Pérdidas millonarias y futuro incierto: los 100 días de pandemia en las artes escénicas
Con salas cerradas y más del 80% de los trabajadores de la cultura como independientes, el sector ha sido fuertemente golpeado por la emergencia. Durante los últimos tres meses el gremio calcula pérdidas millonarias, mientras se las ingenia para sobrevivir. Fondos solidarios y canastas familiares son las respuestas de emergencia ante la espera por el apoyo estatal. A las preocupaciones de hoy se suman las sombras de la incertidumbre ante la reapertura.
Recién comenzaba la temporada 2020 cuando los teatros del país se vieron obligados a cerrar sus puertas, a mediados de marzo. Desde entonces el esfuerzo, la creatividad y la colaboración han sido las principales armas de un sector que se ha visto especialmente afectado por la pandemia. Mientras algunos espacios ofrecen contenidos online para mantenerse activos y generar trabajo para los artistas, otras organizaciones han optado por buscar directamente aportes a través de sus redes sociales o entre ellas.
De distintas maneras las artes escénicas han desplegado energías durante estos tres meses mantenerse a flote. Con salas cerradas y funciones suspendidas, la situación tanto para los espacios culturales como para sus trabajadores y toda la cadena artística involucrada es más que compleja.
Según el catastro elaborado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, un 85,1% de los trabajadores de la cultura son independientes. De acuerdo a la consulta, los principales problemas en el sector, derivados de la pandemia, han sido la cancelación de actividades programadas (36,4%), la disminución de ingresos percibidos (25,6%), y la postergación de actividades (16,7%). Si bien a principios de mayo la cartera anunció un plan de redistribución de recursos, con un fondo de emergencia de $15 mil millones, el sector ha sido crítico al respecto; cuestiona la modalidad de concurso, la lentitud del proceso y asegura que en estos tres meses no han recibido ayuda concreta.
“Solamente seguimos moviéndonos como cada agrupación puede. Ha habido avances, pero siempre desde el sector, con fondos solidarios desde cada área, o gestionando canastas familiares, pero ayuda directa (desde el Estado) no ha habido”, señala Debora Weibel, presidenta del Sindicato de Actores (Sidarte), cuya directiva participa de las mesas de trabajo intersectoriales junto a representantes del Ministerio de la Culturas, Hacienda y Corfo.
Desde la Red Nacional de Artes Escénicas, que también asiste a estas mesas de trabajo, señalan que buscan poner en valor el rol del trabajador cultural “que merece ser dignificado, respetado y valorizado monetariamente”. La organización gremial reúne aproximadamente a 8.000 miembros y según su propia consulta de emergencia, en la que participaron 1.453 artistas, un 70% declaró que las artes escénicas son el ingreso principal en su familia, el 55% gana menos de $ 350.000 en un mes promedio, y dada la situación de pandemia el 50% recibirá menos del 25% de los ingresos que tenían proyectados.
“Como estrategia, vamos a comunicarnos con todos los estamentos estatales, públicos, y privados, para instalar la necesidad de la puesta en valor del trabajador cultural y específicamente, de medidas que vengan a responder a la emergencia de la crisis sanitaria”, cuenta la actriz y vocera Nicole Morales.
En esa línea de trabajo tanto Sidarte como la Red Nacional de Artes Escénicas participan mañana en la cuarta reunión de la mesa intersectorial. “Para esta cuarta sesión propusimos trabajar cuatro puntos importantes: propuesta de reactivación cultural, análisis de situación de emergencia, presupuestos de cultura 2021 y fondos de cultura 2021”, añade Morales.
Presupuestos y medidas
Desde las instituciones culturales, también hay preocupación tanto por los artistas como por su funcionamiento futuro. “Les siguen exigiendo concursabilidad a los artistas y hoy ellos necesitan una subvención. El Ministerio de las Culturas se creó para proteger al sector artístico y ese es el rol que debería cumplir”, dice Felipe Mella, director del GAM.
De acuerdo a las cifras entregadas por la Red de Salas de Teatro, las pérdidas por funciones suspendidas en los 23 teatros que la componen, están valorizadas en $ 298 millones por un solo mes, aproximadamente. Es decir, actualmente, a tres meses de iniciada la pandemia, esa cifra asciende a más de de $ 800 millones.
Durante las últimas semanas GAM ha desarrollado algunas actividades como la obra virtual Mentes Salvajes y talleres artísticos financiados con aportes de la Unión Europea. De esta manera el centro cultural ha brindado a algunos artistas la posibilidad de trabajar y a su vez, ha mantenido activa su programación. Sin embargo, en este contexto, su directiva se pregunta por los presupuestos que manejarán para el próximo año.
“Nos preocupa mucho la situación que pueda venir a nivel presupuestario si es que van a haber rebajas al presupuesto. Ya nos llegó una señal por parte del Ministerio de Culturas para poner un escenario con un 10%, 15% o 20% menos en comparación a 2019”, explica Mella.
Tanto GAM como Fundación Teatro a Mil son parte de las instituciones colaboradoras del Estado, y han participado en las reuniones de la Comisión de Cultura. Allí han planteado las dificultades que enfrentan los trabajadores de las artes escénicas. “Entendiendo que el ministerio no puede entregar ayudas sociales porque ellos no las pueden aplicar, podrían hacer que entraran más instituciones colaboradoras en este minuto, porque esas instituciones colaboradoras pueden ofrecer ayuda más directa y más rápida”, plantea Carmen Romero, directora de la Fundación Teatro a Mil.
En medio de la emergencia, es primera vez que el sector cultural está también en conversaciones con el Ministerio de Hacienda, “para ver la necesidad de aumentar o mantener los recursos que existen en cultura”, explica Romero.
Además de la preocupación por el estado económico actual del sector y los futuros presupuestos, los responsables de los espacios ya están pensando en los desafíos que plantea el retorno de la actividad. Verónica Tapia, directora ejecutiva del Teatro UC y presidenta de la Red de Salas, señala que hay dos líneas de trabajo actualmente: fondos destinados a los teatros que les permitan mantenerse hasta la reapertura y cómo va a ser esa reapertura.
“No es llegar y empezar las funciones. Hay que armar todo un protocolo no solo con el público; tenemos que preocuparnos cómo ellos van a estar seguros, las mascarillas, cuánto público puede entrar, la cantidad de butacas. Pero también el tema técnico, cuántos técnicos vamos a poder tener, camarines, etc”, comenta Verónica Tapia.
Mientras en otros países los teatros ya muestran sus primeros avances en el retorno de la actividad cultural, los trabajadores de las artes escénicas en Chile están a la espera. A tres meses de la pandemia, los diálogos con las autoridades siguen sin ofrecer grandes resultados y se proyecta que al menos en lo que queda de 2020 difícilmente podrán recibir público.
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