La Zona Cero se traslada al perímetro de La Moneda: Cómo lidian en Interior para contener a “cardúmenes” de manifestantes
Desde el viernes pasado que en el Ministerio del Interior ven cómo las protestas dejaron de concentrarse en Plaza Italia para trasladarse a sectores cercanos a la casa de gobierno. El intendente Felipe Guevara dice que los delincuentes buscan locales comerciales que puedan saquear, ya que los cercanos a Plaza Baquedano ya no fueron vandalizados.
Edith Vega y Alfredo López son pareja y manejan juntos un puesto de fruta en Alameda, casi en la esquina con Arturo Prat. Vega reconoce que en los últimos días “se nota mucho el cambio”. La comerciante se refiere a un fenómeno que comenzó el viernes de la semana pasada: el traslado de las manifestaciones desde Plaza Baquedano hacia las cercanías de La Moneda. Ambos lugares están separados por dos kilómetros y cinco estaciones de Metro.
Vega relata que en ocasiones han perdido fruta debido a que es mojada por el carro lanzagua de Carabineros, el cual tiene que llegar hasta esa zona producto de los manifestantes. “Hemos visto menos gente comprando y más personas protestando. Apenas empiezan a juntarse, nosotros tenemos que salir arrancando”, dice.
Marius Chinchay trabaja en Alameda con Serrano. Hace cuatro años tiene un carrito con el cual vende jugos naturales. Ella relata que los desórdenes comienzan desde las 17.00 horas: “Para evitar problemas y tener complicaciones parto a esa misma hora con mi carrito”. Chinchay dice que se cambiaría de lugar, pero “lamentablemente”, su patente no le permite moverse de ese sitio.
Una situación similar vive Melisa Serrat, dueña del local de comida rápida Donde Meli, cerca de Metro Universidad de Chile. La locataria señala que siente miedo y que tiene que irse mucho más temprano. “Cierro con candado para que no me saqueen y gracias a Dios no me ha pasado, pero a la farmacia de la esquina sí”, cuenta. Serrat espera que esto dure poco: “Es horrible que se estén juntando aquí. Esperamos que no siga pasando, porque nos afecta demasiado”.
Lo que estos cuatro trabajadores han vivido se comenzó a analizar en el Ministerio del Interior. Desde el viernes que esta cartera empezó a notar un cambio de estrategia en las manifestaciones. La gente que solía reunirse en Plaza Italia para realizar desmanes, cambió su punto de reunión hacia sectores más cercanos al centro histórico de la capital. Incluso, en redes sociales, han aparecido afiches que buscan “tomarse” La Moneda. De acuerdo a información policial, a las 17.20 de ese viernes, cerca de 100 personas se reunieron en la explanada de la estación de Metro Universidad de Chile y empezaron a desplazarse hasta la intersección de la Av. Libertador Bernardo O’Higgins con Zenteno, donde interrumpieron el tránsito vehicular al costado sur de la Alameda, lanzando objetos contundentes a Carabineros.
Según comentan fuentes del Ministerio del Interior, en esos casos es más difícil la contención porque los manifestantes se meten por calles aledañas como Ahumada o Bandera. Además, identifican a un grupo más pequeño pero mucho más violento quienes, de acuerdo a Interior, se mueven como un “cardumen de peces”. Asimismo, indican que su perfil está más vinculado al anarquismo.
Por eso, comentan desde la cartera que lidera Rodrigo Delgado, se ha tenido que hacer un despliegue distinto, concentrando al personal policial más hacia La Moneda por las calles aledañas. Asimismo, Carabineros e Interior están realizando reuniones diarias para ver el tema del orden público y las manifestaciones.
Sin embargo, indican fuentes policiales, no están usando más contingente uniformado, siendo el mismo que ya fue reforzado desde el 18 de octubre de 2019. Las mismas fuentes agregan que ven bajo el riesgo de que lleguen a La Moneda, como pareciera ser el objetivo de algunos de los encapuchados que se han aparecido por esos sectores.
En el gobierno prevén manifestaciones de este tipo al menos hasta enero. Dicen que este tipo de hechos partieron desde antes que comenzaran a surgir críticas por los reparos que ha puesto el gobierno al proyecto que impulsó la Cámara para el segundo retiro del 10% de los fondos previsionales. Y tiene que ver más con las críticas que han surgido respecto a los detenidos en el marco del estallido social.
“Hay grupos minoritarios, no más de 400 y 500, que no creen en la democracia ni en la hoja de ruta que nos trazamos el 25 de octubre como país y nosotros tenemos que mantener el orden público y contener a aquellas personas que no creen en los procesos democráticos. Una de las grandes lecciones que hemos aprendido es distinguir las manifestaciones legítimas de aquellas acciones violentas”, dijo el subsecretario del Interior, Juan Francisco Galli.
En ese sentido, aseguró que “ha cambiado el lugar donde se agrupan estas personas, pero no veo en ellos la intención de ingresar al palacio de La Moneda ni al Congreso Nacional, sino más bien un afán de destruir, saquear y aprovecharse del contexto de estas acciones violentas para saquear locales comerciales. Carabineros está actuando para detener a esas personas y por eso hubo 46 detenidos en el país producto de los últimos hechos de violencia”.
Fuentes policiales señalan que los incidentes registrados fueron puntuales el viernes pasado e indican que no hay antecedentes anteriores. Agregan que en esa zona, en todo caso, siempre cuenta con la vigilancia especial por ser el palacio de gobierno.
El lunes de esta semana, el jefe Zona Metropolitana de Carabineros, el general inspector Marcelo Araya, se reunió con otras autoridades policiales y el intendente metropolitano, Felipe Guevara, para hablar sobre las estrategias del orden público. “El día de ayer no más de 400 personas actuaron de manera violenta. Aquí estamos en presencia de actos vandálicos, hay comerciantes que vieron afectados sus lugares de trabajo y terceros que resultaron lesionados”, dijo esa vez Araya.
Guevara señaló que “hay llamados (a través de redes sociales) a manifestaciones, por ejemplo, hoy hay 15 llamados, que a veces se concretan y a veces no. Por ejemplo, ayer habían seis llamados y no pasó absolutamente nada desde el punto de vista de la violencia. Por lo tanto, uno no sabe si ese llamado realmente se concreta o no”.
El intendente dijo que “son delincuentes que encienden fogatas producto de la basura que hay en el centro. Eso ocurrió el viernes y también el lunes en distintos lugares, por ejemplo, en Moneda con Ahumada, en lugares céntricos, así es que se trasladó y esas fogatas finalmente sirven de distracción para producir saqueos. El lunes tuvimos dos saqueos, uno a una farmacia en Santa Isabel y otro en una importadora en calle Estado donde se robaron teléfonos, audífonos y cosas electrónicas”. Dijo que en total ese día hubo 23 detenidos en Santiago.
Agregó que en el entorno de la Plaza Baquedano “ya no quedan muchos locales, los que hay están cerrados y desocupados, entonces nosotros lo recibimos como una búsqueda de lugares donde robar y saquear con mercadería adentro y eso está más bien en el centro”. Agregó que “efectivamente los puntos de reunión cambiaron, se juntan cerca de Universidad de Chile, Bulnes y desde ahí comienzan a hacer barricadas. El viernes se juntaron en Plaza Baquedano y avanzaron por Alameda hasta el centro”.
Demandas al Estado
El alcalde de Santiago, Felipe Alessandri, dice que la situación es “alarmante”, que los manifestantes “nos están matando el casco histórico de Santiago”, que “los negocios están muriendo” y que “los vecinos se están trasladando, porque nadie resiste esto”. Mientras Alessandri cuenta esto, Metro anunciaba que la estación Universidad de Chile se cerraba “por manifestaciones en el exterior” y Carabineros informaba que el tránsito por la Alameda estaba suspendido.
El alcalde agregó que la comuna se ha transformado en un “campo de guerra”. Por eso, pide de forma urgente mayor efectividad policial: “Si queremos salvar la comuna de Santiago, se tiene que cambiar la estrategia por parte de Carabineros”. Alessandri describe que el sentimiento de los vecinos es de “desolación, amargura y frustración”, pero recalca que él no va a bajar los brazos: “Un grupo de 400 personas no nos va a ganar, no pueden poner en jaque ni menos destruir un país y una ciudad”.
El jefe comunal es crítico en decir que, a su parecer, el “Estado ha sido contemplativo” y adelanta que serán aún más duros en sus acciones: “Lo que queda ahora, si es posible, es demandar al Estado. Yo voy a estar del lado de los vecinos porque he estado con ellos desde el día uno”.
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