Michel Houellebecq contra la eutanasia: acusa al Estado francés de "matar a Vincent Lambert"

Michel Houellebecq

El escritor, quien ya había mostrado su repudio a la muerte asistida en sus novelas Las partículas elementales y El mapa y el territorio, publicó esta mañana una dura columna en el periódico Le Monde en la que acusa al gobierno de Emmanuel Macron de terminar con la vida del enfermero, quien permanecía en estado vegetal hacía 11 años y que hoy falleció tras ser desconectado por orden de un tribunal.


Su caso sacudió a Francia. En 2008, el enfermero francés Vincent Lambert, de entonces de 32 años, sufrió un accidente automovilístico que lo dejó con daños cerebrales irreversibles y en estado vegetativo. El diagnóstico de los médicos fue tajante: las posibilidades de que se recuperara eran nulas, decían, y desde entonces su esposa y parte de su familia lucharon para que lo dejaran morir dignamente. Hasta hoy.

A las 8.24 de esta mañana, medios franceses reportaron la muerte de Vincent Lambert. Tenía 42 años, y los últimos 11 los pasó postrado en una cama, producto de la tetraplejia, en el hospital de Reims, en el Gran Este galo. Durante todo ese tiempo se le mantuvo vivo con comida y agua, que le suministraban a través de un tubo gástrico. Podía, sin embargo, respirar sin ayuda artificial y ocasionalmente abría los ojos, pero el pasado 2 de julio, sus médicos apagaron las máquinas que lo mantenían vivo por orden de un tribunal.

Su caso se convirtió en un símbolo de la lucha por la eutanasia y la muerte digna, y generó un acalorado debate en Francia y al interior de su familia. Por un lado sus padres, católicos fervorosos, se oponían a interrumpir la vida de su hijo, y recurrieron a la justicia y hasta enviaron, el sábado recién pasado, una carta al presidente Emmanuel Macron, pidiéndole que interviniera. Del otro estaban la esposa de Lambert, Rachel, cinco de sus hermanos y un sobrino, quienes pedían que lo desconectaran.

"Vincent ha muerto, asesinado por razón de Estado", se lamentaron sus padres, a través de un comunicado y subrayaron que su hijo fue "condenado por estar discapacitado".

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En 2008, Vincent Lambert sufrió un accidente automovilístico que lo dejó tetrapléjico. Murió esta mañana tras ser desconectado el 2 de julio.[/caption]

"Estábamos listos para dejarlo ir. No es triste; la racionalidad se impuso", en cambio, argumentó su sobrino, François Lambert. "Fue un ser humano que estaba sufriendo y sus pocos gestos no significaban mucho", declaró.

A solo horas de conocido el deceso, el escritor Michel Houellebecq (1956) intervino en el debate. "De este modo, el Estado francés consiguió llevar a cabo lo que buscaba con saña, desde hacía años, la mayor parte de su familia: matar a Vincent Lambert", escribió el autor de Serotonina en una columna publicada por el periódico Le Monde y cuyo título es Vincent Lambert, muerto para ser un ejemplo. Houellebecq remite al lenguaje militar, cuando se fusila a un soldado no solo como una condena a sus acciones, sino para que su ejecución sirva de advertencia a otros.

Desde luego, sus palabras volvieron a sacar chispas en Francia.

Dentro y fuera de la ficción

Polemista incansable, Houellebecq ya había puesto sobre la mesa sus opiniones acerca de la eutanasia y la muerte asistida. En sus celebradas novelas Las partículas elementales (1998) y la ganadora del Premio Goncourt, El mapa y el territorio (2010), el también autor de Sumisión mostró su repudio a través de la voz de sus protagonistas. En esta última, por ejemplo, el personaje central se entera de que su padre ha muerto en una clínica en Suiza, previo pago. Viaja con lo puesto hasta el centro médico, encara a uno de los directivos y le da un puñetazo que lo derriba.

En su columna de hoy, Houellebecq no se esconde tras los artificios de la ficción: emplaza a la ministra de Salud de Francia por haber apelado a la decisión de la justicia de volver a conectar el equipo que mantenía con vida a Lambert, pese a que el presidente Macron había preferido mantenerse "neutro" al respecto. El escritor asegura, también, que Lambert "no padecía ningún sufrimiento", y que "vivía en un estado mental particular, del que para ser honestos habría que decir que no sabemos casi nada".

En enero de 2016, y tras largos años de intenso debate entre conservadores y socialistas, el Parlamento francés aprobó un proyecto de ley que permite a los médicos administrar sedación a pacientes terminales hasta su muerte. La normativa no contempla, eso sí, la posibilidad de acelerar el proceso aplicando técnicas de suicidio asistido. El rostro de Vincent Lambert siempre estuvo presente en las masivas manifestaciones en Francia.

Houellebecq denuncia ahora que el propio Lambert "murió de una mediatización excesiva, de haberse convertido más allá de su voluntad en un símbolo" para "abrir una grieta" y hacer "evolucionar las mentalidades". También disparó sin piedad contra quienes levantan "el falso debate de la muerte digna", según sus palabras: "En ningún caso puede serla a través de una degradación, por catastrófico que sea su estado de salud".

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