La “gazaficación” de Cisjordania: incursión israelí ya deja unos 40.000 palestinos desplazados

Miembros del Ejército israelí caminan durante una operación en Yenín, en Cisjordania, el 3 de febrero de 2025. Foto: Reuters

Desde el 21 de enero pasado las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han llevado adelante una operación militar a gran escala, llamada "Muro de Hierro", contra los militantes palestinos en la ciudad de Yenín y en el adyacente campo de refugiados del mismo nombre.


En momentos en que la atención se concentra en Gaza, en medio de un frágil alto el fuego, la liberación de los rehenes por parte de Hamas y las intenciones del Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de reubicar a toda la población del enclave palestino para reconstruirlo, Israel ha llevado su campaña militar hacia Cisjordania e incluso crecen las voces sobre planes de una anexión.

Así, el 21 de enero pasado, un día después de que Trump llegara a la Casa Blanca, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) iniciaron una operación militar a gran escala, llamada “Muro de Hierro”, contra los militantes palestinos en la ciudad de Yenín y en el adyacente campo de refugiados del mismo nombre.

Los funcionarios israelíes afirman que la operación se trata de un esfuerzo por “derrotar al terrorismo en la zona”. “La operación es una marcada escalada tanto en escala como en intensidad con respecto a ataques anteriores”, indicó el portal de Politico.

El humo se eleva durante una operación del Ejército israelí en Yenín, en Cisjordania, el 2 de febrero de 2025. Foto: Reuters

La publicación estadounidense señaló que “los aviones de combate israelíes han llevado a cabo ataques aéreos, matando al menos a 25 personas, mientras que los soldados hicieron estallar una manzana entera del barrio. Las carreteras dentro y cerca del campamento han sido destrozadas, incluidas las que conducen al hospital del gobierno de Yenín, el único centro de salud pública en la zona, dañando las redes de agua, alcantarillado y telecomunicaciones”.

En este contexto, unos 40.000 palestinos se han visto obligados a abandonar sus hogares, denunció el lunes la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA). “La operación, que comenzó en el campo de Yenín, se ha extendido a los campos de refugiados de Tulkarem, Nur Shams y El Faraa”, detalla el texto sobre la que es ya la operación más prolongada en Cisjordania desde la Segunda Intifada (2000-2005).

Según el Ministerio de Salud palestino, desde principios de año las fuerzas israelíes han matado a 70 palestinos, entre ellos ocho niños, en Cisjordania. Entre ellos, 38 palestinos fueron asesinados solo en la zona de Yenín, utilizando tácticas que algunos consideran inquietantemente similares a las empleadas en Gaza. Es por eso que muchos ya comienzan calificar esta operación como la “gazaficación” de Cisjordania.

Yenín
Varias personas se encuentran cerca de una ambulancia y un vehículo militar israelí en Yenín, en Cisjordania, el 29 de agosto de 2024. Foto: Reuters

En la misma línea, un nuevo informe de Médicos Sin Fronteras (MSF) indicó que la escalada de violencia en Cisjordania ha obstaculizado gravemente el acceso a la asistencia sanitaria y forma parte de un patrón de opresión sistémica por parte de Israel.

“Los pacientes palestinos están muriendo porque simplemente no pueden llegar a los hospitales”, sostuvo Brice de le Vingne, coordinador de emergencias de MSF. “Estamos viendo ambulancias bloqueadas por las fuerzas israelíes en los puestos de control mientras transportan pacientes críticos, instalaciones médicas rodeadas y asaltadas durante operaciones en curso y trabajadores sanitarios sometidos a violencia física mientras intentan salvar vidas”, añadió.

“No me siento seguro en absoluto. Siempre nos mantenemos a una distancia prudencial de las ventanas para protegernos de los cristales rotos en caso de tiroteo. En algunos casos hemos tenido que evacuar ciertas salas del hospital. Todo el mundo en el hospital está aterrorizado”, indicó.

Yenín
Palestinos comprueban los daños tras una redada en Yenín, en Cisjordania, el 29 de noviembre de 2023. Foto: Reuters

“Parecía que en Cisjordania se estaban repitiendo las mismas escenas de Gaza, especialmente el cierre y el asedio impuesto a los hospitales, la prohibición de entrar y salir de las instalaciones y los ataques al personal médico”, dijo a Politico el doctor Wissam Baker, director del Hospital Gubernamental de Yenín.

Asimismo, MSF denunció el lunes “el desplazamiento forzoso” ocasionado también en el campamento de refugiados de El Faraa, en la gobernación de Tubas (norte de Cisjordania ocupada), donde fuentes palestinas cifran en 1.000 los palestinos que se han tenido que ir a pueblos y ciudades cercanas, huyendo de una operación militar que ya dura nueve días y ha causado al menos 10 muertos.

“Se ha impuesto un toque de queda y las entradas al campamento (de El Faraa) han sido bloqueadas por las fuerzas israelíes”, denunció MSF, que pidió el cese del “aumento de la violencia y las agresiones contra civiles en todos los territorios palestinos ocupados”.

Ataque a Yenín

Israel acusa desde hace tiempo a Irán de suministrar armas a grupos armados en Yenín y, en concreto, a su campo de refugiados, indicó la cadena árabe Al Jazeera. Yenín ha sido durante mucho tiempo un foco de resistencia palestina, y el crecimiento de un grupo armado independiente, las Brigadas de Yenín, ha preocupado especialmente a Israel, añadió el medio qatarí.

Al Jazeera señaló que en diciembre pasado, la Autoridad Palestina “informó sobre lo que fue el enfrentamiento más grande y violento con grupos armados en Cisjordania desde su expulsión de Gaza por Hamas en 2007″.

La cadena indicó que muchos analistas consideran que “la Autoridad Palestina se ha posicionado como el administrador natural de Gaza después de la guerra”, y “han acusado a la misma de repetir las tácticas desplegadas por las fuerzas israelíes en ataques anteriores a Yenín y otros lugares: rodear el campamento con vehículos blindados de transporte de personal, disparar indiscriminadamente contra civiles, detener sumariamente y abusar de jóvenes y cortar el suministro de agua y electricidad a los civiles que se encontraban en el interior”.

Durante casi dos meses, la Autoridad Palestina sitió el campamento de Yenín, cortando el agua y la electricidad a la mayoría de los habitantes. Al menos 11 palestinos murieron, seis de ellos civiles, entre ellos un niño. Se trató de la mayor operación de seguridad de la Autoridad Palestina contra su propio pueblo desde su creación en 1994, escribió Politico.

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, se reúne con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, antes de firmar los Acuerdos de Abraham, en la Oficina Oval de la Casa Blanca en Washington, el 15 de septiembre de 2020. Foto: Reuters

En conjunto, las operaciones de la Autoridad Palestina e Israel en Yenín han destruido entre 150 y 180 casas, la gran mayoría de ellas durante la incursión en curso de las fuerzas israelíes. Ambas fuerzas también han restringido el acceso al campamento, obligando a la UNRWA, la agencia que ayuda a los refugiados palestinos, a suspender las escuelas y los servicios de salud, así como la recolección de residuos sólidos, lo que ha empeorado la crisis de aguas residuales ya existente.

Antes del ataque de la Autoridad Palestina, el Ejército israelí había llevado a cabo numerosos ataques contra Yenín. Por ejemplo, Israel atacó la ciudad en julio de 2023, antes del estallido de la guerra en Gaza. Durante esa incursión el Ejército israelí mató a 12 personas e hirió a unas 100, una de las pérdidas de vidas más importantes desde una operación militar en 2002, durante la Segunda Intifada. Cincuenta y dos palestinos, la mitad de ellos civiles, y 23 de los soldados israelíes que atacaron murieron durante ese asalto.

Por otro lado, mientras la mayor parte del Ejército israelí estaba ocupado en Gaza y Líbano, los colonos israelíes protagonizaron el año más violento de ataques registrado dentro de Cisjordania.

“El alto el fuego no fue suficiente para los israelíes”, dijo a Al Jazeera Murad Jadallah, del grupo de derechos humanos Al-Haq, desde Ramala, en Cisjordania. “El acuerdo de los rehenes no les pareció la victoria que les habían prometido”, añadió, sugiriendo que las consecuencias de la aparente decepción tras la muerte de más de 47.000 personas en Gaza se estaban viviendo ahora en Cisjordania y en Yenín.

Yenín
El humo se eleva durante una operación del Ejército israelí en Yenín, en Cisjordania, el 2 de febrero de 2025. Foto: Reuters

“Esto no es lo que parece un alto el fuego”, dijo a Al Jazeera Shai Parness, del grupo israelí de derechos humanos B’Tselem. “Desde que Israel y Hamas anunciaron un alto el fuego temporal en la Franja de Gaza y un acuerdo para la liberación de rehenes y prisioneros, Israel ha intensificado su violencia contra los palestinos en Cisjordania”.

“Lejos de contener el fuego contra los palestinos, las acciones de Israel demuestran que no tiene intención de hacerlo. En cambio, simplemente está desplazando su atención de Gaza a otras zonas que controla en Cisjordania”, añadió Parness.

Por otro lado, en medio del contexto de violencia crecen las voces que advierten de los planes de una anexión del territorio palestino. El diario israelí Haaretz se preguntaba si el primer ministro Benjamin Netanyahu había preparado el camino para esto durante su visita a Washington la semana pasada.

En las horas previas a la llegada de Netanyahu, Trump respondió a una pregunta sobre la anexión de Cisjordania comparando el lugar de Israel en Medio Oriente con la tapa de un lápiz sobre su escritorio. Cuando más tarde se le consultó junto a Netanyahu, Trump dijo que “a la gente le gusta la idea” de la anexión y “haremos un anuncio en las próximas cuatro semanas”.

“Naturalmente, esto se perdió en el alboroto por el escándalo de Trump en Gaza. Sin embargo, una mirada rápida al calendario muestra que cuatro semanas después de esa reunión se llevará a cabo el discurso sobre el Estado de la Unión en el Congreso”, escribió el periodista Ben Samuels de Haaretz.

Mientras tanto, dijo el periódico, Trump utilizará su plan sobre Gaza como una forma de presión hacia el rey Abdalá II de Jordania, que visitará hoy al mandatario estadounidense, con la esperanza de evitar más desastres diplomáticos. “Si Abdalá se niega a recibir a los palestinos de Gaza y fracasa el cese del fuego, Trump podría muy bien utilizar la reanudación de la ayuda estadounidense a Jordania como una zanahoria y la anexión como un garrote”, indicó Haaretz.

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