Menos discursos y protagonismo para el jefe de gabinete: el cambio de estrategia del gobierno de Fernández de cara a las elecciones
Tras la derrota del oficialismo en las primarias, el jefe de Estado pasa a segundo plano para instalar como nuevos protagonistas a los funcionarios recién llegados a su equipo ministerial.
Hace seis días que el Presidente de Argentina, Alberto Fernández, no habla en público. El silencio del mandatario se instala como la nueva estrategia política del Frente de Todos para calmar los ánimos después de dos semanas cargadas de tensión, desencadenadas por la derrota de la coalición oficialista en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), que augura un complicado escenario para las elecciones legislativas del 14 de noviembre, lo que obliga a la Casa Rosada a repensar los próximos pasos.
La última aparición del mandatario peronista fue el miércoles, con un discurso en Buenos Aires, lugar en el que Fernández se reencontró con varios líderes del oficialismo después que hace una semana la vicepresidenta Cristina Kirchner desató un terremoto político con la publicación de una dura carta, episodio que derivó en el cambio de seis ministros y la instalación de nuevas figuras, que intentarán marcar la pauta.
De acuerdo con el diario argentino La Nación, el desgaste de las últimas semanas generó que el objetivo desde ahora es que el mandatario deje de ser el “pararrayos” de las críticas. Para esto, Fernández saldrá del ojo público para ceder el espacio al nuevo jefe de gabinete, Juan Manzur. Bajo la premisa de que el impacto negativo de la campaña deje de afectar la gestión, los nuevos ministros tienen la misión de profundizar las salidas a terreno “sin red ni preaviso” al conurbano bonaerense.
El presidente, explican fuentes oficiales al diario Clarín, busca recomponer su imagen, una tarea titánica tras la devaluación de su investidura que el propio Fernández se autoinfligió con una sucesión de yerros que alcanzó su punto máximo con la filtración del festejo de cumpleaños de la primera dama en Olivos, en pleno aislamiento estricto por la pandemia, el año pasado.
En primera instancia, el Ejecutivo intentó revertir los malos resultados con una serie de anuncios de medidas económicas para beneficiar los bolsillos de los argentinos, entre ellos el aumento del sueldo mínimo, pero esto no habría sido suficiente. En esa línea, en los próximos días, además de desplegar a las figuras oficialistas en la provincia de Buenos Aires, se realizarán viajes al interior de Argentina para “conectar” con los votantes.
Entre los lineamientos del “plan de emergencia” estará mostrar un “gobierno activo y en movimiento, preservar al mandatario de malas noticias y sacar a la cancha a todos los funcionarios de primera línea”, todo para evitar lo que ocurrió durante la campaña, cuando los discursos de Fernández eran empañados por las polémicas, según apunta el diario La Nación.
Hoja de ruta para noviembre
Ante esto, las labores del mandatario argentino seguirán entre las cuatro paredes de su despacho, donde se ha reunido con los ministros de Economía, Martín Guzmán; de Mujeres y Género, Elizabeth Gómez; de Trabajo, Claudio Moroni, sin fotografías, ni filtraciones. En la agenda también se han realizado encuentros cerrados, con jubilados, comerciantes y otros sectores sociales.
Durante la jornada de hoy, el mandatario argentino participó en el Diálogo de la ONU y la Organización Internacional de Trabajo (OIT), siendo la tercera intervención de Fernández ante organismos internacionales. En esta ocasión enfatizó que el país enfrenta “una triple crisis de pandemia, cambio climático y deuda, que golpea duramente a los países de renta media como Argentina”. Por ello, puntualizó que es “urgente repensar una nueva arquitectura financiera internacional que brinde una respuesta multidimensional a estos problemas”.
“Alberto pasó de la súper exposición mediática a no tener vocero”, señala el portal La Política Online, que asegura que la nueva estrategia consiste en que los ministros “concentren” los anuncios. Les pidieron que tuvieran mayor protagonismo y por eso los anuncios que se hicieron desde el recambio de gabinete recayeron en ellos.
La secretaria de Comunicación y Prensa que ocupaba Juan Pablo Biondi, quedó en manos de un abogado. Juan Ross no tiene el vínculo directo con los medios que tenía su predecesor, sostiene el medio argentino, que agrega que fuentes del gobierno explicaron que Marcelo Martin, quien estaba debajo de Biondi y ahora está junto al presidente, no es vocero de Fernández, sino que lo acompañará en el día a día en la relación con los medios.
Según Clarín, sin dar entrevistas, Fernández no estuvo en la apertura del Puerto Iguazú, tampoco comentó el lanzamiento de políticas como el programa Previaje para jubilados, anunciado ayer, dejando que los ministros de estas áreas asuman el rol principal. Para hoy, se espera que el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, lidere la mesa de diálogo para poner fin a la tensión con el sector agrícola.
El mandatario tampoco salió a celebrar que hace cuatro días se confirmó el embarazo de la primera dama, Fabiola Yáñez. “Se informa que la primera dama se encuentra cursando la décima semana de su embarazo”, anunció la semana pasada la Unidad Médica Presidencial, informando que el nacimiento será entre fines de marzo e inicios de abril del próximo año. La noticia pone punto final a una serie de rumores que surgieron después que se revelaron las fotografías del denominado “Olivosgate”, la celebración del cumpleaños de Yáñez con una decena de invitados, cuando Argentina estaba en confinamiento total.
En un duro editorial, el diario Financial Times advirtió este martes que si el gobierno argentino “no actúa rápidamente” para enfrentar las “penurias económicas” que sufre el país, “se avecina una crisis seguida de una victoria de la oposición” en las presidenciales de 2023. Por ello el diario británico aconseja que la Casa Rosada “debería actuar rápidamente para restaurar la confianza de las empresas, reducir la intervención en la economía, recortar el gasto público y alcanzar un acuerdo con el FMI”.
No obstante, el oficialismo está lejos de poner fin a las disputas internas. “La ‘desalbertización’ del gobierno no está completa”, apunta Clarín, haciendo eco que después de las elecciones legislativas Cristina Kirchner volverá a presionar para que se vayan más ministros, siendo su primer objetivo la salida de los titulares de Economía, Martín Guzmán, y de Desarollo Productivo, Matías Kulfas.
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