Salud mental en escolares: profesores se capacitan en primeros auxilios psicológicos para abordar el retorno a clases

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La propuesta del Minsal considera una autorización para que los colegios puedan continuar con clases presenciales incluso durante cuarentenas.

Expertos describen que entre un 20% y un 40% de los estudiantes presenta rasgos de depresión asociados a la pandemia. Y ahora, con el retorno presencial a los colegios en el horizonte, los ministerios de Salud y de Educación coordinaron una preparación especial de la comunidad educativa, a objeto de abordar correctamente estos casos.


Entre las clases online y el encierro asociado a las cuarentenas, uno de los grupos más afectados por las pandemia han resultado ser los niños y adolescentes, que se han visto desprovistos de sus espacios fundamentales de socialización. Por lo mismo, el estado emocional de esta población ha sido una preocupación constante entre los expertos.

Todos los estudios impulsados a la fecha, tanto en Chile como en el mundo, indican un deterioro importante. Humberto Soriano, pediatra de la Universidad Católica y miembro del consejo asesor del Mineduc, evalúa la situación con inquietud: “La pandemia y el encierro dañan la salud mental de los estudiantes. Los niveles reportados de depresión van aproximadamente del 20% al 40%, y los niveles de estrés son cinco veces más elevados que en situaciones normales”.

La incertidumbre y el aislamiento han gatillado en los estudiantes síntomas como tristeza, falta de ganas, cambios en el apetito y problemas para dormir entre los menores. “Esto ocurre por el susto a enfermar, o que alguien que quieren enferme, por la falta de actividad física, disrupción de los horarios y exceso de tiempo conectados a la pantalla o juegos electrónicos. Es preocupante, pues hay estudios que incluso reportan aumento de la violencia intrafamiliar y el suicidio”, detalla Soriano.

En ese contexto, desde el Ministerio de Educación han tomado medidas para abordar este panorama: “Sabemos que el proceso de retorno a clases presenciales es desafiante, no solo en lo académico, sino también en el ámbito socioemocional y que la salud mental se ha visto afectada durante la pandemia. Por eso estamos entregando herramientas a los distintos miembros de la comunidad educativa para que puedan responder a las necesidades de los estudiantes y también de sus colegas”, explica el jefe de la División de Educación General del Ministerio de Educación, Raimundo Larraín.

Para responder en casos críticos

En ese contexto se han puesto en marcha capacitaciones de primera ayuda psicológica o primeros auxilios psicológicos, dirigidos a profesores y comunidad educativa, que tienen por objetivo entregarles herramientas para ayudar a personas en situación de alto estrés.

Actualmente, más de ocho mil personas lo han cursado, a través de una plataforma e-learning que contempla módulos sobre el impacto del Covid en niños, niñas y adolescentes, con contenidos específicos para enfrentar esta contingencia y otras: la primera ayuda psicológica resulta útil también en casos de desastres naturales y de crisis en general.

El espectro de situaciones en las cuales se puede recurrir a estas herramientas es amplio: “En general, se ha visto que es útil para situaciones críticas de una persona, como por ejemplo ante la enfermedad o pérdida de un ser querido, frente a un accidente o que hayas vivido un asalto”, cuenta Belén Vargas, psicóloga del Ministerio de Salud y formadora del curso.

En el Ministerio de Salud, desde 2017 se viene trabajando con este modelo, y Vargas cuenta que se ha aplicado a damnificados de distintas catástrofes: “Sobre todo en nuestro país, para eventos grandes como los son desastres naturales, terremotos, los grandes incendios forestales o los de Valparaíso. En todos esos casos se ha desplegado primera ayuda psicológica”.

Marcela Goldschmidt es profesora en la Escuela Especial Aurora de Chile, Ñuñoa, y participó en la sesión inaugural del curso. “El hecho de trabajar en una escuela especial implica que toda la vida uno está vinculado a la primera ayuda psicológica, tal vez de manera más instintiva. Siendo que la experticia la ha dado la experiencia, tanto en contener como en prestar oído, y derivar a las ayudas, a veces uno puede salirse de los parámetros, y en vez de ser un aporte puede complicar más la situación. En eso, esto ha sido una buena orientación”, señala.

Por su parte, Soriano valora la instancia y asegura que el manejo de la ansiedad y depresión puede llegar a salvar vidas: “La enseñanza de primeros auxilio psicológicos en profesionales de la educación es tremendamente oportuna. Las profesoras y profesores saben mejor que muchos otros profesionales la importancia de educar el reconocimiento y manejo de las emociones”.

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