Las razones tras la aplastante victoria de Donald Trump en Estados Unidos

Donald Trump, ahora presidente electo de Estados Unidos, durante un mitin de campaña en Macomb Community College en Warren, Michigan, el 1 de noviembre. Foto: Reuters

Economía y una intensificación del apoyo de base serían algunos de los factores que explican el histórico triunfo del ahora Presidente electo. Las mujeres, que mayoritariamente apoyaron a Kamala Harris, no fueron suficientes para hacer contrapeso al crecimiento del republicano en sectores rurales o entre los hombres de más de 45 años.


Ni una foto posando como convicto ni haber perdido la reelección en 2020 y llamar a sus seguidores a un motín para retener el poder fueron suficientes para hacer caer a Donald Trump. El exmandatario estadounidense, que ese año perdió contra el actual Presidente, Joe Biden, renació de las cenizas y logró retornar a la Casa Blanca tras estar un período fuera, en un hecho que no ocurría desde hace 130 años, cuando Grover Cleveland lo logró en 1892.

¿Qué explica el resultado? No fue una victoria menor o ajustada, como la mayoría de las encuestas anticipaba. Con la mayoría del mapa electoral pintado de los colores esperables a las pocas horas del cierre de las votaciones, los ojos del mundo se posaron en los siete estados clave que definirían la elección: Carolina del Norte, Georgia, Michigan, Arizona, Nevada, Pennsylvania y Wisconsin. Pero rápidamente el candidato del Partido Republicano se hizo con cuatro de ellos, cerrando las posibilidades de su rival, la vicepresidenta Kamala Harris, de dar vuelta el resultado. Es más, si bien falta para esclarecer lo que ocurrió en Arizona, Nevada y Michigan, la tendencia apunta a que también podrían irse al lado rojo.

Es “la economía, estúpido”

Corría el año 1992 cuando James Carville, estratega de Bill Clinton, diría una frase que quedó marcada a fuego en los libros de política: las elecciones presidenciales de Estados Unidos tienen que ver con “la economía, estúpido”.

No importaba si Trump había sido condenado por 34 cargos distintos en Nueva York solo meses atrás -convirtiéndose en el primer exmandatario en ser declarado culpable y, ahora, el primero en ser electo Presidente-, pues en los sondeos la preocupación por la economía era mayor.

Una mujer hace la compra en un supermercado de Los Ángeles, California, el 13 de junio de 2022. Foto: Reuters

Según la agencia Reuters, la respuesta parecía clara: Donald Trump. Cerca de la mitad de los consultados en las encuestas nacionales a boca de urna de Edison Research señalaron que “estaban peor financieramente que hace cuatro años”. La temática emergió como la segunda preocupación más comentada por los encuestados, con un 31% de menciones. Solo lo superó, curiosamente, la inquietud por la democracia, nombrada el 35% de las veces.

Ahora, otro dato en la misma línea esclarece el escenario. De los votantes que identificaron la economía como su principal preocupación, detalló la agencia de noticias, una mayoría abrumadora se decantó por Trump: 79% contra 20%.

Al mismo tiempo, la inflación emergió como un factor clave en términos electorales. Más de la mitad de los consultados al salir de los locales de votación durante este martes dijo que les había causado dificultades moderadas durante el último año, y uno de cada cuatro confesó que fueron consecuencias graves. En el primer grupo, la proporción de votos fue pareja, con 50 y 47 puntos porcentuales para Trump y Harris, respectivamente. En cambio, en el grupo más acongojado, el 73% señaló haber apoyado al ahora mandatario electo de EE.UU.

Un trader luce un sombrero en apoyo al republicano Donald Trump, tras ganar las elecciones presidenciales de Estados Unidos, en la Bolsa de Nueva York, el 6 de noviembre de 2024. Foto: Reuters

Siempre según Reuters, “los resultados coinciden con las encuestas que han demostrado que los consumidores otorgan malas calificaciones a la economía, a pesar de que el desempleo está cerca de mínimos históricos”.

Similar piensa el medio estadounidense ABC News, que señaló que “a pesar de todo el alboroto sobre diversos temas, declaraciones, mítines y retórica durante estas elecciones, la economía es la única que proporciona la atracción gravitacional más obvia hacia Trump”. Es más, lejos quedaron temas como el aborto en la lista de preocupaciones, según los exit polls, puesto que solo el 14% lo calificó como su mayor preocupación.

Participación y giro político

Una lectura que ha aparecido para explicar el resultado en medios estadounidenses es el de la participación, o, más bien, la baja asistencia, de los votantes del Partido Demócrata. De momento, consignó ABC News, se han contabilizado alrededor de 137 millones de votos en la actual carrera, con predicciones finales que rondan los 152 millones.

Eso posicionaría al actual ciclo a cerca de 6 millones de votos del registrado en 2020, y si bien en los próximos meses los estados entregarán el detalle de quiénes votaron realmente, los primeros análisis apuntan a que, precisamente en los condados de predominancia demócrata al interior de estados clave, es donde más cayó la asistencia a las urnas.

Pero el giro va más allá de si fueron o no a votar. En algunos casos, según encuestas a boca de urna, lo que normalmente se considera la base demócrata habría girado hacia el bando republicano.

Ejemplo de ello son las estimaciones que sugieren que el apoyo demócrata “disminuyó entre los votantes no blancos y aumentó entre los votantes blancos, especialmente los que tienen estudios universitarios”, consignó el citado medio.

Un segmento considerado clave, como lo son los votantes latinos, habría tenido un giro particularmente agudo hacia Trump, pese a que el tema de la migración se tomó la discusión electoral durante algunos períodos de la carrera.

En ese grupo, el margen en favor de Harris cayó 26 puntos, señaló ABC News citando un exit poll. La diferencia habría sido de 53% frente a un 45%, lo que, de concretarse con el recuento estado a estado, se podría convertir en el mejor resultado entre los latinos desde que George W. Bush consiguió el 44% de los respaldos de este grupo en 2004. Trump criticó constantemente el rol de Kamala Harris en la migración, llamándola la “zar de la frontera”.

La edad, otro factor a considerar, tuvo tendencias pro Trump muy marcadas entre los hombres de 45 años o más, y ligeramente en favor del republicano entre las edades de 18 y 44 años, explicó Reuters.

La gente vota en las elecciones presidenciales de Estados Unidos en el Ayuntamiento de Hayward, en el condado de Sawyer, Wisconsin, el 5 de noviembre de 2024. Foto: Reuters

Para The New York Times, simplemente el país “se movió a la derecha”. La conclusión no llega solo por el resultado actual -que no es final, pues los márgenes podrían incluso ampliarse en favor del mandatario electo-, sino que también por el crecimiento de los republicanos en estados que ya estaban bajo su control.

Florida, que quedó en manos de Trump por un margen relativamente estrecho en 2020, ahora se pintó de color rojo por una distancia de 13 puntos porcentuales. En Texas, también históricamente republicano, se movió 10 puntos en su favor. Ohio pasó de una diferencia de 8 puntos en 2020, a 11 en 2024.

No solo ocurrió en sus estados predilectos. Algunos azules, como Nueva York y Virginia, también registraron un avance hacia la derecha, mas no giraron en su favor. El primero se movió 13 puntos hacia el lado rojo, y el segundo, seis. Y si bien no fue suficiente para convertirlos, sí ilustra el avance de los republicanos en bastiones demócratas.

Las grandes ciudades fueron acompañadas por el mundo rural, cuyo color rojo se intensificó en las recién pasadas elecciones. Aparentemente, el intento por convencer a estos sectores con la llegada de Tim Walz, gobernador de Minnesota, tampoco tuvo efecto. Si bien el ahora excandidato a la vicepresidencia se abocó a pequeños pueblos en vez de grandes estadios, como una suerte de embajador rural de Harris, la diferencia porcentual en esos sectores parece haberse mantenido prácticamente igual que en las elecciones pasadas, e incluso se intensificó en favor de Trump en algunos poblados, señaló el Times.

Para sus partidarios, escribió el columnista Daniel McCarthy en el citado medio, “apoyar a Trump significaba un voto para desalojar del poder a una clase dirigente fracasada y recrear las instituciones de la nación bajo un nuevo conjunto de normas que sirvieran mejor a los ciudadanos estadounidenses”.

La brecha de género

A esta altura se trata del elefante en la habitación de los demócratas. Donald Trump ha competido en tres ocasiones contra la tienda azul. En la segunda perdió ante Joe Biden. Las dos veces que ganó fue contra una mujer, Hillary Clinton, en 2016, y Kamala Harris, en 2024.

Encuestas a boca de urna revelaron que si bien, en general, las mujeres apoyaron a Harris mayoritariamente, las blancas favorecieron a Trump. Solo el 26% de las afroamericanas se decantó por el republicano, en contraste con el 52% de las blancas.

El país norteamericano seguirá cuatro años más como uno de los que nunca han tenido a una jefa de Estado, y abre preguntas sobre si la decisión de los votantes pasa por ello.

Unas mujeres bailan antes del mitin de la noche electoral de Kamala Harris en la Universidad Howard, en Washington, el 5 de noviembre de 2024. Foto: Reuters

Clinton hizo del género un eje de su campaña, incluso hablando del “techo de cristal más alto y duro”. De hecho, la noche electoral la pasó en el Javits Center de Nueva York, bajo, literalmente, un techo de cristal, recordó The New York Times.

Por el contrario, Harris no puso ni el ser mujer ni su ascendencia jamaiquina y sudasiática en el foco de la campaña. Lejos de eso, enfocó la campaña en presentarse como el rostro de una nueva generación de políticos, intentando distanciarse tanto de Trump como de su jefe, Joe Biden.

Ninguna de las dos estrategias funcionó. Es más, Donald Trump se convirtió en el mandatario electo de mayor edad jamás elegido en Estados Unidos, superando al propio Biden (81): terminará su mandato con 82 años.

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