Rodrigo Arenas, diputado de La Francia Insumisa: “La decisión de Macron de nombrar a Barnier no respeta el espíritu de la Constitución”

Emmanuel Macron votando en la primera vuelta de las legislativas. Foto: Reuters

El parlamentario por la décima circunscripción de París comenta a La Tercera la nominación del nuevo primer ministro, Michel Barnier. Advierte que la izquierda va a presentar una moción de censura en la Asamblea Nacional, porque, a su juicio, con esta decisión el presidente Emmanuel Macron "pone el último clavo en el ataúd de la Quinta República".


Ya terminaba la “tregua olímpica” de la política francesa, cuando el izquierdista Nuevo Frente Popular (NFP), la coalición ganadora de las elecciones legislativas (180 de los 577 escaños), se puso de acuerdo con un nombre para proponerle a Emmanuel Macron como nuevo primer ministro: la economista Lucie Castets. Sin embargo, a fines de julio el presidente se negó, alegando que amenazaba “la estabilidad política” del país: lo forzaría a gobernar en “cohabitación”, una situación de desventaja que no ha vivido en los siete años que lleva de gobierno.

El nuevo primer ministro, nombrado este jueves por Macron, será entonces Michel Barnier: de 73 años, el militante del partido Los Republicanos (derecha conservadora) ya enfrenta las críticas a ambos lados del arco político. En entrevista con La Tercera, el diputado de La Francia Insumisa por la décima circunscripción de París, Rodrigo Arenas, comenta esta elección y el descontento por parte de la izquierda frente a la nueva cabeza del Ejecutivo.

¿Cuál es su opinión en relación al nombramiento de Michel Barnier?

Primero, el nombramiento de Michel Barnier como primer ministro es la negación del resultado electoral en Francia, que propuso a la izquierda como primera agrupación en el Parlamento. Luego, eso muestra que Macron no puede nombrar un primer ministro que no sea de la izquierda sin el apoyo o, por lo menos, que el partido de extrema derecha lo apruebe.

En ese sentido, Michel Barnier corresponde a lo que espera el partido de extrema derecha, es decir, posiciones sumamente conservadoras, reaccionarias y de extrema derecha sobre los asuntos sociales, sobre los asuntos económicos, pero también de la visión que Francia va a tener a nivel de las relaciones internacionales. Barnier brilló en el Parlamento Europeo en el saqueo de la lucha de los trabajadores, pero también en los asuntos medioambientales, ya que él favoreció la depredación de Francia y de Europa hacia los recursos naturales. También tomó posiciones claramente homofóbicas cuando estuvo en función y ese es su legado político.

Y en lo que considera los asuntos de relación extranjera, va a ser una posición muy reaccionaria sometida a Estados Unidos y que va a romper con la tradición de Francia de ser independiente frente a su posicionamiento en los asuntos internacionales.

Michel Barnier durante la ceremonia de nombramiento como primer ministro. Foto: Reuters

¿Qué se puede esperar ahora, cuando la Asamblea Nacional revise esta nominación?

Lo que va a pasar en la Asamblea Nacional es que la izquierda va a presentar una moción de censura, porque consideramos que la decisión de Macron es claramente poner el último clavo en el ataúd de la Quinta República: él no respeta el espíritu de la Constitución y el espíritu de la República Francesa, es decir, respetar la decisión del pueblo que puso a la izquierda como primer grupo político en la Asamblea Nacional.

Macron también le da la espalda a lo que llamamos el Frente Republicano, es decir, la unión de todos aquellos que no aceptan que la extrema derecha gobierne este país. Lo más probable es que el partido de extrema derecha de Marine Le Pen no apoye la moción de censura, porque aceptará finalmente un primer ministro que sea Michel Barnier, que finalmente respeta su programa y sus valores.

Como decía François Mitterrand, el poder es la capacidad de nombrar, y hay que volverse a la evidencia que el poder ahora lo tiene Marine Le Pen, porque concretamente es ella quien nombró a Michel Barnier.

Emmanuel Macron durante un encuentro de la OTAN en Washington. Foto: Reuters

¿Cómo afecta esto al campo presidencial, a la “macronía”?

Eso provoca una crisis muy fuerte en la coalición de Emmanuel Macron, porque el dirigente del Grupo Horizonte, que es la derecha de Macron, puso un candidato para la presidencial que se llama Édouard Philippe, que fue el primer ministro durante el primer quinquenio. Lo que deja entender que esa agrupación de la derecha de Macron anticipa su dimisión posible, la dimisión de Macron, para poder candidatearse y ser un recurso en una crisis política que provocó Macron solo.

Eso provoca también una crisis dentro del grupo parlamentario de Renacimiento, cuyo presidente es Gabriel Attal, el primer ministro que acabó su función, porque él no acepta de una forma general la decisión de Macron y también el trato que Macron le hizo no avisándole de la destitución y sobre todo sometiéndolo a su decisión monárquica. La situación francesa, de manera general, es que Macron asume un régimen presidencial en el cual el primer ministro ya no existe. Michel Barnier va a estar sometido a Emmanuel Macron, que ya anunció que va a elegir los ministerios como Economía, Asuntos Exteriores, Interior y dos o tres ministerios más que claramente van a estar sometidos a su decisión.

Concretamente, Macron hoy día le dio la espalda a una democracia parlamentaria, para ir a un régimen presidencialista que recuerda de mala memoria a un sistema de funcionamiento monárquico que precisamente fue la esencia de lo que llevó al pueblo a rebelarse y a llevar en el siglo XVIII la Revolución francesa. Estamos en una situación de crisis fuerte en la cual el populismo puede llevársela y crear una situación de desestabilización popular en las calles, que probablemente los partidos políticos y los sindicatos van a estar en la incapacidad de poder dirigir porque hoy día Macron le puso un toque final a las organizaciones representativas y los cuerpos intermediarios.

¿Quién va a recuperar ese descontento de la ciudadanía? Todo está por verse, pero lo que es seguro es que los partidos políticos ya no encarnan una estabilidad en la sociedad francesa, y Macron claramente fue aquel que organizó esa desestabilización de la República para conservar de manera autoritaria y autocrática el poder en Francia.

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Jean-Luc Mélenchon durante un evento del Nuevo Frente Popular en la Place de la République. Foto: Reuters

Francia pasó casi dos meses sin Ejecutivo. ¿Qué puede decir al respecto del bloqueo que se vivió para elegir nuevo primer ministro?

Esta fue una situación que provocó Macron, que perdió dos veces las elecciones, primero europeas y luego legislativas, y esto porque hay un gran descontento de la población acerca de las políticas que él instauró. La primera de todas es la reforma de las jubilaciones: más del 85% de la ciudadanía está en contra de esa reforma.

Y después estamos confrontados a la forma de ejercicio del poder de Macron, y su concepción muy particular de la República. Él respeta la letra de la Constitución, pero no respeta su espíritu. ¿Por qué? Porque él claramente está en una visión presidencialista de la República, en la cual el primer ministro no existe, en la que es inútil si no es para ejecutar lo que él decide. Esto significa que él no está preparado, porque es inconcebible en su matriz de poder tener una cohabitación, como lo hizo François Mitterrand, como lo hizo Jacques Chirac.

Esto muestra al final que Emmanuel Macron no es un político. Es incapaz de componer con gente que no piensa lo mismo que él, e incluso que pone en cuestión lo que ha hecho durante los siete años que lleva en el poder. Es un poder personal, presidencial, y eso se nota incluso en su propio campo, porque la “macronía” está en crisis política fuerte: no hay unanimidad. Hay disensiones fuertes.

Aun siendo el partido más votado del NFP, La Francia Insumisa propuso un gobierno “con su apoyo”, pero sin participación, para así facilitar la elección de un primer ministro. ¿Cómo ve este gesto por parte del partido de Jean-Luc Mélenchon?

O sea, La Francia Insumisa no dijo que no iba a participar. Hizo la pregunta: si Emmanuel Macron y los macronistas aceptarían un gobierno del Nuevo Frente Popular, si no participásemos de él. La respuesta es no, porque en realidad lo que les molesta no es La Francia Insumisa.

Lo que les molesta es el programa político que llevamos. Eso es lo que les molesta, el aumento de los sueldos a través de la imposición de un sueldo mínimo mejor que el actual, de 1.600 euros. Poner término a la reforma de las jubilaciones, y aumentar la contribución de los más ricos y las multinacionales.

Entonces, evidentemente, eso es lo que les molesta en realidad. Lo que les molesta a Macron, a la derecha y también a la extrema derecha, porque están apoyando eso. Entonces, el problema que tiene Macron no es La Francia Insumisa. Eso es un cuento de inventar el monstruo escondido debajo de la cama. Eso es un cuento porque en realidad lo que les molesta es que nosotros primero ganamos las elecciones.

En realidad, electoralmente, salvamos a diputados de Macron lanzando el Frente Republicano contra la extrema derecha porque es nuestro valor, es nuestro logotipo. Y lo que les molesta claramente es lo que vamos a hacer.

Lucie Castets, la primera ministra propuesta por el Nuevo Frente Popular. Foto: Archivo

¿Por qué el macronismo le hace una cruz tan fuerte a La Francia Insumisa?

Lo que te decía es que Macron, con acuerdo también de otras fuerzas políticas, incluso a veces el Partido Socialista, o sea, miembros en particular del ala derecha del Partido Socialista, inventan el mito del monstruo debajo de la cama, que te va a comer los pies, porque es lo único que sabe hacer. En realidad no es eso.

En realidad, La Francia Insumisa participó en la construcción de un programa común del NFP y participó también en la campaña de lo que fueron los futuros diputados, que ahora están nombrados, que fueron elegidos, que no son los de La Francia Insumisa. Entonces, está en una situación en que el centro y la derecha republicana aceptaron todos los votos insumisos, pero una vez que fueron elegidos, te dicen, hasta ahí nomás va a llegar el cuento porque ustedes son infrecuentables. Bueno, eso en política yo le llamo electoralismo.

Entonces, lo que pasa ahora es que entramos en un momento de crisis política fuerte. Porque aunque yo llame, por ejemplo, lo que siempre hice, a votar contra la extrema derecha, los electores no van a seguir las consignas. Porque, concretamente, Macron los utilizó, los usó. Y la gente tiene memoria.

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