¿Quién será el rival de Maduro?: los escenarios para la oposición venezolana tras la ofensiva del régimen contra Machado
Con el reloj en contra y María Corina Machado inhabilitada para poder participar de los comicios presidenciales del 28 de julio próximo, la oposición se debate sobre qué hacer para enfrentar a Nicolás Maduro.
Cuando el 18 de octubre de 2023 las miradas de la región y parte importante del mundo se dirigían hacia Bridgetown, lugar en que el gobierno y la oposición venezolana firmaron el “Acuerdo parcial sobre la promoción de derechos políticos y garantías electorales para todos”, más conocido como el Acuerdo de Barbados, lo hacían con la esperanza de que las próximas elecciones se desarrollaran bajo los más altos niveles democráticos posibles. Como testigos estaban nada menos que representantes diplomáticos de Noruega, Barbados, Rusia, Países Bajos, Colombia, México y Estados Unidos. Sin embargo, a poco más de cuatro meses del desarrollo de las elecciones presidenciales, el próximo 28 de julio, la principal candidata opositora se encuentra inhabilitada para participar de los comicios y aún no hay claridad sobre quién representará al espacio.
El mayor problema es que el reloj electoral corre y el tiempo es escaso. Según el cronograma anunciado por el Consejo Nacional Electoral (CNE), este jueves 21 se inició el plazo para inscribir candidaturas, el que se extenderá solo hasta el lunes 25 de marzo, acotando la decisión de la oposición sobre cómo actuar a los próximos cuatro días.
En el oficialismo no había duda de quién sería el abanderado. Luego de 25 años del chavismo en el poder, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y sus más de cuatro millones de militantes decidieron que sería el actual mandatario, Nicolás Maduro, quien los representará. El sucesor de Hugo Chávez se mantiene al mando de Venezuela desde 2013, luego de que este falleciera. Para 2018 ganó la reelección, y ahora la busca una vez más.
La vereda contraria, sin embargo, todavía se debate entre qué hacer. Sin lugar a dudas, su mayor carta es María Corina Machado, exdiputada que arrasó en las primarias opositoras celebradas el 22 de octubre de 2023, donde logró el 92,35% de los votos, equivalentes a unos 2,25 millones de venezolanos, y con sondeos que le dan un 70% de aceptación, aseguró Agence France-Presse (AFP). Pero su candidatura está prácticamente desahuciada por el chavismo luego de ser acusada y juzgada a no poder ejercer cargos públicos durante 15 años por corrupción y abogar por una invasión extranjera, lo que ella rechaza.
Su inhabilitación, ratificada en una segunda instancia por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), prácticamente imposibilita su candidatura, y voces al interior de la oposición ya empiezan a apurarla para designar un delfín que logre arrastrar sus votos. La Plataforma Unitaria Democrática (PUD), el principal bloque opositor, baraja la posibilidad de encontrar algún candidato habilitado de participar para designarlo.
“Tengan la tranquilidad y la confianza de que tomaré las decisiones correctas para avanzar en este camino, con la participación y el apoyo de todos los sectores que queremos un cambio urgente en Venezuela”, dijo Machado en un video publicado en X, antes conocido como Twitter. “Los venezolanos no vamos a aceptar nada distinto a nuestra libertad plena y el retorno a la democracia”, continuó, añadiendo que “a nosotros no nos van a sacar de la ruta electoral, pueden demorar la transición, pero no impedirla”.
Pero sus propios compañeros empiezan a clamar que actúe con altura de miras. Henrique Capriles Radonski, dos veces candidato presidencial que renunció a las primarias por también encontrarse inhabilitado, solicitó durante la semana actuar con “sentido de realismo” y “poniendo al país por encima de todo”, consignó France 24.
No solo vienen de la oposición venezolana las muestras de preocupación. Otra figura regional que en su momento fue inhabilitada se refirió al caso, nada menos que el actual Presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva. Otrora aliado del chavismo, pero ahora menos proclive a endosar a su par venezolano en este nuevo período -aseguró el mismo medio-, Lula recordó su proceso de inhabilitación en 2018. “En lugar de ponerme a llorar, yo señalé otro candidato”, aseguró, refiriéndose a su apoyo a Fernando Haddad, quien perdió en segunda vuelta frente a Jair Bolsonaro en aquella ocasión.
Las opciones opositoras
Según AFP, hay cuatro escenarios posibles, unos menos probables que otros. El primero, que calificó como “imposible”, es que Machado insista en su candidatura. Sin embargo, al realizarse mediante un sistema automatizado en el que el aspirante que se inscribe debe hacerlo mediante su número de documento de identidad, su inhabilitación de ejercer cargos públicos por 15 años saltará de inmediato.
La ofensiva chavista no es solo contra ella, ni tampoco ha terminado. Este miércoles, la Fiscalía la vinculó con supuestas “acciones desestabilizadoras”, pero no presentó ningún cargo al respecto. En tanto, siete de sus colaboradores fueron detenidos, mientras que otros siete mantienen órdenes de captura pendientes, incluida Magalli Meda, su mano derecha y también posible sustituta presidencial.
“Saben que están derrotados, porque no hay manera que puedan ganar una elección contra nosotros”, dijo Machado sobre las acciones tomadas por el régimen en su contra, las que calificó de “brutal represión”.
Luis Salamanca, politólogo consultado por AFP, aseguró que “Maduro sabe que no se puede enfrentar a nadie que pueda sacar el 30% del voto”. La mayoría de las encuestas cifran su popularidad entre el 15% y el 20%.
El segundo escenario es un candidato siamés, donde la principal carta para enfrentar a Maduro entregue su apoyo explícito a otro candidato con la esperanza de que todos los votos se traspasen. Pero de momento solo dos candidaturas cuentan con la aprobación de la autoridad electoral.
Se trata de la boleta de la MUD, antigua alianza que luego fue reemplazada por la actual Plataforma Unitaria Democrática (PUD), y la boleta de Un Nuevo Tiempo (UNT), con el candidato Manuel Rosales, quien ya se enfrentó a Hugo Chávez en las presidenciales de 2006. Tras vivir en el exilio en Perú, ahora es gobernador de Zulia, estado petrolero del oeste de Venezuela.
La opción no asegura una victoria, y no solo por la duda sobre si los votos se traspasarán, puesto que ambas candidaturas pueden ser rechazadas. “Ese alguien tampoco tiene asegurado que lo dejen pasar”, señaló Salamanca a AFP. Luego de inscribirse, la boleta debe ser visada por Consejo Nacional Electoral (CNE), acusado de servir al chavismo, aseguró el mismo medio.
Una tercera opción, ya más lejos del ideal inicial, es buscar un candidato de “tercera línea”; es decir, que además de ser parte de la oposición tradicional, que tenga vínculos con el chavismo.
En esa acotada lista sonaron Gerardo Blyde y el propio Manuel Rosales, de UNT. El primero es jefe de la delegación opositora en la mesa de diálogo con el gobierno que media Noruega. Si bien no está inhabilitado, no apoyó abiertamente las sanciones, es cercano a Machado y tiene, al mismo tiempo, un canal abierto con el oficialismo mediante la negociación. El político no parece dispuesto a asumir la carrera presidencial. “No está en mi voluntad llegar a ese cargo”, dijo en una entrevista reciente. Rosales, por otro lado, no cuenta con la gracia de Machado, pero medios locales reportaron que se reunieron el martes.
Por último, está la carta menos favorable para la oposición: un candidato “alacrán”. El concepto, acuñado en Venezuela, hace referencia a políticos que se denominan antichavistas, pero que son tachados como colaboradores del mismo movimiento político. Tres ejemplos de ello son José Brito o Luis Ratti, ambos con intención de ser candidatos -pese a estar enfrentados con Machado, incluso solicitando a la justicia acciones penales para sacarlos de competencia-, o Benjamín Rausseo, comediante conocido como “El Conde del Guácharo”, acusado de servir al voto divisorio en la oposición.
Reacciones y posturas
Este miércoles, expresidentes que integran la Iniciativa Democrática de España y las Américas (IDEA) se expresaron en contra de lo que calificaron como “terrorismo de Estado”, refiriéndose al accionar del Estado contra María Corina Machado. Además, pidieron la intervención de Estados Unidos para condenar las “órdenes de aprehensión dictadas” contra su equipo de campaña.
Mediante una declaración firmada por 26 exjefes de Estado y de Gobierno de España y América Latina, el grupo señaló: “Hacemos un serio llamado a los gobiernos democráticos de las Américas y Europa, de modo particular a Estados Unidos, para que tomen acciones que obstaculicen y condenen esta práctica de terrorismo de Estado”.
“Se trata de un atentado grave contra la posibilidad de que la nación venezolana pueda gozar de elecciones libres, justas, competitivas y transparentes, como corresponde a toda sociedad democrática”, añadieron.
Maduro, en tanto, celebró su anticipada elección como el candidato oficialista desde Caracas. “Aquí hay un solo destino: la victoria popular”, dijo a sus seguidores y opositores. “Hagan lo que hagan, digan lo que digan, no han podido ni podrán jamás con nosotros”.
Desde hace semanas que el mandatario se encuentra en campaña, realizando actos y multiplicando sus apariciones en público -algo poco habitual en el último tiempo-, las que son transmitidas de forma obligatoria por todos los medios, explicó France 24.
Mariano de Alba, asesor sénior del International Crisis Group, planteó a AFP que el gobierno “busca forzar errores por parte de la oposición y la comunidad internacional, especialmente con el control de los tiempos del calendario electoral”.
“No veo claro que la oposición pueda retener su competitividad si toma las decisiones cruciales que tiene por delante a última hora”, argumentó. Y cerró: “Si fuera el caso, el gobierno podría tener un panorama electoral más sencillo e incluso podría darse el lujo de hacer concesiones adicionales”.
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