La dura crisis del Museo de Arte Precolombino: visitas bajaron un 70% y más de la mitad de su colección está cerrada

MUSEO ARTE PRECOLOMBINO
30/08/2022 MUSEO ARTE PRECOLOMBINO Mario Téllez / La Tercera

La reducción de las visitas de turistas extranjeros, producto de la pandemia, impactó en un 40% del presupuesto del tradicional recinto cultural de calle Bandera, alguna vez uno de los más visitados y populares del país. Por ello, la entidad inició una campaña llamada "Hazte parte" donde a punta de membresías -desde los mil pesos- buscan recuperar el déficit presupuestario. Esta es la historia.


Le llamaban “Nuestro señor el desollado”. La leyenda afirma que fue una deidad que se arrancó la piel para darle de comer a la Humanidad. Hablamos de Xipe Totec, un dios de la cultura tolteca, que existió entre 900 - 1200 dC en la actual zona del estado de Hidalgo, en México. Antecedente del dios mexica Tezcatlipoca. Una representación suya, de cerámica y de poco más de un metro de alto, es parte de las colecciones de la cultura prehispánica de Mesoamérica que un visitante podía ver en el Museo de Arte Precolombino, situado en pleno centro de Santiago, en calle Bandera.

Precolombino wsp
Xipe Totec

Hoy, el panorama es diferente. El 80% del Museo -alguna vez uno de los más exitosos y visitados del país- se encuentra cerrado, por falta de fondos. Siete salas no están habilitadas, lo que corresponde a 753 piezas. De hecho, actualmente todo el segundo piso del edificio está cerrado al público.

Ahí se mantienen -tras sus vitrinas- varias de las piezas que solían exhibirse, además de los depósitos especiales -como el de textiles-. Todo con una escasez de personal. “En términos de conservación, la labor del Museo ha sido constante, independiente de las condiciones sanitarias del país”, explica a Culto su directora, Cecilia Puga.

MUSEO ARTE PRECOLOMBINO
30/08/2022 MUSEO ARTE PRECOLOMBINO Mario Téllez / La Tercera

Para revertir la situación, el Museo inició una campaña comunicacional que en los últimos diez días se ha ido desplegando con fuerza en redes sociales, radios y que durará hasta fines de septiembre. Se llama “Hazte presente”, y tiene como misión poder crear una comunidad que pueda aportar un monto al mes que permita ayudar a sostener el funcionamiento de la entidad. Se trata de membresías que van desde los 1.000 pesos mensuales o también la posibilidad de apadrinas/amadrinar una pieza de la colección entre 30 y 50 mil pesos al mes. Además, de abrir la posibilidad de grandes aportes desde el mundo privado.

En las piezas audiovisuales que se despliegan en las redes sociales, la música corre por cuenta de Pablo Ilabaca, el exmiembro de Chancho en Piedra y actualmente solista e integrante de Pillanes. La Dirección Creativa y Diseño de la campaña fue un aporte de Felicidad Pública, Piedad Rivadeneira, Simón Sepúlveda y todo su equipo. Además, de Maximiliano Parada, de la empresa Uipay, quien diseñó el sistema de captación de socios a través de la página web. Todo completamente ad-honorem.

Puga señala que la campaña se orienta hacia el público general. “Está fundamentalmente orientada a microdonantes. No se trata de que dones una cifra que te desequilibre las finanzas mensuales o familiares. Desde 1.000 pesos sirve. Está abierta a que cualquier persona pueda ser parte”.

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Cecilia Puga, directora del Museo de Arte Precolombino.

Este es un modelo similar al que, por lo demás, usan otros museos del mundo, como el Museo del Prado, en Madrid. Así lo comenta Puga. “No estamos inventando nada, los museos tienen comunidades asociadas que participan de su gestión. Es la primera vez que un museo que maneja colecciones hace una campaña de este tipo”. La directora aclara que -dado que es una campaña pionera en Chile- no hay una meta de dinero definida, más bien apuestan a crear un volumen. “No tenemos una expectativa que podamos cotejar con la realidad, estamos haciendo una apuesta. Esperamos poder llegar lo más alto posible”.

El origen del déficit

¿Por qué el Museo se encuentra en esta situación? Tal como en otros centros culturales, al Precolombino lo golpeó fuerte la pandemia del coronavirus. Con el cierre de las fronteras y la disminución del turismo, el Museo dejó de recibir turistas extranjeros, principalmente, con cuyas entradas hacía cerca del 40% de su presupuesto. Puga estima que desde el 2020, las visitas bajaron en un orden del 70%. Eso sí, el flujo por entradas no es la única fuente de financiamiento que tiene el Precolombino, también recibe aportes del Estado a través del ministerio de las Culturas y la Municipalidad de Santiago, los cuales se mantienen hasta hoy.

El Museo, hasta hoy, depende de la Fundación Familia Larraín Echeñique, que fundó la entidad junto al municipio capitalino, el que donó el antiguo edificio de la Aduana en comodato. Además, los gastos de programación, exposiciones, proyectos de investigación, publicaciones se financia vía fondos privados a través de la Ley de Donaciones Culturales. “No es un drama estructural, sino coyuntural, pero que nos dejó ver que el modelo de financiamiento del Museo es de una fragilidad extrema”; señala Puga.

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Con un 40% de déficit del presupuesto, el Museo debió tomar medidas, como reducir el personal en un 30%. En ese número, debió despedir a algunos profesionales especializados en mantención de sus piezas.

“Desde el 2020 estamos funcionando con una economía de guerra, tuvimos que cerrar las salas porque mantenerlas abiertas tiene un alto costo para el Museo. Implica guardias, personal especializado en temas de monitoreo, aseo, climatización, iluminación. Tuvimos que reducir todo eso para poder sobrevivir”. No es una tarea menor, si se considera que la colección total del Museo llega a las 11 mil piezas patrimoniales, tanto de arte precolombino del territorio nacional, como de otros puntos de América Latina.

Por eso, es que la campaña apunta a recuperar esa parte del presupuesto y poder retomar los niveles de actividad prepandemia. “Es para recuperar el equipo profesional que teníamos antes”; señala Puga.

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¿Hay riesgo de cierre? Ese es un escenario que Puga prefiere tomar con mesura. “Tenemos que ser cuidadosos con eso, cuando tienes colecciones patrimoniales no es llegar y cerrar. Los estatutos de la Fundación establecen que si el Museo cierra, las piezas no se dispersan, la colección tiene que seguir conservándose, tiene que tener un lugar, un depósito especializado, personas a cargo. Por lo tanto, cerrar es una opción extremadamente cara”.

Otro tema derivado de la pandemia y que afectó a la mayoría de los recintos culturales, fue el límite de aforos, aunque es un factor que ha sido menos relevante en la ecuación, explica Puga. “Ha sido un tema complejo para nosotros, porque como tenemos escasez de personal, tenemos muy poca disponibilidad para visitas guiadas. Además, la cantidad de gente que podía entrar era reducida, aunque diría que fue más por un tema económico que de aforo”.

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“Con el relajamiento de las medidas, las visitas se han ido incrementando -señala Puga-. Hoy tenemos cerca de un 30% del turismo extranjero que había prepandemia. No hemos recuperado los niveles de antes, tampoco de escolares”.

En su última actualización, anunciada recientemente el pasado 28 de agosto por la ministra de las Culturas, Julieta Brodsky, se determinó que durante la Fase de Medio Impacto Sanitario se permitirá a los eventos culturales masivos que se desarrollen en recintos abiertos disponer de un aforo de 85% de la capacidad total del espacio. En tanto, en el caso de los recintos cerrados, utilizar el 75% del aforo total.

Para participar en la campaña “Hazte parte”, se debe entrar al sitio web del museo y seguir las instrucciones.

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