Poliamor, inteligencia artificial y poesía: las lecturas de Daniel Andrade en su celda en Antofagasta

Daniel Andrade pasa sus días encerrado en su celda en Antofagasta leyendo de poliamor. Específicamente, de cómo la monogamia y el amor romántico pueden llegar a afectar una relación, e incluso, a la sociedad en su conjunto.

Y es que finalmente Gendarmería le permitió al expresidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECh), y hasta junio miembro de Revolución Democrática (RD), el ingreso de tres libros para acompañar sus jornadas.

Todo esto, mientras espera que avance su proceso judicial, en el que la Fiscalía de Antofagasta, a través de la acusación del persecutor Cristián Aguilar, le imputa a él y al exseremi Carlos Contreras tres delitos de fraude al Fisco.

Andrade solicitó el ingreso de seis títulos para leer durante su tiempo en prisión, indica una fuente cercana. Le permitieron entrar tres.

El primero de ellos es Pensamiento monógamo, terror poliamoroso (2018), de la escritora catalana Brigitte Vasallo. El segundo, Recursividad y contingencia (2019), del filósofo hongkonés Yuk-Huy, en el que explora problemas actuales relacionados a la tecnología. El tercero es una antología de Elvira Hernández, una poeta y ensayista chilena cuya obra ha sido clasificada como neovanguardista.

Pero hubo títulos que Andrade no pudo entrar. El primero era Trilogía de la Fundación, de Isaac Asimov, una serie de novelas de ciencia ficción que tratan de la decadencia y caída de un imperio galáctico, levemente inspirada en la caída del Imperio Romano. El segundo, El héroe de las mil caras, de Joseph Campbell, en el que se teoriza sobre la mitología griega y el viaje del héroe que marca aquellas historias.

El tercer libro que intentó entrar es “Advanced English”, para aplicar sus clases a los otros reos, según indicó en la carta que envió el 31 de diciembre, que fueron denegados por el tribunal.

La razón de por qué no le permitieron el ingreso de los otros tres títulos, explican en reserva, es por seguridad. Si bien se permite que los reclusos ingresen libros, Andrade intentó entrar demasiados. El ideal, dicen, es ingresar dos o tres a la vez, leerlos, devolverlos y cambiarlos. De esta forma, indican, se evita una situación hipotética de que un reo decida quemar los libros para provocar un incendio.

El interés de Andrade por la tecnología no sorprende: es ingeniero civil mecánico, y en su entorno ha comentado su incursión en campos como la inteligencia artificial y las posibilidades que entrega. De ahí el ingreso del título de Yuk Huy, un autor que utiliza constantemente el concepto de “cosmotécnica”. A través de él, critica la visión del progreso tecnológico occidental: las civilizaciones no tienen una sola forma de progresar tecnológicamente, sino que hay muchas. Esto pone en duda, entre otras cosas, la hegemonía tecnológica occidental y europea.

“Desde hace mucho tiempo tenemos la impresión de que la tecnología es universal. Critiqué este concepto. No me resulta adecuada la idea de que la tecnología es universal y que hay una sola historia, que es la del progreso. Presenta muchas dificultades”, dijo el autor en una entrevista con Perfil.com.

Pero el otro título, el de Vasallo, trata temas muy distintos. En su ensayo, declarado feminista, Vasallo analiza el sistema de relaciones monogámico. Define lo que es la monogamia, los alcances que esta tiene en la sociedad, y las limitaciones que entrega su práctica.

“¿Será natural pues, esto de la monogamia? ¿O estaremos siendo antinaturales (...)? ¿Alguien se ha puesto a pensar si el capitalismo es natural y qué hormonas rigen la compra y venta o las burbujas inmobiliarias?”, escribe Vasallo en el ensayo.

Además, la española problematiza la fidelidad como un constructo social que no es natural:

“La fidelidad, por lo tanto, es un concepto imprescindible para una sociedad que se cree formada por individuos solos y obviamente aterrorizados por esa soledad. Que necesitan un respiro, un espacio mínimo de seguridad en el que saberse acompañados. Es el reflejo de un mundo que usa cerraduras en las puertas”, dice el ensayo.

Estas lecturas acompañan al ex-RD en un momento duro: terminó su relación apenas estalló el caso Democracia Viva con la cuestionada diputada Catalina Pérez (RD). Además renunció a su partido, y está incomunicado hace semanas.

A lo otro a lo que se ha dedicado Andrade es a hacer clases de inglés y matemáticas a los otros internos, pero de manera informal. Esto, tras el portazo que le dio el juez Andrés Santelices para ingresar plumones y pizarrón para hacer estas nivelaciones de manera formal.

Andrade, dice una fuente cercana, ha mantenido una actitud positiva frente a su encierro.

Si bien su defensa privada tenía en primera instancia la intención de que Andrade fuera trasladado a Capitán Yáber, prefirieron aguantar un poco esa idea, ya que las condiciones en que se encuentra el ex-RD, a pesar de todo, son buenas.

Junto con eso, Andrade se enteró de las repercusiones de la carta que envió al exterior, en la que se definía como un preso político. La carta -señalan fuentes- fue dictada primero a un cercano, y esa persona se la hizo llegar a su familia, quienes la subieron a su Instagram personal el pasado 31 de diciembre.

Andrade -dice la misma fuente- tuvo motivaciones para llamarse un preso político: siente que hay exageraciones en cuanto a la persecución de su causa. El ex-FECh siente que hechos como que allanen todo su módulo en la cárcel de Antofagasta por temor a que haya entrado un celular genera un punto mediático que es aprovechado por el gobierno.