No pudieron faltar a ninguna clase: Délano y Lavín culminaron sus lecciones de ética en la UAI

Delano-Lavin

Desde textos de filosofía en inglés a aspectos éticos de la vida empresarial. Así fueron las lecciones que los controladores de Penta atendieron cada viernes sin opción de ausentarse.


El viernes 13 pasado fue la última vez que Carlos Eugenio Lavín y Carlos Alberto Délano -los controladores del grupo Penta condenados por delitos tributarios en el caso judicial de platas políticas-, acudieron a la Universidad Adolfo Ibáñez a atender lecciones de ética.

En julio de 2018, tras llegar a un acuerdo con el Ministerio Público, el tribunal sentenció a ambos empresarios a cumplir cuatro años de presidio con beneficio de libertad vigilada intensiva. Délano y Lavín fueron condenados como autores de delitos tributarios consumados y reiterados. Se les fue aplicó inhabilitación absoluta y perpetua para ejercer derechos políticos, así como prohibición de acceder a cargos públicos mientras dure sus condenas. Ambos tuvieron que pagar, además, una multa de más de $857 millones.

Una de las exigencias más llamativas de su sentencia, fue que debían acudir también a "un programa formativo sobre ética en la dirección de empresas". Pese a que el tribunal no exigía horas semanales, desde Gendarmería se estableció un total de 100 horas, lo que significó que ambos empresarios asistieran a 33 clases durante 2019.

Según fuentes ligadas a la investigación, Délano y Lavín no faltaron a ninguna lección. En alguna ocasión solicitaron autorización para ausentarse y cambiar la fecha, pero ésta no fue autorizada por Gendarmería. El establecimiento educacional ya generó el último informe de los avances académicos de sus alumnos, el que debe ser enviado al tribunal. Sin embargo, el contenido de este documento debe permanecer en reserva según dictaminó el tribunal.

Quienes conocen el tenor del trabajo que realizaron ambos controladores en la universidad, explican que esta no estuvo exenta de dificultades. Entre ellas advierten que uno de ellos no dominaba el idioma inglés a cabalidad como para procesar textos de filosofía de avanzado lenguaje técnico. En ese sentido, cercanos a ambos controladores de Penta explican que Délano y Lavín debieron dedicar horas no lectivas para progresar en el aprendizaje académico y que su prioridad del año terminó siendo este curso.

El ramo tuvo un valor de $30 millones, monto que se exigía a los empresarios pagar de sus bolsillos y no desde alguna empresa del holding. Este constaba de tres partes: una ligada a estudios de filosofía (70%); otra vinculada al aspecto ético empresarial (20%); y la tercera dimensión respecto de asuntos legales (10%). Para ello, tres facultades debieron converger en el curso impartido por UAI: Artes Liberales, Negocios y Derecho.

Según las mismas fuentes, para realizar estas clases, se buscó que los profesores no estuvieran vinculados en ningún negocio. Esto, para proteger un ambiente libre de conflictos de intereses.

Délano y Lavín se encuentran bajo libertad vigilada, condena que implica también un trabajo con sicólogos y asistentes sociales, cuyo fin es revisar aspectos de rehabilitación del delito cometido. Esa parte de la exigencia de su condena, sigue su curso, lo que significa que ambos empresarios deben exponerse permanentemente a revisiones sicológicas que se terminan registrados en informes.

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