La tapada de Bravo que asombra al mundo: análisis con lupa a la atajada del capitán en el tiro libre de Messi

Primer minuto de adición del lapso inicial del partido entre Argentina y Chile. Tiro libre para los transandinos en la entrada del área, cargado hacia la derecha. La posición es perfecta para el más eximio de los ejecutantes que tiene el equipo de Lionel Scaloni. Es precisamente él, Lionel Messi, quien se para detrás del balón. Claudio Bravo, ex compañero suyo en el Barcelona, ordena la barrera y se prepara para recibir el disparo. En Chile, a miles de kilómetros de distancia, varios cruzan los dedos. Algunos prefieren no mirar. El astro del Barcelona ejecuta con la precisión que acostumbra. El remate sobrepasa la muralla de jugadores de la Roja. Cuando va directo al ángulo, emerge la mano izquierda del capitán de la Roja. Es el milagro de Bravo, como lo han denominado en Chile, Argentina y el mundo.

El facilismo lleva a resumir el acierto del vilucano como una gran reacción. Sin embargo, una mirada más técnica va aportando más elementos para entender por qué Bravo llegó a un balonazo que para otros arqueros ha sido imposible de desviar. Lo prueba la amplia colección de goles de La Pulga a través de la misma vía. “Realiza un doble paso lateral para llegar al ángulo. El primero, antes de empujar. Si no realiza ese movimiento, difícilmente habría alcanzado el sitio al que llegó. No es una mera reacción. Es fruto de un aspecto técnico muy bien trabajado”, evalúa Iván Contreras, preparador de arqueros de Universidad Católica.

El entrenador lo atribuye a varios factores. “Hay una cuestión de experiencia, de años. Está, también, el trabajo con Navajas, con quien se conocen desde hace muchos años. La confianza ayuda mucho. Y la lectura de juego. En una sola jugada se resume todo eso. Se hace ver muy fácil, pero es porque lo ha repetido muchas veces. Y, lo fundamental, es saber y conocer contra quién está jugando. Es una suma de factores que van más allá de reducirlo a los reflejos”, sostiene.

Patricio Toledo y Marco Cornez también ocuparon el arco de la Roja. Por ende, conocen de sobra los factores que intervienen en una acción de esta naturaleza. Desde los estrictamente futbolísticos hasta los que tienen que ver con el entorno y la preocupación que genera una situación como la que enfrentó Bravo, sobre todo frente al adversario que tenía enfrente. “Todo lo que pueda realizar un arquero son situaciones que se han trabajado por mucho tiempo. La agilidad, el tiempo y distancia con el balón, el manotazo, pero, por sobre todo, la agilidad y la potencia de piernas”, parte diciendo Pato.

El diagnóstico del mejor arquero de América en 1991 es, incluso, más detallada y se separa de condescendencia excesiva. ”En la estirada de Claudio, yo les digo a mis alumnos que con un paso hacia el costado y la potencia de piernas pudo llegar. Por eso su caída no fue tan plástica. Da dos pasos. Eso lo hace una volada no tan elegante, pero es efectiva”, dice. Y coincide en la importancia de conocer a la perfección al ejecutante. “Una de las cosas buenas es que Claudio Bravo conoce a la perfección a Messi. Estaba preparado y lo demostró”, sentencia.

Cornez, en tanto, analiza la preparación más global de la jugada. “Hay un trabajo en equipo. Si uno se fija en la conformación de la barrera, se da cuenta de que Aránguiz se cruza abajo, cerrando una de las posibilidades de tiro de Messi. Eso ya le resta un elemento de preocupación a Claudio. Lo que le quedaba era pasarlo. Messi y lo hace y Bravo da tres o cuatro pasos y lo saca. Es una atajada de gol”, sintetiza.

El también exseleccionado y ex golero de la UC se pasa ahora a una cuestión más específica. “Estaba en posición basal, próxima al centro del arco. Después hace un gesto pensando adelantarse a la jugada, hacia la izquierda y, desde ahí, da el paso para despegar. Parte en un puntas de pies, después da un paso corto y con esa postura, rechaza”, relata. Y se fija en un detalle específico, que considera clave. “Ataja con la mano izquierda. Por lo general esa tapada se hace con la mano cambiada. Entonces, tiene mucho más mérito”, destaca.

No es primera vez que Bravo reluce sus condiciones en defensa del arco de la Roja. Y si la parada que le realizó a Messi en Santiago del Estero ha sido la mejor que ha hecho en el arco de la Roja se transformó, desde el instante mismo en que la ejecutó, en materia de debate. Sin embargo, incluso prescindiendo de la intención de optar por una u otra intervención, son varias las atajadas del vilucano las que se toman el inconsciente colectivo en apenas un par de segundos.

El primero que surge, casi en forma espontánea, es el cabezazo que sacó al también argentino Sergio Agüero en la final de la Copa América Centenario, en 2016. Toledo, de hecho, la señala como la mejor. “A mí, me llamó mucho más la atención la de Agüero. Esa me parece mucho más linda estéticamente. Por la caída, porque el cuerpo está completamente estirado en el aire”, resalta.

La revisión puede ser mucho más larga. Otros insignes atacantes como Luis Suárez, Edinson Cavani, Gonzalo Higuaín, Ronaldinho, Neymar, Radamel Falcao García o Karim Benzema, o talentosos de la talla de Andrés Iniesta y Xavi, por citar algunos de una extensa y, esta vez sí, selecta lista de astros del fútbol mundial han sabido del talento y la prestancia de Bravo cuando se ubica entre los tres palos del arco nacional.