Peleas por comida, saqueos y falta de medicamentos: el desastre humanitario que golpea a Mariupol

Una mujer camina fuera de un hospital de maternidad que fue dañado por los bombardeos en Mariupol, el miércoles. Foto: AP

Asediados por las tropas rusas, los habitantes de esta estratégica ciudad del sur de Ucrania están derritiendo la nieve para obtener agua, debido al corte de suministro.


“Todos los rusos han aprendido sobre el asedio de Leningrado durante la Segunda Guerra Mundial. Lamentablemente, la historia se ha repetido, pero ahora es el gobierno ruso el que mata de hambre a las ciudades ucranianas”, reza un reciente tuit del secretario de Estado norteamericano, Anthony Blinken.

La analogía de Blinken se da luego del bombardeo ruso al hospital de maternidad ubicado en Mariupol, que dejó tres muertos y 17 heridos. La estratégica ciudad del sur de Ucrania es una de las más golpeadas desde la llegada de las fuerzas invasoras.

Desde el 2 de marzo, Mariupol está sitiada por los rusos y el temor a morir a causa de una bomba o acribillado en la calle, impide que sus habitantes consigan la poca comida y medicina que queda.

Los residentes están derritiendo la nieve para obtener agua debido al corte de suministro y los niños no están siendo alimentados. La falta de electricidad y calefacción hace aún más difícil la sobrevivencia para sus 400.000 habitantes debido a las bajas temperaturas que se registran, que oscilan entre -3 y -4 grados centígrados.

“Una vecina hace tres días me dijo que estaba recogiendo nieve y agua de la lluvia para poder beber. “La única comida que tenía eran unos trozos de hígado medio podridos, ya que el refrigerador no funciona. Les echó mucha sal y los frió”, dijo una mujer ucraniana al diario español El Mundo.

Mariana Vishegirskaya baja las escaleras de un hospital de maternidad dañado por los bombardeos en Mariupol, el 9 de marzo de 2022. Foto: AP

Dmytro Gurin, un parlamentario ucraniano que vivió en Mariupol y cuyos padres se encuentran actualmente en la ciudad, comentó a BBC: “Un vecino me dijo que ellos están vivos, viviendo en un sótano debajo de su departamento”.

El parlamentario señaló que ellos estaban usando la nieve para tomar agua y que cocinaban con fuego a la intemperie. “¿Puedes intentar imaginar esto? Tus papás, de 67 y 69 años, están bebiendo nieve e intentando cocinar en un fuego al aire libre en invierno y hay un bombardeo continuo”, detalló Gurin.

La gente se ve obligada a cortar leña para cocinar y mantenerse caliente, dijo el vicealcalde de Mariupol, Sergei Orlov. “No hay electricidad, ni suministro de agua, ni calefacción, ni sistema sanitario”, comentó a la BBC.

“Nos queda algo de combustible, con lo que hacemos funcionar los generadores para tener electricidad tres o cuatro horas al día. Intentamos dar electricidad a la gente de la calle para que carguen sus teléfonos, que usan como linternas”, explica Sasha Volkov, jefe de la oficina de la Cruz Roja en Mariupol.

Hace cinco días la mayoría de las farmacias de Mariupol fueron saqueadas por completo y a ello se suma la carencia de suministros médicos para tratar a los heridos.

“Las personas se atacan entre ellas por comida, o destrozan el auto de alguien para quitarle la bencina. Los residentes se están enfermando a causa del frío”, dijo Volkov al diario británico The Guardian. El bien más preciado es la madera, que se usa para cocinar. Los grupos deambulan por las casas destruidas, buscando algo para comer, arriesgándose e hirviendo agua proveniente de un riachuelo.

“La gente dice que las necesidades de medicamentos son diversas. Sobre todo para los enfermos de diabetes y cáncer. Pero ya no hay forma de encontrarlos en la ciudad”, mencionó Volkov al Daily Mail.

Empleados y voluntarios de emergencias ucranianos llevan a una mujer embarazada herida desde el hospital de maternidad dañado por los bombardeos en Mariupol, el 9 de marzo de 2022. Foto: AP

Hasta el momento, aproximadamente 1.200 personas han muerto producto de los ataques rusos en Mariupol. Los cuerpos están siendo enterrados en fosas comunes, por temor a ser alcanzados por una bomba en el caso de llevarlos al cementerio.

Trabajadores funerarios están cavando zanjas de 24 metros de largo en uno de los antiguos cementerios y hacen la señal de la cruz mientras empujan los cadáveres envueltos en alfombras o bolsas a las fosas.

“No hay posibilidad de que haya fosas privadas, debido al elevado número de personas y a los continuos bombardeos. Los están poniendo en fosas comunes”, dice a la BBC Serhiy Orlov, miembro del consejo de la ciudad.

Cerca de la mitad de los enterrados allí murieron producto del intenso bombardeo a la ciudad. Desde el 25 de febrero, Mariupol está sometida a bombardeos constantes que han destruido edificios y arrasado con zonas residenciales, dejando a cientos de miles de personas atrapadas, a pesar de las promesas rusas de abrir corredores humanitarios.

Un hombre camina con una bicicleta en una calle dañada por los bombardeos en Mariupol, el 10 de marzo de 2022. Foto: AP

El interés ruso por controlar Mariupol se debe al punto estratégico en el que está situada. Si la ciudad es tomada le permitirá a los rebeldes del este respaldados por Rusia unir fuerzas con las tropas de Crimea, la península ucraniana anexada por el Kremlin en 2014.

Dmytro Kuleba, ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, calificó la situación en Mariupol de “extremadamente difícil”. “No es exageración decir que es el peor lugar que cualquiera se pueda imaginar, está siendo asediada por Rusia y está siendo bombardeada permanentemente”, señaló.

En la última semana se intentó evacuar a la población, pero cada intento fracasó debido a los continuos bombardeos rusos, a pesar de los acuerdos de alto al fuego. Orlov dijo a la BBC que se había intentado establecer un corredor humanitario, pero no tuvieron frutos.

A pesar de los bombardeos incesantes, un grupo de 100 personas intentó huir de la ciudad en sus autos, lograron pasar un punto de control ucraniano, pero se vieron obligados a volver cuando fuerzas rusas dispararon cerca de sus vehículos, denunció Orlov a la cadena británica.

La crisis en Mariupol cada vez va acrecentando y en una semana será todavía peor, advierte Gurin. “Lo siguiente será el hambre”, vaticinó Gurin. “Esto no es una broma”.

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