Marco Rubio y Mike Waltz, el equipo de halcones con que Trump buscaría enfrentar la política exterior de EE.UU.

Donald Trump y el senador Marco Rubio durante un acto de campaña en el Dorton Arena, en Raleigh, Carolina del Norte, el 4 de noviembre de 2024. Foto: Reuters

La potencial llegada de Rubio y Waltz al segundo gobierno de Donald Trump resalta la importancia que el republicano está entregando a las relaciones internacionales. Con los dos ya son cuatro los puestos asignados a esta materia, todos ocupados por políticos de línea dura contra China, Cuba e Irán.


A pocos días de hacerse con las elecciones presidenciales estadounidenses, Donald Trump no ha perdido tiempo y ya se han filtrado a la prensa algunos de los nombres que lo acompañarían, ya sea en el gabinete o en la Casa Blanca. Esta vez se trata de dos personajes clave: Marco Rubio y Mike Waltz, uno de ellos ya corroborado y el otro por confirmarse. De ser así, trabajarán en la política internacional de la segunda administración del mandatario electo.

Rubio, senador por Florida, fue apuntado por primera vez como el probable secretario de Estado por The New York Times, citando a tres personas familiarizadas con el actuar de Trump. La información también fue respaldada por CNN, quienes lo confirmaron con dos fuentes que explicaron que aunque hasta el lunes la oferta no se había formalizado, era probable que el líder republicano se decantara por el político de origen latino.

En tanto, Waltz, también de Florida, pero en el puesto de representante, además de veterano de los boinas verdes, fue contactado por el mandatario para convocarlo como su asesor de Seguridad Nacional en la Casa Blanca, señaló The Wall Street Journal. Waltz es uno de los halcones más duros del Congreso cuando de la enemistad con China se trata, y su llegada a la Casa Blanca fue confirmada por el propio Donald Trump. Mediante un comunicado, el mandatario electo señaló que se trata de “un experto en las amenazas que plantean China, Rusia, Irán y el terrorismo global”.

“¡Mike ha sido un firme defensor de mi agenda de política exterior de Estados Unidos primero y será un tremendo defensor de nuestra búsqueda de la paz a través de la fuerza!”, añadió Trump, quien asume la presidencia el 20 de enero de 2025.

Trump podría cambiar de opinión con Rubio, pues la lucha por el puesto en el gabinete es intensa. Se trata, a fin de cuentas, del análogo al ministro de Relaciones Exteriores del país y, por tanto, la voz de EE.UU. en el extranjero. Actualmente, en la administración del Presidente Joe Biden, el cargo es ocupado por Antony Blinken.

Una tercera persona emergió durante las últimas horas como posible secretaria de Seguridad Nacional, otro puesto importante en términos de relaciones internacionales. Se trata de la gobernadora de Dakota del Sur, Kristi Noem, otra halcón de la política exterior de línea dura contra China y el eje no occidental, consignó CBS News.

El congresista Mike Waltz habla en el primer día de la Convención Nacional Republicana en el Fiserv Forum en Milwaukee, Wisconsin, el 15 de julio de 2024. Foto: Reuters

Con Waltz confirmado y Rubio por verse, ayuda a delinear lo que podría realizar este nuevo gobierno republicano en un contexto geopolítico repleto de desafíos. Desde una guerra en Europa, con la invasión de Rusia a Ucrania, hasta el conflicto en Medio Oriente, con Israel enfrentado a Hamas, Hezbolá e Irán. De cara a la próxima administración, Rubio y Waltz jugarían un papel importantísimo de cara a la gestión de una solución, si es que se concreta en los próximos cuatro años.

La rapidez con la que Trump ha movido sus fichas respecto a la política exterior ha llamado la atención de medios locales. Con solo un puñado de nombres relativa o completamente confirmados, cuatro de ellos refieren a las relaciones internacionales, considerando que el lunes eligió a la representante Elise Stefanik, republicana de Nueva York, como embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas.

De línea dura

Con la potencial elección de Marco Rubio y Mike Waltz, la imagen de un gobierno de línea dura en términos de política exterior se hace cada vez más posible. Y también emerge otra clave: la lealtad con el trumpismo al interior del Partido Republicano también es necesaria para acceder al poder en esta segunda administración.

Rubio, antiguo rival de Trump en la nominación nacional de las elecciones presidenciales, terminó convirtiéndose al movimiento del magnate. Según CNN, tras su fallida primaria presidencial de 2016, el político “reconstruyó su imagen a semejanza de un populista”. Con una especial atención con China, Irán, Venezuela y Cuba, se espera que el senador se convierta en un jefe de la diplomacia duro con los rivales políticos y comerciales de EE.UU.

Su dilatada experiencia en temas exteriores hace creer a los medios locales que su posición política no se verá modificada de gran manera una vez en el poder. Rubio forma parte tanto del Comité de Inteligencia del Senado como del Comité de Relaciones Exteriores, lo que lo convertía en una opción clara al puesto. Desde el subgrupo de Inteligencia, añadió CNN, el floridano se ha enfrentado directamente a China impulsando, por ejemplo, una ley que bloquearía los créditos fiscales para las baterías de vehículos eléctricos producidas con tecnología china. También interrogó al director del FBI acerca de la influencia de Beijing en TikTok, consignó la cadena televisiva.

Marco Rubio
El senador Marco Rubio durante un mitin de campaña con el gobernador republicano de Florida, Ron DeSantis, el 7 de noviembre de 2022. Foto: Archivo

Esos enfrentamientos con el gigante asiático le valieron en 2020 una sanción -junto a otros cinco legisladores- por el gobierno chino. La razón, explicaron desde Beijing, fue por “comportarse mal en asuntos relacionados con Hong Kong”. Rubio ha sido por más de una década defensor de la llamada teoría de la “amenaza china”.

De concretarse su arribo a la Secretaría de Estado, ex y actuales funcionarios de la Casa Blanca coinciden en que China probablemente tendrá que eliminar esas sanciones para poder tratar con el senador.

En la vereda contraria, una de las posiciones que alejaría al floridano del puesto es su postura respecto a Europa. Al contrario de la posición mostrada públicamente por Trump, Rubio colaboró con los demócratas en una ley que dificulta la salida de EE.UU. de la OTAN, señaló el medio local Politico. También “ha intentado parecer partidario de Ucrania sin romper del todo con la postura de Trump de que Kiev debe negociar con Moscú para poner fin a la guerra”, añadió, alertando que la gran duda era si “Trump lo consideraría demasiado débil para ser el jefe de la diplomacia estadounidense”.

De todos modos, en la última semana ha cambiado esa postura, señaló el Wall Street Journal, puesto que afirmó que Estados Unidos estaba “financiando una guerra estancada” y que se necesitarían “100 años” para reconstruir Ucrania.

Hasta la mañana del lunes, medios estadounidenses señalaron que Richard Grenell, abierto defensor del movimiento MAGA (Make America Great Again), era la carta principal para el cargo. De hecho, Trump se ha referido al exembajador de Estados Unidos en Alemania como “mi enviado”. Pero para la tarde habría terminado decantándose por Rubio.

Respecto a Venezuela, el New York Times rememoró que en 2019 Rubio persuadió a Trump para que este impusiera una política dura de sanciones contra el país sudamericano “para intentar derrocar a su autoritario presidente izquierdista, Nicolás Maduro”, señaló el periódico.

En entrevista con el citado medio, el senador advirtió a Maduro que “ha elegido una batalla que no puede ganar”, y que “es solo una cuestión de tiempo. Lo único que no sabemos es cuánto tiempo llevará y si será pacífico o sangriento”.

Rubio no es un desconocido para Chile. En abril de este año el senador vinculó al grupo terrorista libanés Hezbolá con nuestro país, asegurando que “hay razones para preocuparse de que no están haciendo lo suficiente para acabar con estas redes financieras desde el lado chileno”, cuestionando al Presidente Gabriel Boric por su “retórica bastante dura sobre Israel”.

Muy cerca de él, la figura de Mike Waltz lo acompañaría desde su puesto de asesor de Seguridad Nacional. De profesión militar, se convertirá en el primer boina verde en ocupar el cargo. Fue condecorado en combate tras servir en Afganistán, Medio Oriente y África.

El puesto no es sencillo, especialmente cuando se trata de Trump. De hecho, dos de los hombres que estuvieron en el cargo durante la pasada administración del republicano terminaron peleados con él. Tanto John Bolton como el teniente general retirado HR McMaster, recordó CNN, han criticado públicamente a su exjefe.

El entonces primer ministro británico, Boris Johnson, tiende la mano al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la llegada oficial para una reunión de líderes de la OTAN, en diciembre de 2019. Foto: Archivo

El mismo medio señaló que Trump ha sugerido que su equipo de Seguridad Nacional se encargará de revaluar la postura de EE.UU. frente a lo que ocurre en Europa, Asia y Medio Oriente, refiriéndose a Ucrania, Rusia, China, Irán y al conflicto entre Israel y sus vecinos.

“La selección de Waltz puede verse como un golpe en el debate sobre la renovada agenda de Trump de ‘EE.UU. primero’, que está enfrentando a los halcones de la Seguridad Nacional de su partido con su ala aislacionista”, añadió la cadena televisiva. Sin embargo, en un reciente libro, el representante de Florida apuntó a que su país debería invertir en armar a Taiwán más rápido, en una contradicción entre priorizar a EE.UU. y presionar a China.

Su experiencia política en temas internacionales es similar a la de Rubio. Waltz ha sido miembro de los Comités de Servicios Armados, Inteligencia y Asuntos Exteriores de la Cámara, además de convertirse en un asistente habitual de programas de Fox News en temas de políticas exteriores.

La confirmación del representante floridano en el puesto es vista con recelo en Europa, pues, según Financial Times, se trata de un abierto “crítico de la OTAN”. La razón de la preocupación se debe a que a principios de año Trump amenazó al pacto de defensa internacional con que, si no cumplían con su objetivo de gasto en defensa, alentaría a Rusia a hacer “lo que quieran”. Con Waltz en el cargo, la posibilidad de un quiebre entre la Alianza Atlántica y EE.UU. solo crece.

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