se contactó con académicas que estuvieran al tanto de la "interna" de los movimientos de estudiantes. Una de ellas fue la ex titular del Sernam, Laura Albornoz. La abogada critica que, aunque "nadie está logrando contener ninguna demanda", destaca el rol que ha cumplido la ministra UDI.

"Ella está ocupando un gran rol, como suelen jugarlo las ministras de la mujer en todos los gobiernos. Ella en particular conoce el tema y es muy política, por tanto tiene ese olfato que hace que sus opiniones sean acertadas, en particular cuando prontamente replicó a las 'pequeñas humillaciones' del ministro Varela", explica. Algo que comparte, desde otra visión, el gerente de Asuntos Públicos de Cadem, Roberto Izikson. "Es una ministra que tiene un potencial súper relevante, que ha logrado armas redes políticas. Conociendo su trabajo anterior, esa cercanía que tiene con el mundo de los datos y encuestas, le da una ventaja significativa. Ella tiene la capacidad de leer bien la opinión pública y ha demostrado tener experiencia tras 4 años en La Moneda y con Piñera", explica.

El principal desafío de la ministra, dice Albornoz, "es convencer a su propio sector de que la discriminación de género no es un tema de izquierda o derecha, sino de derechos humanos. Ella lo entiende y su principal desafío tiene que ver con tranversalizar el tema. Es una buena oportunidad para lograr un eje de unidad nacional".

En su entorno enfatizan que, aunque la agenda de mujer no era una prioridad para el segundo gobierno de Piñera, de los temas planteados durante esta semana por el mandatario, "la gran mayoría ya estaba en el programa de Gobierno". Y aseguran que al propio Presidente "siempre le han interesado estos temas", en particular cómo la baja participación laboral de la mujer repercute en el desarrollo. Plá, por su parte, entró al Ejecutivo buscando espacios para linkear su agenda con la política. "Ella se ha dado cuenta de que si no pones un link con la política, las agendas se van perdiendo. Esta no es una agenda social, es política. Es un aprendizaje del 2011: ingenuamente creíamos que en la medida en que entregábamos una agenda, se terminaban los problemas. Y no. Esta no es una agenda para bloquear el movimiento social, es una agenda para el país", destacan en su equipo.

Para la ministra hay dos proyectos -que se incluyen en la batería que presentó Piñera esta semana- con los cuales su gestión será medida ante el Presidente y la ciudadanía. El primero, el que modifica la sociedad conyugal para que las mujeres puedan administrar el patrimonio familiar. El segundo, el de sala cuna universal, para el cual ya ha sostenido una bilateral con el ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg.

Según Roberto Izikson, "lo más interesante del rol que ocupa es que le va a tocar asumir un desafío muy propio de lo que le ocurre a los gobiernos, que suceden donde no está tu programa realmente. En estos 4 años vamos a avanzar mucho y se va a discutir mucho sobre igualdad de género, y por tanto el rol que ella tenga va a ir sólo creciendo".

Pero plantea, también, las dudas que rondan a su gestión. "La agenda presentada esta semana por el gobierno, a pesar de que es imposible satisfacer todas las demandas, fue algo apresurada y no satisface del todo el relato que hay detrás de las tomas. ahí la pregunta es, ¿cuánto poder tiene ella hoy dentro del gabinete y ascendencia sobre Piñera? ¿Esta agenda quién la hizo, la ministra o Piñera? ¿Cuánto de lo que ella pueda creer o pensar sobre encauzar esa crisis va a tener eco sobre Piñera y el segundo piso?".

La gran duda es si su gestión tendrá, finalmente, un correlato en el movimiento feminista. "Para Piñera y el gobierno esta es una tremenda oportunidad, es un tema que estaba súper latente, pero que le da al gobierno la posibilidad de abrirse a una agenda de futuro, pero es arma de doble de filo. Tienen que lograr encauzar este movimiento, de eso se trata el liderazgo finalmente", añade Izikson.

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