La revuelta en el comando político de Narváez por la creciente influencia de Eyzaguirre, Tohá y Hardy

Paula Narvaez ofrece punto de prensa tras almuerzo con diputados
Paula Narváez. FOTO: LEONARDO RUBILAR CHANDIA/AGENCIAUNO

El equipo político estratégico de la candidatura ha resentido que un grupo paralelo -en el que han participado, entre otros, Carlos Montes, Clarisa Hardy y Nicolás Eyzaguirre- tenga mayor incidencia en las decisiones de la abanderada PS, PPD, PL y Nuevo Trato. Lo mismo ha ocurrido con el rol de asesoría comunicacional que ha asumido la exalcaldesa de Santiago Carolina Tohá (PPD).


Desde hace dos semanas que el equipo político estratégico de la campaña de Paula Narváez no se reúne formalmente. La instancia -que inicialmente lideró Heraldo Muñoz y hoy dirige su sucesora en la presidencia del PPD, Natalia Piergentili- dejó de funcionar luego de que entre sus integrantes se instalara cierta incomodidad por el rol que en la última etapa de la campaña han asumido algunos dirigentes de la ex Concertación.

Se trata de un grupo inorgánico, que se ha reunido ocasionalmente para abordar aspectos de coyuntura política y, a su vez, del rumbo de la campaña y sus desafíos de cara a la primaria del próximo sábado 21 de agosto en que la exministra se medirá ante Yasna Provoste (DC) y Carlos Maldonado (PR). De sus reuniones han participado, en distintas ocasiones, figuras de confianza de Narváez, como el exministro de Hacienda Nicolás Eyzaguirre (PPD), la presidenta del directorio del Instituto Igualdad, Clarisa Hardy (PS), el senador socialista Carlos Montes y los diputados PS Manuel Monsalve y Marcelo Schilling.

Fue en la última reunión del equipo político estratégico a principios de agosto, según presentes, que Muñoz emplazó al generalísimo de la campaña, Pablo Vidal, a aclarar cuál era el rol de este grupo paralelo que, al parecer, estaría tomando las decisiones relevantes de la candidatura. “Si es así, mejor que este equipo desaparezca”, habría dicho el excanciller de acuerdo a distintas fuentes que conocieron del intercambio.

“Nosotros no sabíamos que tenía otro grupo que tomaba decisiones de facto y eso generó molestia”, sostiene en privado uno de los presentes en la cita.

Ante el reclamo de Muñoz, Vidal aseguró que el rol que ellos tenían en la campaña en ningún caso reemplazaba al equipo político estratégico, algo que no dejó conformes a los otros presidentes de partidos que integran la instancia, quienes le pidieron aclarar el asunto directamente con la candidata.

“Todos tenemos un teléfono rojo para consultar decisiones a gente de confianza, no es más que eso”, dicen en el comando de la psicóloga, desde donde desdramatizan el “ruido” interno que se provocó.

Pero lo cierto es que para evitar que la tensión escalara se optó por lo sano y el grupo dejó de operar de manera formal.

“Se provocó un malentendido respecto de cuál era el objetivo del equipo y dejó de funcionar para evitar enredos. Hubo un impasse, pero se superó rápidamente”, dicen en el entorno de Narváez.

Eyzaguirre explica así el rol que ha asumido en la campaña: “Efectivamente, no tengo por qué ocultar que tengo una profunda amistad con Paula y que, en esa calidad de amigos, más antes que ahora, solemos conversar tanto de su candidatura como respecto de cómo tratar los temas económicos o educativos. Esto en situaciones muy ocasionales”.

Y agrega sobre la orgánica del grupo: “Ocasionalmente participé de conversaciones informales y fui a algunas reuniones virtuales pequeñas, pero que eran dos al mes”.

En el equipo político estratégico también ha generado inquietud el rol de la exalcaldesa de Santiago Carolina Tohá, quien si bien no forma parte del grupo, ha estado apoyando en materias comunicacionales a la candidata.

Los roles de la exdiputada y de Eyzaguirre molestaron particularmente en el PPD, colectividad en la que se resintió la distancia que tomaron de la candidatura presidencial de Heraldo Muñoz.

Como sea, en el comando de Narváez aseguran que el impasse que se provocó responde a que los dirigentes de los partidos a veces resienten no tener todo el poder sobre la campaña, mientras que otros señalan que algunos buscan debilitar la opción de la exministra, justamente en momentos en que su opción se ha ido afianzando.

“La campaña está en su mejor momento de despliegue, tanto territorial como programático. Hay distintas personas que hablan directamente con Paula para darle sus opiniones y sugerencias, como ocurre y ha ocurrido siempre en cualquier candidatura, pero las decisiones de la campaña las toma la candidata y el equipo que ella ha puesto a cargo de este desafío”, afirma Vidal.

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