Las alternativas de La Moneda para enfrentar la arremetida final de Maduro, que anunció cierre de consulados de Chile en Venezuela
Acudir a la ayuda de un país intermediario para que cerca de 12 mil chilenos puedan hacer sus trámites en Venezuela es la opción que explora el gobierno. La otra idea es que los procesos de documentación se puedan hacer online.
Hasta el miércoles, en los hechos, Chile no contaba con relaciones diplomáticas con el régimen de Nicolás Maduro, salvo por la formalidad de que aún estaban abiertos dos consulados en Venezuela: Caracas y Puerto Ordaz. Hoy, en el gobierno del Presidente Gabriel Boric ya no cuentan ni con eso.
Esto porque a mediados de semana el régimen de Maduro, según indicó la Cancillería chilena, “solicitó a los consulados de Chile en Caracas y Puerto Ordaz el cese de sus servicios consulares, como consecuencia de la suspensión de las relaciones diplomáticas entre ambos países. Por lo anterior, dichos consulados tendrán que permanecer cerrados y sin atención al público”.
La decisión del régimen de Maduro se da a conocer en medio de la tensión entre Chile y Venezuela a raíz de la investigación judicial por el crimen del exteniente Ronald Ojeda. Este fue perpetrado por miembros del Tren de Aragua en Chile y, según testimonios de la Fiscalía, existirían indicios de la participación en el hecho del número dos del régimen venezolano: Diosdado Cabello. A raíz de esto, la ministra del Interior chilena, Carolina Tohá, dijo hace unos días que su gobierno está dispuesto a llevar a Maduro a tribunales internacionales si esta tesis se comprueba.
Acudir a la Corte Penal Internacional no se pone en duda con la arremetida de Maduro, pues en el Palacio de La Moneda comentan que la decisión está supeditada al resultado de la investigación que lleva adelante el persecutor Héctor Barros.
En la práctica, la nueva medida de Maduro dejó a cerca de 12 mil chilenos presentes en suelo venezolano sin la posibilidad de contar con atención consular para realizar trámites administrativos como visas, pasaportes u otros papeleos. Lo mismo ocurrirá con aquellos venezolanos que quieran viajar a Chile.
Por esto, el gobierno de Boric se enfrenta al dilema de cómo entregar la atención necesaria para intentar amortiguar el nuevo golpe del régimen chavista. En ese contexto, en La Moneda ha surgido la idea de acudir a la ayuda de algún país amigo que hoy cuente con servicio diplomático activo en Venezuela, para que sean ellos quienes representen la atención consular de Santiago.
Se trata de una medida que se suele aplicar en este tipo de casos. Sin ir más lejos, hoy el gobierno de Brasil actúa como intermediario entre Venezuela y Argentina.
En favor de esta idea, el excanciller Heraldo Muñoz señaló a La Tercera que “Chile podría confiar los locales de nuestra misión, bienes, archivos, intereses y protección de nuestros connacionales a un tercer Estado, aceptable para el Estado receptor (Venezuela). Esto ha ocurrido muchas veces en la historia diplomática”.
Sin embargo, no es la única alternativa que tiene La Moneda sobre la mesa. Esto porque también existe la posibilidad de que los trámites consulares que requieran los chilenos residentes en Venezuela puedan hacerse vía internet.
Tras el cierre de esta edición, desde Valdivia, el canciller Alberto van Klaveren entregó detalles que apuntan a las dos medidas señaladas por este medio. “Una alternativa es pedirle a un tercer país que asuma algunas funciones que nosotros estábamos prestando. Otra alternativa, no necesariamente excluyente de la anterior, es prestar servicios a distancia, servicios de carácter remoto para atender las necesidades más urgentes de nuestros ciudadanos”, dijo el titular del Minrel.
Hoy en La Moneda hablan de “suspensión de relaciones diplomáticas”, porque afirman que no ha llegado aún una comunicación formal por parte de Venezuela que apunte a esa idea.
Van Klaveren reafirmó esta idea al decir que la relación “es de suspensión, que, digamos, es un estatus que existe en la práctica diplomática”. En la misma línea -agregó-, evaluaron desde el miércoles “las implicaciones y no quisimos afectar inmediatamente la prestación de servicios consulares”.
Días atrás, la ministra Carolina Tohá, advirtió que “no hay relaciones diplomáticas rotas. Ese acto diplomático no se ha producido: romper relaciones. Nosotros no vamos a fomentar roturas de relaciones”. Esta última idea -dicen en el gobierno- aún se mantiene presente en La Moneda.
La respuesta de Caracas fue rápida, por medio de su canciller Yván Gil: “Desde agosto del año pasado, la República Bolivariana de Venezuela los expulsó de la patria de Bolívar y rompimos toda relación, retirando también todo nuestro personal de Chile, todo esto por ‘arrastrados’ a los gringos”. Su respuesta dio cuenta de que la apuesta del gobierno de Chile por reconstruir relaciones con el régimen de Maduro fracasó.
Fue el 25 de mayo de 2023 cuando el gobierno del Presidente Boric anunció la designación de Jaime Gazmuri como nuevo embajador en Venezuela. En octubre de 2024, Maduro sacó de suelo venezolano a toda la delegación diplomática que encabezaba Gazmuri. Luego, a inicios de 2025, Boric decidió separar al exsenador socialista de sus funciones. La caída en picada de las relaciones culminó este miércoles con el cierre de los dos consulados en Venezuela.
La postura de los parlamentarios
El diputado Vlado Mirosevic (PL), presidente de la Comisión de RR. EE. chilena, señaló que “la dictadura de Maduro se ha comportado prepotentemente, como lo hacen todas las dictaduras”, por lo que el estado actual de las relaciones entre ambos países es “de congelamiento en la práctica, es completamente esperable”.
Raúl Soto (PPD), también miembro de la comisión, coincide con su par: “Creo que hace rato las relaciones diplomáticas de Chile con Venezuela están congeladas y cortadas”. Pero, además, subrayó la necesidad de “endurecer el tono y la presión internacional en contra del régimen de Maduro”.
Por contrapartida, diputados de la oposición integrantes de la instancia son partidarios de romper todo tipo de relación con Venezuela. Cristián Labbé (UDI) manifestó que “lo que debería hacer la Cancillería es coordinar un vuelo humanitario para traer a todos lo que quieran volver a su patria, y luego empezar con el cierre de todo tipo de comunicación y relación internacional con Venezuela”.
La parlamentaria independiente de la bancada republicana, Catalina del Real, dijo: “Debemos cortar definitivamente las relaciones bilaterales y reconocer a Edmundo González como presidente de Venezuela”. Su par, Stephan Schubert, señaló que “es lamentable que haya sido la iniciativa de la dictadura la que esté poniendo término a las relaciones diplomáticas con Chile. La Cancillería ha actuado de manera reactiva, tenemos que tener la delantera”.
Por su parte, el excanciller Heraldo Muñoz fue categórico al señalar que “Chile no las rompió. Ha sido un rompimiento unilateral del régimen venezolano de Maduro”.
El presidente del PPD, Jaime Quintana, planteó que tras el cierre de consulados “Venezuela pasa a convertirse en un enemigo de Chile. Hay que asumir que la relación con ese país entra en otra fase”. “Esto, Chile lo pudo haber terminado antes. A partir de ahora se hace inviable la llegada de nuevas oleadas de ese país a Chile, puesto que quien ingrese a territorio nacional lo hará siempre sin papeles, y tendrá que someterse, por lo tanto, a otro régimen. Chile tendrá que tomar medidas más duras con Venezuela. Y todos los sectores políticos debieran entenderlo así: hoy sí se justifica pensar en centro de internación provisoria para migrantes indocumentados y para solicitantes de refugio”, agregó.
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