El frenético día después de las elecciones que marcó las salidas de los cuerpos diplomáticos de Chile y Venezuela
Luego de que el CNE diera por ganador a Nicolás Maduro como Presidente de Venezuela, distintas naciones desconocieron los resultados. Ese fue el caso de Chile, lo que generó la molestia del régimen venezolano, que exigió el "retiro inmediato" del embajador de Chile y de otros seis países de su territorio, e hizo lo propio con sus misiones en esos mismos países.
Las elecciones presidenciales de Venezuela del pasado 28 de julio se transformaron en una larga noche para ese país y sus comunidades residentes en el resto del mundo. A eso de la 1 de la mañana del lunes 29 el Consejo Nacional Electoral (CNE) venezolano dio por ganador de las elecciones presidenciales a Nicolás Maduro, con 51,2% de las preferencias versus el 44,2% que consiguió el candidato de oposición Edmundo González.
De inmediato los cuestionamientos sobre los resultados comenzaron a llegar no solo desde el propio suelo venezolano, sino que desde diversas latitudes. Y ahí, presidentes y líderes internacionales se fueron sumando a las críticas y al hecho de no reconocer los resultados entregados por el CNE. El Presidente Gabriel Boric fue uno de ellos. Desde Emiratos Árabes, donde se encontraba en una visita oficial, el Mandatario apuntó a las 12:37 a.m. de este lunes, a través de su cuenta “X”, que Chile se abstendría de reconocer los resultados hasta que sean verificados por observadores internacionales.
“El régimen de Maduro debe entender que los resultados que publica son difíciles de creer. La comunidad internacional y sobre todo el pueblo venezolano, incluyendo a los millones de venezolanos en el exilio, exigimos total transparencia de las actas y el proceso, y que veedores internacionales no comprometidos con el gobierno den cuenta de la veracidad de los resultados”.
Sus palabras, así como otras en una línea similar que esgrimieron Argentina, Costa Rica, Perú, Panamá, República Dominicana y Uruguay, derivaron en una reacción casi sin precedentes por parte de Venezuela: la del “retiro inmediato” del embajador de Chile y de esos otros seis países de su territorio, así como ordenar el regreso a suelo venezolano de esas siete misiones diplomáticas. Eso ocurrió a las 16 horas con 11 minutos de este lunes, cuando el canciller del régimen de Maduro, Iván Gil, fue el encargado de publicar en su cuenta de la red social X la decisión.
“Venezuela expresa su más firme rechazo ante las acciones injerencistas de un grupo de gobiernos de derecha, subordinados a Washington y comprometidos abiertamente con los más sórdidos postulados ideológicos del fascismo internacional, tratando de reeditar el fracasado y derrotado Grupo de Lima, que pretenden desconocer los resultados electorales de los comicios presidenciales efectuados este domingo 28 de julio, los cuales dieron la victoria como Presidente de la República Bolivariana de Venezuela a Nicolás Maduro, para un nuevo periodo constitucional 2025-2031″, decía el mensaje.
Además, la publicación detallaba de qué países Venezuela había decidido expulsar y retirar personales diplomáticos (Argentina, Chile, Costa Rica, Perú, Panamá, República Dominicana y Uruguay), todos los cuales no reconocían los resultados entregados por el CNE.
Según consignó La Tercera, el mensaje pilló por sorpresa a todos, incluso al canciller Alberto van Klaveren, quien en ese preciso instante (las 00.11 horas en Abu Dabi), estaba dando una entrevista al canal CNN, en el marco de la gira del Presidente Gabriel Boric a Emiratos Árabes Unidos.
A miles de kilómetros, en Providencia, la comunidad residente ya había llegado hasta su embajada a manifestarse en contra de los resultados de la elección. “Fuera dictador” o “Corina nuestra líder” eran las consignas, tras lo cual se vio a un par de personas manchando con pintura roja la fachada de la embajada. Al poco rato también se escuchó entonarse el himno venezolano acompañado de un caceroleo.
A esa altura los presentes se preguntaban si es que el embajador venezolano en Chile, Arévalo Méndez, se encontraba en la casa, sobre todo porque hasta eso de las 20:30 horas el lugar tuvo que ser fuertemente resguardado por efectivos policiales y la calle fue cercada con vallas papales ante el riesgo de enfrentamientos con el personal consular, que entraba a la oficina tapado y escoltado para no recibir el repudio físico de los manifestantes. Acciones como esta obligaron a Fuerzas Especiales de Carabineros a pedir a los casi 150 manifestantes salir de la zona.
Y fue así que pasadas las 21:00 horas las dudas de los presentes se disipaban, cuando Arévalo Méndez abandonó la sede legación diplomática y luego se dirigió al aeropuerto internacional de Santiago para dejar Chile rumbo a Caracas, dejando un escueto mensaje en su adiós: “Muera el fascismo”, dijo.
Minutos después, la propia embajada venezolana comunicaba que suspendía indefinidamente los trámites que allí se realizan. Ese comunicado, sumado a las breves palabras del embajador, ha sido desde este lunes y hasta el cierre de esta edición la última comunicación de la institución venezolana afincada en Chile.
La realidad en Venezuela
A más de 7.500 kilómetros al norte de Chile, en Venezuela, son 12 los chilenos que según cálculos del gobierno se ven directamente afectados por la exigencia del régimen de Maduro de dejar el país en un plazo máximo de 72 horas. Se trata del canciller socialista, Jaime Gazmuri, un ministro consejero, una secretaria casada con el vicecónsul, el cónsul que se encuentra en Caracas y su par de Puerto Ordaz. A ellos se suman siete funcionarios de la PDI que permanecían en el país trabajando en repatriaciones y, acorde a conocedores de esa interna, al momento de la determinación en el consulado chileno había dos de ellos junto a sus esposas y uno con un bebé recién nacido.
Según logró constatar este medio, ninguno de ellos había recibido ninguna notificación oficial para dejar el país. Pero el plazo de tres días se daba por entendido tras el comunicado colgado en X por parte del canciller venezolano, lo que obligó a comenzar a resolver rápidamente problemas prácticos y administrativos en un tiempo acotado. En el entorno de esas personas, de hecho, catalogan la situación como “difícil” y “triste”, pues nunca intuyeron que la postura de Chile sería motivo para una medida tan radical.
Hasta el cierre de esta nota los representantes chilenos en Venezuela se encontraban en la embajada ubicada en el sector de Las Mercedes, en Caracas, propiedad del gobierno de Chile. Acorde a miembros de la propia entidad, hasta el momento en ese sector no ha habido manifestaciones, pero aseveran que durante la tarde del lunes se escuchaban sonidos de disparos y explosiones de bombas lacrimógenas, además de presenciar ciertas barricadas.
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