Los escenarios tras la derrota del líder del PP en el primer intento por la investidura
Alberto Núñez Feijóo consiguió 172 votos a favor frente a 178 en contra. El viernes se someterá a una nueva votación, en la que necesitará la mayoría simple.
“¿Quién ha sido el gracioso que dejó una calculadora en la tarima?”, decía Alberto Núñez Feijóo en una caricatura de esta mañana del diario La Vanguardia, retratando la complicada situación en la que se encuentra el líder del Partido Popular desde julio, dependiendo de una suma de apoyos que no termina de arreglar.
Esta mañana los diputados españoles votaron, y contra los 172 votos a favor de un gobierno liderado por Feijóo, 178 se inclinaron por negarle la presidencia. Esta fue la primera votación de investidura, y su fracaso, lo más probable, se reeditará el viernes en una nueva votación, que requiere una mayoría simple para nombrar gobierno.
Otro buen resumen de la situación lo dio el diputado Óscar Puente, del PSOE, cuando le espetó en la sesión al líder popular: “Usted no ganó las elecciones. Gana quien logra formar gobierno”. La mantención de su alianza con Vox, sumada a la reticencia de ceder frente a los partidos independentistas catalanes, bloquearon las posibilidades populares de obtener el liderazgo del Ejecutivo por los próximos 5 años.
La amnistía a los presos del proceso independentista catalán, indicó Feijóo, era un precio “demasiado alto” a pagar para obtener la presidencia de España, que ahora podría decidirse con otra sesión de investidura, esta vez a favor del socialista Pedro Sánchez, o con un llamado a nuevas elecciones generales.
Con la sombra de una repetición electoral en el horizonte, la primera votación de la investidura de Alberto Núñez Feijóo fracasó con 172 votos a favor y 178 en contra. El candidato obtuvo 137 apoyos del PP, 33 de Vox y 2 de Coalición Canaria y UPN. En su contra votaron 178 parlamentarios, por las bancadas PSOE, Sumar, ERC, Junts, EH Bildu, PNV y BNG.
Esta primera votación requería la mayoría absoluta (176 votos), pero la del viernes, en el papel, es más fácil: solo necesita una mayoría simple, lo que implicaría que unas cuantas abstenciones le podrían dar la presidencia a Feijóo. Esto es la teoría, pero en la práctica, las posiciones del bloque que se opone a su investidura son bastante firmes, y todos los observadores dan por cierto que el viernes el cabecilla del PP saldrá como entró de la sesión: como líder de la oposición.
El reglamento, oficialmente, da 48 horas entre la primera y segunda votación. Para ser investido, Feijóo necesitaría “más síes que noes”. De ocurrir “el milagro popular”, el gallego entraría a La Moncloa como presidente del gobierno español, ocupando el puesto, idealmente, durante los próximos cuatro años.
Casi seguro de su derrota esta semana, el mismo Feijóo empezó a apuntalar desde ya la candidatura del socialista Pedro Sánchez, acusándolo de negociar “contra la Constitución” al ofrecer la amnistía a los catalanes a cambio de su voto. Si el popular pierde el próximo viernes, el reloj comenzará a correr, abriéndose un plazo de dos meses para que el Rey convoque a una nueva ronda de consultas entre los partidos políticos, y así designar un nuevo candidato a la investidura. El escenario más probable, señalan los medios españoles, es que en la próxima ocasión la persona a investir sea el actual presidente y líder del PSOE, Pedro Sánchez.
En ese plazo de dos meses, hasta el 29 de noviembre, votaciones similares a las de esta semana tendrán que tener lugar. Si Sánchez consiguiera reunir los apoyos suficientes (mayoría absoluta o simple), será él centroizquierdista el jefe de Gobierno en España. Con eso, el actual “presidente en funciones” podría ver su estancia en La Moncloa estirada cuatro años, luego de cinco años gobernando.
Pero hay un escenario más que ilusiona a Feijóo: que Sánchez tampoco consiga los apoyos necesarios. De darse esa situación, los españoles tendrían que volver a las urnas “a votar más claro”. Los cálculos dejan esas elecciones hipotéticas para el 14 de enero, luego de una sola semana de campaña, que empezaría el 5 de enero. Esto, evitando que la campaña empiece en épocas navideñas.
Con esos escenarios, el Partido Popular ya se mueve mirando a horizontes más allá de este viernes. Este domingo, una masiva manifestación en Madrid convocada por los populares hizo ver que, más que la investidura de hoy y el viernes, “el gran proyecto político de Alberto Núñez Feijóo” es la oposición al proyecto de amnistía de Pedro Sánchez, indicó el medio Economía Digital.
Al interior del PP “nadie cuenta en el partido con sacar más síes que noes en la votación que se celebrará en el Congreso de los Diputados, pero entre los populares apuntan que su intervención debe servir para apuntalar el discurso político que realizará la oposición hasta la candidatura de Pedro Sánchez y, si esta triunfa, durante los próximos años”, señaló el portal español.
En el largo plazo, la centroderecha española estaría reforzando su posición de cara a tres escenarios posibles: una investidura fracasada de Sánchez y nuevas elecciones, una moción de censura en 2024-2025, o seguir liderando la oposición para una crisis de apoyos del futuro gobierno de coalición entre el PSOE y Sumar. En este cálculo, los populares seguirían confiando en Feijóo como líder de su partido, apunta Economía Digital.
Después de este viernes, la calculadora pasaría a manos de Pedro Sánchez, que cuenta a priori con los 121 del PSOE y los 31 de Sumar, faltándole 24 escaños para la mayoría absoluta. El candidato socialista aspira a conseguirlos de sus socios habituales en la pasada legislatura: los separatistas vascos EH Bildu (6) y el Partido Nacionalista Vasco (5), el Bloque Nacionalista Galego (1) y el partido independentista catalán Esquerra Republicana de Catalunya (7).
A esto se le suman los indispensables escaños de Junts per Catalunya (7), que han sido los más difíciles de conseguir, ya que la colectividad fundada por Carles Puigdemont ha puesto como condición la amnistía a los encausados por el “procés” de 2017. Reuniones en Bruselas entre Yolanda Díaz, líder de Sumar, y el ‘huido’ Puigdemont dan cuenta de la voluntad para negociar por parte del bloque de centroizquierda: desde Junts, ya dan por hecha la amnistía.
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